Actividad estratégica

El sector turístico vira con timidez hacia la sostenibilidad

Las empresas y las administraciones buscan la descarbonización de los destinos, pero el proceso todavía es incipiente y debe convencer a los viajeros

Imágenes de turistas a su llegada al aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, a 1 de julio de 2024, en Málaga, Andalucía (España).

Imágenes de turistas a su llegada al aeropuerto de Málaga-Costa del Sol, a 1 de julio de 2024, en Málaga, Andalucía (España). / Álex Zea - Europa Press

Sara Ledo

Sara Ledo

Las olas de calor y las condiciones meteorológicas extremas del cambio climático amenazan con cambiar el patrón de los turistas hacia zonas más frescas y fuera de los periodos vacacionales según recogen varios estudios como el último sobre el sector elaborado por el Banco de España. Pero el turismo es parte de la solución a ese problema, como responsable del 10% de las emisiones equivalentes de carbono a nivel mundial. “Esta cifra justifica por sí misma que la industria deba tomar como una obligación iniciar procesos de descarbonización, ya que es parcialmente responsable de un problema global”, afirma Francesc González, profesor de la Universidad Oberta de Catalunya (UOC).

Y poco a poco el sector empieza a hacerlo, primero por necesidad, para ahorrar costes, y después por interés propio, para generar una mayor reputación de marca. “Las grandes cadenas hoteleras con todos sus edificios se están poniendo las pilas para poner objetivos de descarbonización a 2030. Ha habido dos hitos. Uno fue la crisis de 2008, cuando se empezaron a dar cuenta de que el consumo energético es el tercero más elevado dentro del balance de explotación, después del personal y alimentación, y otro fue en 2020, con la crisis de la pandemia del coronavirus, que produjo una transformación más conceptual, de ser sostenibles para reducir las emisiones de carbono”, afirma la responsable del Área de Sostenibilidad y Eficiencia Energética del Instituto Tecnológico Hotelero, Coralia Pino.

Menor gasto de agua, utilización de envases de un solo uso o la instalación de placas fotovoltaicas y compra de energía limpia son algunas de las prácticas más habituales.

También la aviación, con su apuesta por el desarrollo de combustibles sostenibles (SAF), o deportes como el golf, con el objetivo de alcanzar una mayor gestión y gobernanza de sus espacios. “Estamos en un momento en el que se empiezan a adaptar las políticas, las medidas y los destinos, y se están impulsando medidas y la gente poco a poco está empezando a asumir algunas prácticas, pero estamos en un estado muy incipiente. De lo que se trata es de buscar un equilibrio que nos de garantías de que nuestra forma de vida pueda perdurar en el tiempo”, afirma el profesor de la Universidad de Valencia, Adrián Ferrandis.

Las empresas

La tercera hotelera en número de habitaciones en España -RIU Hotels & Resorts- consiguió en 2023 reducir en un 27% sus emisiones de CO2 gracias a la instalación de placas fotovoltaicas y la contratación de electricidad con certificación de origen verde. Además, la empresa cuenta con instalaciones de autogeneración en 22 hoteles, que han supuesto una inversión acumulada de 8,2 millones de euros y planea sumar proyectos fotovoltaicos en más hoteles de España, Costa Rica, Cabo Verde y Aruba. “No hay ningún hotel que hoy por hoy que no esté actuando sobre su consumo energético, que es la parte que más afecta a su huella de carbono”, afirma Coralia Pino.

En 2023, 26 hoteles Minor -antigua NH Hotels- han conseguido por primera vez algún sello distintivo en sostenibilidad, hasta alcanzar un total de 184 hoteles certificados sobre los 350 hoteles de la cartera. Entre los compromisos de la cadena figuran realizar compras sostenibles, priorizar las asociaciones claves, los proveedores locales y las organizaciones responsables, así como aumentar el uso de energías limpias. El 66% de la electricidad del grupo procede ya de energías limpias, porcentajes que asciende al 100% en el caso de los hoteles del sur de Europa y en 2022 redujo su consumo de energía por estancia un 35% respecto a 2021.

Por otra parte, la cadena hotelera canaria Lopesán ha instalado tres parques eólicos que aportan a la red energía renovable para compensar la demanda de sus diferentes establecimientos, incluidos los 11 hoteles que tiene en el sur de Gran Canaria. “El sector intenta minimizar su impacto. Algunos lo harán más de boquilla y otros sí están haciendo una inversión real. Pero siempre es hacia dentro, para gastar menos agua, reducir el uso de plásticos o el consumo de energía. Es bienvenido, pero no es suficiente. Tienen que salir fuera, se necesita más inversión para la conservación del bien común e invertir en la creación de áreas marinas protegidas”, afirma Sandra Espeja, directora de proyectos de la Fundación Marilles, entidad que se dedica a la conservación del mar, uno de los principales recursos del exitoso turismo de ‘sol y playa’.

La administración

Desde el Ministerio de Industria y Turismo defienden que el Ejecutivo ha previsto 3.400 millones de euros para "reducir la presión del turismo sobre el territorio", mejorar la "coexistencia de la actividad turística con el entorno" y un desarrollo turístico que respete "el medio ambiente y la protección de los recursos naturales", de los cuales 1.858 millones de euros se destinaron a los planes de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD), según expone en un correo electrónico la directora general de Políticas Turísticas de la Secretaría de Estado de Turismo, Ana Muñoz Llabrés. Como ejemplo, cita el parque subacuático de Almuñécar–La Herradura, financiado con cerca de 1 millón de euros con actuaciones enfocadas al turismo activo y la regeneración del fondo marino.

A nivel regional, un análisis reciente del lobi turístico Exceltur afirma que son “escasas” las estrategias y políticas autonómicas sobre turismo que incorporan elementos para reducir la huella ambiental, aunque son más que las que había hace seis años. Así, apenas 4 de cada 17 planes estratégicos de turismo incluyen orientaciones de adaptación y mitigación del cambio climático y 8 de 17 incluyen compromisos de circularidad. “La cuestión medioambiental pone de manifiesto la necesidad de una gestión proactiva. En Catalunya y Andalucía se hablaba hace dos meses que no llenar piscinas o limitar uso de agua de la ducha dañaba la imagen del destino. Ha llovido y el problema ha desaparecido, pero se queda aparcado hasta que volvamos a tenerlo, en vez de asegurarnos que no vuelva a faltar agua. Se necesita planificar y ese es el gran problema que tiene el país en muchas de las comunidades autónomas”, afirmó el presidente de Exceltur y presidente de la principal hotelera española Meliá, Gabriel Escarrer, durante la presentación del estudio 'Monitur'.

Los visitantes

Según el Informe de Viajes Sostenibles 2024 de Booking, el 40% de los viajeros españoles considera más atractivo un alojamiento certificado como sostenible y el 74% afirma querer viajar de manera más sostenible durante los próximos 12 meses. Otro informe, de la EAE Business School afirma que el 60% de los encuestados estaría dispuesto a pagar más por un servicio turístico sostenible, aunque solo un 30% ha seleccionado servicios turísticos basándose en su compromiso con la sostenibilidad.

Desde el sector hotelero no están de acuerdo con estas afirmaciones, porque “el cliente prioriza precio y situación", según Coralina Pino. "No tienes que ser más sostenible para atraer a más clientes, sino por responsabilidad corporativa. Y si realizas cambios que rompen la pauta del cliente. el visitante comienza el proceso de transformación también de sus hábitos", afirma. Coincide Francesc González, quien cree que los turistas toman decisiones a partir del precio, modas o hábitos, pero es "muy complicado" modificar estos dos últimos componentes. "Actuar de forma sostenible requiere, por tanto, impulsar hábitos y formas de viaje responsables, pero que, al mismo tiempo, no ejerzan de filtro económico o social", añade.

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