Informe

El interés industrial por España aún está lejos de las expectativas generadas por su energía 'barata'

La consultora Mckinsey & Company desarrolla un índice para medir semestralmente el avance de la transición energética y su impacto en la industria del país

Archivo - Fábrica de vehículos.

Archivo - Fábrica de vehículos. / SKODA - Archivo

Sara Ledo

Sara Ledo

España está llamada a ser 'El Dorado' para muchas empresas, al producir energía entre un 20% y un 30% más barata que otros países de Europa gracias a sus "condiciones naturales favorables" para el despliegue de las energías renovables. Pero mientras el desarrollo de este tipo de tecnologías avanza a buen ritmo, el interés de la industria por instalarse dentro de nuestras fronteras están todavía muy lejos de las expectativas.

Esa es la lectura que a día de hoy hace la consultora Mckinsey & Company, que acaba de poner en marcha el Índice de Transición Energética e Industrialización, que publicará semestralmente y en el que medirá el progreso del país hacia una economía descarbonizada y su impacto en la industria. “Estamos progresando adecuadamente en la componente energética; (…) pero rezagados frente a las expectativas en industria”, resume el socio de la consultora, David González.

El retroceso del peso de la industria en la economía es uno de los principales debates a día de hoy en el seno de la Unión Europea, después del informe Draghi, en el que el exprimer ministro italiano subraya el déficit estructural al que se dirige el continente, con una regresión del 17% desde 1995 a 2023, según Mckinsey. Pero el problema es todavía mayor en el caso de España, donde la industria ha perdido un 32% de su peso en las últimas tres décadas.

La consultora defiende que el país debería aprovechar la "ventana de oportunidad" que le supone la transición energética como catalizador para la reindustrialización y afirma que hacerlo supondría un impacto positivo del 20% del PIB y de más de un millón de empleos, de los cuales 200.000 serían cualificados.

Vehículos eléctricos

En su primera edición, el nuevo indicador, que está formado por 25 subíndices, sostiene que, efectivamente, España avanza a buen ritmo en penetración de renovables (suponen 22% de la energía consumida) y en la reducción de emisiones (disminución del 31% en el sector energético y del 11% en la industria frente a 1990), así como en los precios de la electricidad; pero subraya que el peso del valor añadido de la industria sigue decreciendo y la inversión en i+d todavía no ha logrado dar un salto significativo.

Además, en este momento se fabrican 250.000 vehículos eléctricos menos que en el periodo 2014-2019, hasta un total de 2,45 millones de coches, y a pesar de que el número total de empleos se ha incrementado, la proporción de empleos en industria ha disminuido 0,5 puntos porcentuales frente al periodo 2014-2019.

Y aunque el gran déficit es industrial, también hay algunos componentes del apartado energético en el que queda mucho por mejorar y que podrían estar detrás de ese todavía reducido interés de la industria. Uno de ellos es la dependencia energética, que todavía es alta (70%) en comparación con la media de la Unión Europea (63%) y lejos del objetivo del 50% para 2030.

Hidrógeno verde y biogás

Pero también en el desarrollo de otras tecnologías limpias más allá de la electricidad, como el hidrógeno verde, los biocombustibles, el biogás o el biometano, y en la venta de coches eléctricos. Según González, la matriculación de este tipo de vehículos se sitúa en torno al 12%, frente al 50% de algunos países europeos.

“La energía es un factor muy importante para la competitividad industrial que podría favorecer la descarbonización de algunas industrias existentes y el desarrollo de nuevas fábricas de baterías, químicas circulares o acero”, afirma la socia senior de Mckinsey & Company, María Joao Ribeirinho.