Fiscalidad

Hacienda pacta con Junts y con PNV prorrogar el impuesto a la banca pero tumbar el de las energéticas

El nuevo impuesto a la banca incluirá deducciones y se aplicará a los ejercicios 2024, 2025 y 2026

Sumar insiste en su exigencia de mantener los dos gravámenes extraordinarios y eso impide anticipar si decaerá el de las empresas de energía

Las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados.

Las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, en el Congreso de los Diputados. / Eduardo Parra / Europa Press

El Ministerio de Hacienda ha pactado con los grupos parlamentarios de Junts y de PNV prorrogar el actual gravamen sobre la banca, mediante la creación de un nuevo tributo que afectará a ingresos de 2024, 2025 y 2026. El pacto con Junts incluye no prorrogar el gravamen que se aplica sobre las empresas energéticas y que, si no se alarga, caducará el 31 de diciembre, en contra del acuerdo del Gobierno de coalición entre PSOE y Sumar.

El pacto político alcanzado en las últimas horas con Junts y PNV se ha materializado en el paquete de enmiendas tributarias que los diferentes grupos políticos han presentado en la tarde de este miércoles al proyecto de ley para una fiscalidad mínima de las multinacionales. En particular las enmiendas registradas por el grupo socialista sí incluyen la creación de un impuesto permanente sobre las entidades financieras, pero no así sobre las empresas energéticas.

Todo apunta a que dejar caer el impuesto a las energéticas es el precio político que, al final, ha estado dispuesto a pagar el Ministerio de Hacienda a cambio de lograr apoyos parlamentarios a favor del paquete completo de subidas fiscales por 4.500 millones que el Gobierno se ha comprometido a presentar ante la Comisión Europea.

En los últimos días, el grupo parlamentario de Junts había hecho llegar al Gobierno su rechazo total a dar continuidad al impuesto energético, si bien se abría a prorrogar el que afecta a la banca, siempre que se introduzcan condiciones que no penalicen a las entidades menos internacionalizadas. Y ese es el espíritu que parece haber trasladado el grupo socialista en sus enmiendas. En sentido contrario, los grupos de Sumar, ERC y EH Bildu proponen que tanto el impuesto a la banca como el de las energéticas sean permanentes. No en vano, la continuidad de ambos tributos -por los que Hacienda ha ingresado 2.859 millones en 2024- forma parte del acuerdo para el Gobierno de coalición que firmaron Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Así, aunque el acuerdo de Hacienda con Junts y PNV aboca a la desaparición del gravamen sobre las energéticas, lo cierto es que la discrepancia que plantean Sumar, ERC y EH Bildu impiden garantizar que eso vaya a ser así cuando, finalmente, se voten las enmiendas en la Comisión de Hacienda del Congreso de los Diputados, tal vez, la próxima semana. "Frente a los anuncios de algunas fuerzas políticas sobre los acuerdos alcanzados, será la Comisión y la mayoría parlamentaria del Congreso la que decidirá la permanencia o no los impuestos sobre banca y energéticas", es ha encargado de recordar EH Bildu este miércoles.

Tensiones políticas

De momento, el Grupo Vasco ha emitido un comunicado en el que se ha felicitado por haber logrado la concertación con capacidad normativa de los impuestos a grupos multinacionales y banca, que serán así regulados por las haciendas forales. "El gravamen a energéticas decaerá por factores ajenos a la formación jeltzale, que había mostrado su voluntad de convertir en impuesto y concertar dicho tributo", anticipa el PNV en el comunicado emitido esta tarde.

Los "factores ajenos" guardan conexión con la negativa de Junts a apoyar el impuesto a las energéticas, después de las amenazas lanzadas por el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, de trasladar a Portugal inversiones inicialmente previstas en Tarragona si se adopta el impuesto permanente sobre el sector.

No obstante, para que salgan adelante las enmiendas del grupo socialista es imprescindible el apoyo parlamentario de los socios del Gobierno de coalición. Sumar no solo ha presentado enmiendas para dar continuidad a los dos gravámenes actuales (sobre banca y sobre energéticas). Además, el grupo parlamentario de Yolanda Díaz plantea que no se transformen en impuestos, sino que se mantengan como gravámenes (prestación patrimonial de carácter público no tributaria). Si los gravámenes se convierten en impuestos, habrán de ser cedidos a las haciendas forales, que podrán modularlos según sus criterios de política tributaria. Sumar recela, pues teme que los nuevos tributos podrían ser vaciados de contenido en el País Vasco.

Las diferencias entre PSOE y Sumar que, en contra de lo que cabía esperar, no han presentado enmiendas conjuntas, añaden una gran incertidumbre sobre el resultado final de la tramitación parlamentaria de los gravámenes sobre banca y energéticas.

El nuevo impuesto sobre la banca

En las enmiendas presentadas por el grupo socialista, se plantea la creación del que pasaría a llamarse 'impuesto sobre el margen de intereses y comisiones de determinadas entidades financieras'. El nuevo tributo pretende gravar el margen de intereses y comisiones obtenidos por entidades de crédito y las sucursales en España de entidades de crédito extranjeras, en las actividades que desarrollen en España. 

La enmienda socialista establece que el tipo del impuesto tendrá un carácter progresivo (del 1% al 6% en función de la base liquidable). Además se permite la deducción del 25% de la cuota enel impuesto de sociedades. El diseño que plantea Hacienda, también establece una deducción extraordinaria en el caso de que sufran un descenso sostenido de su rentabilidad.

Según la propuesta socialista, el nuevo impuesto tendría efecto para los periodos impositivos iniciados desde el pasado 1 de enero de 2024 y se abonará en 2025. Y será aplicable durante tres ejercicios consecutivos a partir de 2024.

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