Elecciones vascas

Pello Otxandiano, el independentista pausado

Doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones, ha sido uno de los impulsores del cambio interno de la izquierda abertzale para ampliar su base social

El candidato a lehendakari de EH Bildu, Pello Otxandiano.

El candidato a lehendakari de EH Bildu, Pello Otxandiano. / Arnaitz Rubio

Elena Marín

Ni una palabra más alta que la otra, ni un mal gesto. Pello Otxandiano ha llegado a la cima este 21 de abril sin una sola mueca que mostrara si su campaña iba bien o regular. Impasible en las formas y pausado al explicar todas sus propuestas, procuró no pisar charcos. Pero se metió en uno que a ratos pareció demasiado grande cuando evitó calificar a ETA como grupo terrorista. Las urnas han demostrado que no lo fue tanto. Otxandiano ha llevado a la izquierda abertzale a donde siempre quiso estar, a la par que el PNV. Por encima incluso. Con él, EH Bildu ya no es el hermano pequeño y protestón, ahora es un partido con respaldo suficiente como para gobernar, aunque necesita aliados que hasta ahora no ha tenido.

Pello Otxandiano (Otxandio, 40 años) es doctor en Ingeniería de Telecomunicaciones, hizo su tesis doctoral en la Universidad de Mondragón (Guipúzcoa) y ha sido el estratega e ideólogo de EH Bildu en los últimos años. Su imagen está lejos de los estereotipos que han acompañado a esta formación en las últimas décadas. Sin un pasado marcado por la participación activa en el terrorismo de ETA, el hombre que ha llevado a Bildu a la cima de sus resultados electorales, asegura querer modernizar la política vasca buscando el acuerdo con otras formaciones. Con él, la izquierda abertzale pretende dejar a un lado la unilateralidad que siempre la ha caracterizado.

Entró en política como concejal de su pueblo en Vizcaya en 2011, justo el año en el que ETA anunció el cese definitivo de la violencia terrorista. Llega a Bildu de la mano de Sortu, partido mayoritario de la coalición a la que también pertenece Arnaldo Otegi. Con él dio forma a la “refundación” de Sortu y en el segundo congreso de EH Bildu, en mayo de 2021, integró la candidatura de Otegi para la Mesa Política como responsable de Programa. Ahí empezó su trabajo interno como teórico del cambio necesario para la formación abertzale.

Ha sido siempre un firme defensor del euskera, lengua que considera que se debe seguir impulsando desde la escuela pero también promoviendo la producción cultural en su lengua materna y, por supuesto, desde las administraciones. Su compromiso con la construcción de un proyecto nacional para el País Vasco le llega de casa, de una familia marcada por el bombardeo de Otxandio en el inicio de la guerra civil el verano de 1936. Aquel episodio se llevó a su bisabuelo y parte de la familia materna y ese recuerdo ha marcado el desarrollo nacionalista de toda su familia y el de su pensamiento político abertzale.

Padre de dos hijas con las que habitualmente habla en euskera, él mismo cuenta que aprendió a tocar el piano de forma autodidacta para poder acompañar a su hija.

Durante esta campaña ha dejado claro que Bildu apuesta por centrarse en mejorar la gestión de la sanidad pública vasca o cambiar el modelo de la Ertzaintza, orientándolo, dice, hacia un patrón más nórdico, sociedad que pudo conocer durante su año de estancia en la Universidad de Goteborg, Suecia. Sin embargo, ha dejado aún más claro que el principal desafío de esta próxima legislatura es ahondar en el autogobierno y lograr un acuerdo parlamentario sobre un nuevo estatus político para el País Vasco que debe llevarse a Madrid después de haber sido refrendado por la sociedad vasca.

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