El descendiente de pastores que innovó para la NASA y mejora desde Almería la gestión agrícola

¡Hasta las estrellas y más allá!, Innovar es la respuesta ¿Las personas? La solución son libros divulgadores e inspiradores escritos por Ramón González Sánchez, ingeniero informático y doctorado en robótica que fue galardonado en 2017 con la Medalla de Andalucía por sus aportaciones a la NASA para el diseño de la movilidad de las ruedas de los robots en suelos de Marte. El niño de una familia de pastores y ganaderos que desde Viator, pequeño municipio almeriense, soñaba con ir al 'planeta rojo', ahora empieza a hacer realidad su segundo gran sueño: ayudar a los agricultores a mejorar el rendimiento de su actividad. Y para ello ha vivido el reto de aprender a ser empresario. Robonity es su pyme tecnológica.

"Me siento en deuda con España"

“Tuve varias ofertas de trabajo para seguir en Estados Unidos, pero dije que no para volver a mi tierra y contribuir a la generación de riqueza. Procedo de una familia humilde, y todos los estudios que pude cursar fueron gracias a becas públicas. Siempre me he sentido en deuda con España. Y el camino más directo para generar desarrollo es montar una empresa. Empecé de cero". “Mi gran reto en los seis años que llevo dedicados a Robonity ha sido entender el nexo de unión entre investigación, ciencia, tecnología y convertirlo en negocio. Me he tenido que esforzar mucho en conocer y aprender el mundo de los negocios".

"Nuestra meta está muy clara: digitalizar la gestión de la agricultura. Quitar el papeleo. Lo hacemos con un software creado por nosotros, mantenido por nosotros, al que damos soporte nosotros. Es Mobibuk. Su singularidad competitiva es que agiliza a administrar y analizar los costes de la mano de obra, que son entre el 60% y el 70% del presupuesto de producción de una finca agrícola. Y sirve tanto para invernaderos como para campo abierto y cualquier tipo de cultivo, incluidos semilleros”.

“Nuestros principales clientes hasta ahora son empresas agrícolas de espíritu muy innovador que intentan disponer de datos de medición en todos sus procesos para seguir mejorando su competitividad. Están en todo el arco mediterráneo desde Valencia a Málaga, y también algunas de Canarias. En 2024 ya hemos confirmado con éxito nuestra primera experiencia internacional con fincas agrícolas en México”, explica el fundador de Robonity.

"Nuestra herramienta tecnológica está configurada para que puedan manejarla de forma sencilla tanto los encargados de las fincas como pequeños agricultores y pequeñas cooperativas. Si fuera un sistema complicado, nos daríamos un batacazo. Tiene dos ámbitos básicos: incluir datos, por ejemplo sobre los trabajadores que están ese día en activo y qué funciones les han asignado; y el análisis que le ofrece Mobibuk de esos datos para tomar decisiones, con gráficos fáciles de entender y muy clarificadores", explica el fundandor de esta empresa.

Señala Ramón González ejemplos al respecto: “Ayudamos a tomar decisiones a corto, medio y largo plazo. Cada noche, le enviamos a nuestros clientes un email resumiéndoles lo que ha pasado en su finca. Lo pueden leer en 30 segundos. Si, por ejemplo, tenían planificado recolectar 500 kilos de tomates para llevarlos a la mañana siguiente a la cooperativa, y han recolectado solo 450, lo primero que han de hacer los trabajadores es recolectar los 50 kilos que faltan. O, para tomar la decisión sobre qué cultivar el año que viene, Mobibuk le hace los cálculos sobre los costes que ha tenido por metro cuadrado, los precios que ha percibido por cada kilo cosechado, entre otros indicadores. Información bien elaborada y segmentada para lo que necesitan”.

También está sirviendo para registrar plagas u otras incidencias, y afrontarlas de modo más eficiente. "Por ejemplo, si un encargado ve en un lugar de la finca una plaga de rugoso, puede hacerle una foto con la cámara de nuestra aplicación e indicar el lugar donde ha ocurrido. Y la persona que analiza esos datos puede incluirlo ver un mapa y analizar la zona donde está ese foco".

Entre un 10% y un 30% de ahorros

"Los clientes nos comentan que están optimizando los procesos entre un 10% y un 30% en ahorro de coste de mano de obra. Eso puede significar en algunos casos concentrar la actividad en menor número de días, sobre todo de lunes a viernes, y no tener que trabajar sábados o domingos”.

"Actualmente, el 70% de nuestra facturación procede de empresas productoras de hortalizas de gama premium, como los tomates cherry y los pepinos snack. Después de años en los que hemos validado y verificado que Mobibuk funciona perfectamente para los agricultores más proclives a la innovación, los 'early adopters' en el sector, en 2025 queremos expandirnos hacia el común de los agricultores dentro y fuera de España. Y explicarles que nuestra tecnología no es un fin sino el medio para conseguir sus objetivos de eficiencia y rentabilidad”.

Robonity es aún una pequeña pyme, con tres personas a tiempo completo y dos más a tiempo parcial. Otras de sus singularidades es que en su web hay un formulario, llamado Mobibuk Jobs, para que cualquier persona que busca trabajar en la agricultura en el Sureste español, ponga sus datos. En el idioma que prefiera, a elegir entre español, francés, inglés, árabe, rumano. “Nuestros clientes tienen acceso a ver esa bolsa de empleo y tengo constancia de personas que han conseguido trabajo gracias a nuestra aplicación”.

La reputación social de los agricultores

Ramón González aboga porque mejore sustancialmente la valoración que tiene la sociedad española sobre las personas dedicadas a la agricultura. “Hacen una labor admirable y deberían ser más admirados por el conjunto de la ciudadanía. Quien los visita en sus lugares de trabajo, toma conciencia de que lo que hacen es tan difícil que, por ejemplo, le llaman 'milagro' al Poniente almeriense. De una zona desértica, donde la tierra no es buena, y donde no hay agua, salen las hortalizas que come media Europa”.

El fundador de Robonity tiene muy presentes sus orígenes. "Nací hace 42 años en Almería. Viví mi infancia y adolescencia en Viator, pequeño municipio almeriense que ha tenido a bien elegirme como la primera persona a la que ha concedido el título de Hijo Predilecto. Mi familia se dedicó durante generaciones al pastoreo o a cosechar. Mi padre pudo desarrollarse más con vacas lecheras y compró una finca para ampliar el negocio”.

Recuerda cómo desde muy temprana edad sintió pasión por la astronomía. “Mi sueño era ir a ese punto rojo en el espacio, a Marte. El poco dinero que podían darme mis padres por ayudarles los fines de semana a darles de comer a las vacas, yo lo dedicaba a comprar libros de física, de teoría de la relatividad. Al principio no entendía las ecuaciones de Albert Einstein pero me encantaba todo ese ámbito de conocimiento”.

Investigar desde el MIT para la NASA

Para hacer realidad su sueño, cursó la carrera de ingeniería informática en la Universidad de Almería. Para doctorarse en robótica, hizo una estancia de investigación en la Universidad de Sevilla y otra en Zurich en el Instituto Tecnológico de Suiza (ETH). “Ahí se estaba fraguando la participación de la Agencia Espacial Europea en el proyecto ExoMars. Una de las principales contribuciones de mi tesis doctoral fue calcular el deslizamiento de las ruedas de un robot móvil y resolver el problema de que patinaran en terrenos de Marte muy arenosos”.

“Utilicé algoritmos, programas informáticos, herramientas de inteligencia artificial, para determinar cómo posicionar el robot al detectar esas situaciones de movilidad dificultosa. Eso me llevó a poder estar tres años en el famoso Massachussetts Institute of Technology (MIT), junto a Boston, trabajando en un grupo de investigación sobre robótica que tenía proyectos de colaboración con la NASA. Fue increíble la experiencia de trabajar en ese tema para la agencia espacial norteamericana con vistas a su envío de robots que exploran Marte”.