Sector financiero

El Sabadell abona 429 millones en dividendos en plena opa del BBVA

La presidenta de la CNMC pide "paciencia" y asegura que sus técnicos analizan la operación con "absoluta independencia"

Archivo - El CEO de Banco Sabadell, César González-Bueno, durante una rueda de prensa de presentación de los resultados de Banco Sabadell correspondientes al primer trimestre de 2024, a 25 de abril de 2024, en Madrid (España).

Archivo - El CEO de Banco Sabadell, César González-Bueno, durante una rueda de prensa de presentación de los resultados de Banco Sabadell correspondientes al primer trimestre de 2024, a 25 de abril de 2024, en Madrid (España). / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press - Archivo

En plena oferta de compra hostil (opa) del BBVA, el Sabadell pagará a los accionistas un dividendo a cuenta de ocho céntimos por título a patir del 1 de octubre, lo que supone un desembolso de 429 millones de euros, el 33% más que la remuneración en efectivo satisfecha con cargo a los resultados de 2023. Esta remuneración, que se produce en un momento de reproches entre ambas entidades por la operación que prentede llevar a cabo la entidad de origen vasco, supone una rentabilidad del 4% sobre la cotización actual del banco presidido por Josep Oliu. Tienen derecho a dicha retribución todas las acciones compradas hasta el 26 de septiembre.

El pago forma parte de los 2.900 millones a cargo de los ejercicios de 2024 y 2025, que ya anunció el banco y que es equivalente a 53 céntimos por título y "cerca el 28% sobre la cotización actual". Esta primera remuneraciónón de ese ciclo supone "solo el 15% del total previsto para el periodo". El banco había estimado inicialmente que los dividendos ascenderían a 2.400 millones, pero decidió elevarlos a 2.900 millones tras los resultados récord de primer semestre de este año. Oliu asegura que "el consejo de administración de Banc Sabadell confía en las excelentes perspectivas de mejora de la rentabilidad para los próximos años, así como en la plena capacidad para generar valor a largo plazo para sus accionistas.

Los dividendos anunciados forman parte de la política "que combina una retribución recurrente con cargo a los resultados entre el 40% y el 60% del beneficio obtenido ('pay-out'), más la distribución de todo el capital CET1 (el básico del banco) que exceda el 13%". Una vez que finalice el ejercicio, el consejo presentará a la junta de accionistas la propuesta de dividendo final, como en año anteriores, así como la distribución del exceso de capital, incuyendo el importe equivalente pendiente de ejecución del programa de recompra de acciones anunciado en abril pasado, que quedó suspendido tras lanzar el BBVA una "opa hostil".

Paciencia e independencia

Por su parte, la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, ha reclamado este jueves la "necesaria paciencia y el necesario respeto al trabajo de los técnicos" que están analizando la posible concentración entre ambos bancos. El dictamen del organismo -que puede aprobar, aprobar con compromisos y/o condiciones, o prohibir- es clave para el futuro de la operación. "Desde luego, lo que no vamos a dejar de hacer es aplicar el rigor técnico que siempre hemos aplicado", ha advertido durante una comparecencia en el Congreso, en la que ha defendido que sus inspectores trabajan con "absoluta independencia y basándose en los criterios técnicos".

Fernández ha explicado que el análisis se está demorando más que en otras operaciones de concentración de bancos porque, al contrario que en las anteriores, esta no es amistosa (con acuerdo entre las entidades) sino hostil (opa lanzada por el BBVA sobre el Sabadell sin pacto previo). "En una opa hostil, tenemos toda la información del notificante, es decir el adquirente, pero no tenemos la información del objeto de la opa, del Sabadell. Hemos obtenido esa información a base de requerimientos de información que han sido reiterados en la medida de lo necesario. Además, hemos tenido que hacer ejercicios de comparabilidad de datos, porque en muchas ocasiones la información no es compatible", ha explicado.

Prohibición improbable

Su mensaje no era un tirón de orejas al Sabadell, sino la constatación de que las opas hostiles son más complejas de analizar para la CNMC. En las operaciones amistosas, ha explicado, las empresas proporcionan al organismo "toda la información después de un largo proceso de prenotificación, que en este caso no ha existido". Fernández, en esta línea, ha apuntado que el consejo de su organismo todavía no ha recibido un primer análisis de sus técnicos para decidir si se pronuncia sobre la operación en primera fase o en segunda (en cuyo caso el proceso se alargaría y el Gobierno podría imponer condiciones adicionales). "No tenemos una primera visión porque nuestros servicios todavía no han sido capaces de obtener toda la información necesaria para poder hacer ese primer análisis", ha apuntado. 

La presidenta de la CNMC, eso sí, ha dejado entrever que la opción de prohibir la operación parece la menos probable. "En un nuestro sistema, a diferencia de otros sistemas de otros reguladores del entorno, además de aceptar compromisos (del BBVA, en este caso) tenemos la posibilidad de imponer condiciones. Y esto es muy relevante, porque si los compromisos no fueran suficientes, nosotros podríamos llegar a imponer condiciones para conseguir que el mercado posfusión no plantee problemas de competencia. Lo digo porque no es necesario prohibir una fusión en España para eliminar los posibles problemas de competencia que tenga, a diferencia de otros países del entorno", ha subrayado.