Jugón en escenario de película

Askia Booker creció en Inglewood, la ciudad en la que se construyó el pabellón en el que jugaron los maravillosos Lakers de los años 80

08 mar 2018 / 19:41 h - Actualizado: 09 mar 2018 / 19:31 h.
"Real Betis Energía Plus","Askia Booker"
  • Askia Booker, base del Betis Energía Plus. / Manuel Gómez
    Askia Booker, base del Betis Energía Plus. / Manuel Gómez

Dos años antes de que Askia Booker naciera en Inglewood (California), Lawrence Kasdan rodó allí una película, Grand Canyon, que pretendía retratar la realidad social y racial de finales de los años 80. Un claro contraste con el glamour, la púrpura y el espectáculo que se vivía en el Forum, la pista en la que jugaba su partidos como local los Lakers de Magic Johnson, Kareem y Worthy. En el mismo sitio dos realidades muy distintas. Las mismas calles que filmó Kasdan fueron el escenario de los años de infancia del base del Betis Energía Plus. Las autoridades de Inglewood llegaron a pedir que se prohibiera la distribución de la película por la imagen de ghetto violento que se daba de la localidad, «no, no es nada exagerado. Es lo que allí se vivía y lo que hizo que muchos jóvenes nos refugiáramos en el baloncesto para huir de todo ese ambiente. El deporte nos mantenía a salvo de problemas», cuenta Booker, que muestra curiosidad por ver la película. Estuvo nominada a mejor guión en los Globos de Oro y los Oscars y ganó el Oso de Oro a mejor película de la Berlinale.

«Para nosotros ese equipo de los Lakers era algo casi divino, inalcanzable. Aunque ahora no tengo especial cariño por ellos. Yo quiero jugar en la NBA, me da igual el equipo. El sueño es jugar allí, no el equipo», apunta el base.

Booker muestra su predilección por Lebron James: «¿Le has visto jugar?, es que hace de todo y encima es el líder del equipo. No hay nadie como él en la NBA».

Desde muy pequeño, Askia Booker se recuerda con un balón en las manos y lanzando a canasta, «los dos parques más importantes de Inglewood son el Rugers Park y el Darby Park. He jugado en los dos en muchas ocasiones y allí es donde tengo mis primeros recuerdos relacionados con el baloncesto». Años antes de que naciera el base, una estrella de la NBA, Paul Pierce, se mudó a la ciudad y pasó también muchas tardes en los aros del Rogers Park.

Además de en la calle, Booker empezó también a destacar en su instituto, Price High School, de ahí dio el salto a la Universidad y se decidió por lo Colorado Buffaloes. El equipo vivió sus mejores años gracias a la aportación, a finales de los años 90, de Chauncey Billups, líder de los Pistons que ganaron el anillo en 2004 ante los Lakers de O´Neal, Bryant, Karl Malone y Gary Payton. «He tenido la oportunidad de conocer a Billups y hasta he jugado con él. Es una leyenda de nuestro equipo, hizo una gran carrera allí y todavía se le recuerda».

Con los Buffaloes, Booker formó un combo exterior temible junto al NBA Spencer Dinwiddie, actual base de los Brooklyn Nets, «éramos imparables. Spencer es un jugador tremendo. Es un base alto, pero tiene una capacidad para ver el juego enorme. Creo que está entre los diez mejores pasadores de la liga y creo que acabará firmando un gran contrato», cuenta.

Dentro del vestuario del Betis Energía Plus ha caído muy bien su llegada, «ha venido a sumar, no a restar como otros que han estado en la plantilla», cuentan. Booker firmó el mejor estreno de un fichaje de mitad de temporada en más de dos décadas, «lo que vieron el otro día es como juego. Lo que viví en Inglewood se traslada a la pista. Soy valiente, no me importa tomar la responsabilidad, hacer tiros comprometidos». Nada más llegar a Sevilla ya dijo que se ofrecía voluntario a ser el líder del equipo en un momentos tan comprometidos, «así soy yo».

Destaca el ambiente del grupo como una de las cosas que más le ha gustado de su estancia en el equipo, «están unidos, van todos en la misma dirección, y eso cuando has perdido partidos es complicado de mantener, pero aquí sigue vivo». Si todo sale bien, no le importaría como líder del equipo sevillano