LOTERÍA DE NAVIDAD

El imperio económico de Loterías, la empresa de los 'sueños' que factura más que El Corte Inglés

En 2023, la compañía pública que organiza el sorteo de la Lotería de Navidad logró una facturación récord de casi 10.000 millones de euros y un beneficio de casi 2.200

Décimos de Lotería de Navidad en una administración de Barcelona.

Décimos de Lotería de Navidad en una administración de Barcelona. / ZOWY VOETEN

Loterías y Apuestas del Estado es una de las pocas compañías públicas, junto a Correos, Renfe, Adif, Navantia o EFE, en las que el Estado conserva el total control de su accionariado. Sin embargo, esta sociedad cuenta con una particularidadser una de las pocas que es muy rentable, además de ser un monopolio. Loterías se ha convertido en la gallina de los huevos de oro, una sociedad que todo español conoce y que está a la altura o, incluso, por encima de algunas de las principales empresas del Ibex-35.

La Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado S.M.E. cerró el ejercicio fiscal de 2023 con unos ingresos de 9.957 millones de euros, un 2,67% más que el año anterior, que es además la mayor facturación de toda su historia. Su beneficio fue de 2.188 millones de euros, que pasan directos a las arcas públicas, concretamente a la Dirección General del Patrimonio del Estado, números también récord que dejan atrás la caída fruto del estallido de la crisis sanitaria de la Covid-19, según el registro de Insigh View.

Los números que maneja la sociedad mercantil estatal la colocan como una de las empresas más importantes del país. Sus cifras están a la altura de las principales multinacionales: su facturación supera la de gigantes patrios como El Corte Inglés o Seat, mientras su beneficio dobla al de Mercadona. Esto se debe en parte al monopolio-oligopolio de los sorteos diarios con el que cuenta Loterías. Solamente la Cruz Roja y el sorteo del Oro y la Once celebran de forma periódica sorteos de estas características.

La ruleta o el bingo reparten más premios

En 2023, la Lotería de Navidad contaba con 172 millones de décimos que, a 20 euros la unidad, da una recaudación potencial de 3.440 millones de euros. Pero, ¿cuánto de ello aspiraba a repartir? Concretamente el 75%, 2.590 millones. Partiendo de la base de que ningún juego de apuestas en el que interviene un agente con fin de lucro reparte más dinero del que ingresa, el sorteo navideño es uno de los que menos lo hace de todas las modalidades.

En el caso de las apuestas, el margen de una de las mayores casas de apuestas por ejemplo en la final de la última Champions League entre el Real Madrid y el Borussia Dortmund, en el que se impuso el combinado español, fue de alrededor del 3% —según cálculos de este periódico—, mientras el 22 de diciembre Loterías y Apuestas del Estado obtiene un 25%. También el bingo físico tiene una comisión menor, que puede ir desde el 10% hasta el 30%, según el especializado blog fr9.es. Tampoco las máquinas tragaperras son tan rentables como la rifa cantada por los niños de San Ildefonso, que cuenta con un margen entre el 2% y el 4%, ni las ruletas físicas, que reparten alrededor del 80% de sus ingresos, de acuerdo a lo que anuncian las propias máquinas.

Hacienda siempre gana

Si hay alguien al que cada año le toca un suculento premio en la Lotería de Navidad, ese es Hacienda. El ministro de economía del Partido Popular Cristóbal Montoro, durante la primera legislatura de Mariano Rajoy, en un contexto de grave crisis económica, introdujo el impuesto a los premios. A través de la Ley 16/2012, comenzó a gravar con un 20% a los agraciados con premios que superasen los 2.500 euros. Ahora esta norma ha sido modificada posteriormente para imponer carga impositiva a premios solo por encima de los 40.000 euros.

Según un informe elaborado por el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda Gestha, en 2022, Hacienda recibió hasta 163,8 millones en impuesto bajo este concepto. De cada ganador del primero premio, dotado con 400.000 euros al décimo, las arcas públicas recibieron 72.000. Del segundo captaron 17.000 euros y del tercero 2.000 euros. La situación es paradójica: un ciudadano paga 20 euros a una empresa pública, la cual solo reparte 15 euros en premios y, si resulta agraciado, paga un impuesto.

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