Política monetaria

El BCE recorta los tipos en 0,25 puntos ante la bajada de la inflación y la debilidad económica

Lagarde evitar dar pistas sobre los próximos recortes y confía en que Escrivá adquiera una "dimensión europea" en sus contribuciones en el consejo del banco central

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. / EFE

Pablo Allendesalazar

Pablo Allendesalazar

Nuevo paso en la desescalada de la política monetaria. El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) ha aprobado este jueves la segunda bajada de 0,25 puntos porcentuales de los tipos de interés oficiales de la zona euro en lo que va de año, tras el recorte de junio y después del alza inédita de 4,5 puntos que aplicó entre julio de 2022 y septiembre de 2023 para combatir la espiral inflacionista. Como se esperaba, el tipo de referencia (el interés con que el BCE remunera el dinero que guarda a los bancos, el que más afecta en el coste de créditos y depósitos) se reduce al 3,5%, el nivel de junio del año pasado.

La bajada de la inflación y la debilidad económica están detrás de la decisión. Así, su presidenta, Christine Lagarde, ha resaltado que el BCE lleva ya 15 meses augurando que la inflación bajará a su objetivo (2% sostenido a medio plazo) antes de que acabe 2025, al tiempo que ha subrayado que los datos vienen apuntando a que esa expectativa es correcta. "La información entrante confirma nuestras proyecciones anteriores y nos reconforta en nuestra confianza en que vamos en camino hacia nuestro objetivo", ha argumentado.

Sin embargo, y también como se esperaba, no ha dado pistas concretas sobre sus próximos movimientos. "Estoy tentada de citar en español: qué será, será", ha bromeado mirando a su vicepresidente, Luis de Guindos. Como viene sucediendo desde hace muchos meses, ha insistido en que el BCE irá tomando decisiones en función de los datos que vayan recibiendo y reunión a reunión. "Nuestro camino -cuya dirección es bastante obvia, un camino descendente- no está predeterminado, ni en términos de secuencia, ni en términos de volumen", ha reiterado.

Optimistas y pesimistas

Lagarde ha evitado así alimentar las expectativas de los analistas e inversores, que se dividen entre los que esperan dos recortes más de tipos en los dos consejos que quedan este año (17 de octubre y 12 de diciembre) y los que prevén uno solo en la reunión del último mes del año. También hay discrepancias sobre el tamaño de dichos recortes (0,25 o 0,5 puntos) y sobre lo que sucederá el año que viene. Algunos expertos creen que el BCE pasará de un ritmo de recortes trimestral en 2024 a un ritmo mensual en 2025, mientras que otros estiman que se mantendrá en las rebajas cada tres meses.

Frente a estas diversas expectativas, Lagarde ha revelado que el recorte de tipos de este jueves ha sido aprobado de forma unánime por los 26 miembros del consejo de gobierno, pero también ha apuntado que "algunos son más optimistas y otros más pesimistas" sobre las perspectivas de la economía. Se trata de una pista relevante, ya que en el seno del consejo conviven dos almas: la de los llamados 'halcones' (aquellos que abogan por ceñirse al objetivo de lograr la estabilidad de precios) y la de los calificados como 'palomas' (quienes defienden una interpretación flexible y amplia de su mandato que tenga más en cuenta la situación económica). 

Menos crecimiento

El mercado, en cualquier caso, daba por descontado el nuevo recorte. Así, la economía de la zona euro muestra crecientes signos de desaceleración, con Alemania al borde de la recesión. De hecho, las cifras de crecimiento del PIB del segundo trimestre se han revisado recientemente a la baja, del 0,3% al 0,2%. Paralelamente, la inflación general bajó al 2,2% en agosto, por debajo del 2,6% de julio y en su menor nivel desde julio de 2021. Además, la subida de los salarios negociados se frenó de forma significativa en el segundo trimestre hasta el 3,55%, frente al 4,74% de entre enero y marzo.

Los economistas del BCE prevén que el IPC de la zona euro se sitúe de media en el 2,5% en 2024, el 2,2% en 2025 y el 1,9% en 2026, lo mismo que calcularon en junio. La inflación subyacente (excluyendo los más volátiles precios de la energía y los alimentos) la han revisado "ligeramente" al alza (una décima, hasta el 2,9 % este año y 2,3% en 2025 ). Pero siguen esperando un "rápido descenso" de dicho indicador y mantienen el 2% para 2026. Además, proyectan algo menos de crecimiento económico para el trienio: 0,8%, 1,3% y 1,5%, frente al 0,9%, 1,4% y 1,6% anterior.

Este cuadro macroeconómico es compatible con nuevos recortes de tipos. Sin embargo, la inflación de los servicios en agosto subió dos décimas, hasta el 4,2%, mientras que la subyacente se mantuvo en el 2,8%. "No es satisfactorio, por eso tenemos que ser resilientes en nuestra aproximación", ha apuntado Lagarde para justificar que el BCE no dé más pistas sobre las futuras bajadas del precio del dinero. 

Mensaje a Escrivá

El consejo del BCE, por otra parte, ha sido el primero al que ha asistido el ya exministro José Luis Escrivá como gobernador del Banco de España. A preguntas de la prensa, Lagarde ha tenido un significativo mensaje para él: "Le hemos dado la bienvenida. Como otros gobernadores, ha hecho aportaciones muy útiles. Y espero que, como cualquier otro gobernador, siga aportando no solo sus puntos de vista personales, que pueden estar inspirados en parte por la situación española, sino que tenga la dimensión europea que también tienen otros gobernadores cuando se sientan a la mesa del consejo de gobierno. Es un proceso, un viaje, que espero que sea productivo y agradable tanto para él como para el grupo de gobernadores".

Por otro lado, en este consejo se ha producido un hecho particular en cuanto a los tipos. El que servía de referencia entre 1999 y 2015 (el de las operaciones principales de financiación: interés que cobra el BCE a los bancos por prestarles dinero a una semana), ha bajado en unos inéditos 0,6 puntos porcentuales, hasta el 3,65%. Con todo, es engañoso y no debe interpretarse como una suavización adicional de la política monetaria. El BCE decidió hace unos meses por razones operativas que su diferencia con la facilidad de depósito (el tipo de referencia) se reduzca a 0,15 puntos. Este último es el que realmente sirve de guía desde 2015 para el euríbor, y por tanto para el coste de los créditos bancarios e hipotecas