Elecciones en Cataluña

Illa pasa página a la convulsión por Sánchez y trata de volver a centrar la campaña en la gestión

El candidato socialista quiere volver a reivindicar que estas elecciones van de la gobernabilidad de Cataluña, de abrir una "nueva etapa" con la mejora de los servicios públicos en el epicentro

El candidato del PSC, Salvador Illa, este martes jugando a la petanca en l'Hospitalet de Llobregat.

El candidato del PSC, Salvador Illa, este martes jugando a la petanca en l'Hospitalet de Llobregat. / PSC

Sara González

Esta vez, no ha habido vídeo ni banda sonora emotiva, no ha habido ni una sola foto del presidente del Gobierno flanqueando la intervención del candidato, que esta vez apenas ha mencionado su nombre en el mitin. El PSC trata de pasar página a la convulsión provocada por el conato de dimisión de Pedro Sánchez, dejar atrás cinco días de montaña rusa emocional para volver al 'seny' que enarbola Salvador Illa y recuperar el 'leitmotiv' con el que estaba confeccionada la campaña antes de la carta que la puso patas arriba: el de la gestión para dar carpetazo a más de una década de gobiernos independentistas.

Así que esta vez, en el gran feudo de l'Hospitalet de Llobregat, todo se ha resuelto con una breve ovación por la continuidad del jefe de la Moncloa que han pedido al inicio del acto la alcaldesa Núria Marín y el diputado David Pérez. Illa no ha hablado de Sánchez más que para referirse a la España "plural y diversa" que abandera y para recordar que el proyecto socialista "es colectivo". Una sola vez ha pronunciado su nombre, mientras que ha eludido cualquier mención a "'lawfare'", a reformas del poder judicial o a la 'máquina del fango'.

Tras conocer que Sánchez no dimitía, ya esquivó concretar propuestas para la "regeneración democrática" y dejó claro que, para él, "el problema no son los jueces". Porque este no es el marco en el que el PSC se ha sustentado para liderar las encuestas en Cataluña y estar, de nuevo, en disposición de ganar al independentismo. Todo esto, a sabiendas de que el jueves la mera presencia del también líder del PSOE en el mitin de Sant Boi de Llobregat acaparará todo el foco.

Volver a tierra firme

Illa quiere volver a sus coordenadas, a tierra firme. La de reivindicar que estas elecciones van de la gobernabilidad de Cataluña, de abrir una "nueva etapa" con la mejora de los servicios públicos en el epicentro. Tras él, imágenes del Palau de la Generalitat, del hemiciclo del Parlament, de los Mossos, de comercios abriendo la persiana o de trabajadores industriales. La consigna es clara: hay que retomar el hilo de "las cosas del comer", de tener infraestructuras para hacer frente a la sequía, de reformar la sanidad y la educación, de ampliar el aeropuerto de El Prat y culminar el cuarto cinturón. En definitiva, de centrarse en exprimir el autogobierno en el marco del Estatut.

"¡Todo quisqui a votar!", ha exclamado en la única concesión informal que ha hecho durante su discurso tras recordar que en los últimos 10 años, que tacha de "perdidos", ha habido cuatro presidentes independentistas y dos partidos al frente de la Generalitat, ERC y Junts, que han probado "todas las combinaciones posibles" sin que ninguna de ellas diera buenos resultados. "Habrá que darle un cambio a esto", ha sentenciado bajo el argumento que con él como presidente no habrá "confrontación" ni excusas "victimistas", sino una "colaboración leal" con la Moncloa.

Illa afronta una paradoja que, sin embargo, el partido cree que no lesiona sus expectativas electorales: le incomoda una campaña a lomos de la emocionalidad provocada por el órdago de Sánchez, pero a la vez, es una incógnita hasta qué punto la 'estatalización' de la contienda puede movilizar el voto que arrancó en las pasadas elecciones generales. Entonces obtuvo 1,2 millones de sufragios, mientras que en unas catalanas solo Pasqual Maragall logró el hito de alcanzar el millón, cifra que en su núcleo duro consideran que les daría un triunfo holgado.

Una política "más racional"

En todo caso, el PSC se arremanga para hacer cuajar que con su propia marca y el historial de los últimos tres años le basta para imponerse el 12 de mayo, mientras sus rivales hurgan en la "supeditación" a Sánchez. La movilización por el 1 de mayo de este miércoles será una nueva oportunidad para que Illa incida en su agenda y en reivindicar su partido como "el de los trabajadores".

También con ánimo de recuperar las riendas de la agenda electoral, el PSC ha lanzado la plataforma y el manifiesto de apoyo a Illa como próximo presidente de la Generalitat que han firmado 150 personalidades. Desde el cantautor Joan Manuel Serrat y la cineasta Isabel Coixet, al actor Roger Pera. Durante su lanzamiento, precisamente, ha abanderado una manera de hacer política "más racional" y con "espacios más reposados". Sin 'rauxa'; venga de donde venga.

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