Elecciones catalanas
El PSC se impone con 42 diputados e Illa anuncia que se presentará a la investidura
Los socialistas ganan por primera vez en unas catalanas en votos y escaños y no concretan con quién priorizarán pactar. "Cuento con todo el mundo", ha dicho el candidato
Sara González
Euforia en la sede del PSC. Salvador Illa ha logrado con creces su objetivo. No solo ha vuelto a ganar las elecciones catalanas, como lo hizo ya en 2021, sino que esta vez lo ha hecho con una victoria contundente, con 42 diputados y siete de distancia respecto a Carles Puigdemont. Se trata del segundo mejor resultado que ha obtenido el partido a lo largo de su historia en unas elecciones catalanas y el primero en que gana en votos y escaños, un veredicto que le ha permitido cortocircuitar la mayoría independentista. Se abren a partir de ahora unas complejas negociaciones de las que los socialistas solo conciben salir con la presidencia de la Generalitat.
Esta noche, el candidato socialista, vitoreado por sus militantes y dirigentes entre gritos de "'president', 'president'", ha enarbolado la bandera -ahora sí, con los resultados encima de la mesa- de que se abre una "nueva etapa" en Cataluña. Ya ha apuntado que se presentará a la investidura una vez se constituya el Parlament, aunque ha optado por curarse en salud y no ha concretado cuál será su prioridad de pactos. "Cuento con todo el mundo", se ha limitado a decir, además de manifestar "respeto" por los independentistas, a los que ha recordado que ahora suman 61 diputados y con los que sabe que le tocará negociar. El Govern que pretende, ha insistido, será "para todos los catalanes" sin excepción.
En campaña sí que dijo que su preferencia sería una entente con los de Pere Aragonès y Jéssica Albiach -ya sea desde fuera o desde dentro del Govern con un nuevo 'tripartit'- con quien, sobre el papel, suman los 68 diputados necesarios para la mayoría absoluta. De hecho, hay dos geometrías alternativas más con las que superaría esa barrera, pero que el PSC ha rechazado durante la campaña: una sería con Junts -Illa y Puigdemont se han vetado mutuamente para una investidura- y la otra con PP y Vox -los socialistas han sido explícitos con el rechazo a la extrema derecha-.
Cumplidos los dos hitos fijados
Las elecciones han ido tal y como la sala de máquinas del PSC había proyectado. Cumplidos están los dos hitos que se habían señalado en rojo: ganar de forma incontestable e impedir que Junts y ERC sumaran. Para ello ha sido clave la movilización del área metropolitana, su gran caladero de votos. Se han impuesto en la provincia de Barcelona y también en la de Tarragona, mientras que han sido los segundos más votados, tras Junts, en Girona y Lleida. De hecho, los 42 representantes obtenidos -nueve más que en 2021- igualan los que obtuvo en 2003 Pasqual Maragall, aunque solo el expresident -que en 1999 alcanzó el récord de 52 representantes- tiene en su currículum haber superado en dos ocasiones el millón de votos en unos comicios Parlament. Illa ha rozado los 870.000 votos.
La estrategia labrada durante tres años por el líder del PSC desde la oposición, la de aprovechar la división independentista para ir ganando centralidad a costa de pactar con unos y con otros, ha dado réditos; una línea ascendente que ha ido de la mano también de la apuesta de Pedro Sánchez por la desjudicialización del 'procés'. A la vista queda que la amnistía no ha pasado factura al PSC, sino que le permite dar alas a su "pasar página" a una década de gobiernos soberanistas. Illa no ha olvidado darle las gracias al jefe de la Moncloa, quien le ha manifestado su apoyo incondicional.
El acicate de Sánchez
El amago de dimisión del presidente del Gobierno, que inyectó una dosis inesperada de emocionalidad a la campaña de Illa, le ha ido también a favor para movilizar a parte del electorado que suele apoyarle en las elecciones generales. Sánchez ha convertido en palanca electoral la batalla contra la "máquina del fango" de PP y Vox y se ha volcado en la campaña catalana a sabiendas de que los resultados de esta noche pueden tener un impacto directo en la legislatura española, que depende del apoyo tanto de ERC como de Junts.
Illa no concibe que Sánchez le haga renunciar a la presidencia de la Generalitat para mantener la estabilidad. Ha repetido por activa y por pasiva que sus pactos se decidirán "desde Cataluña" por más que Puigdemont no tire la toalla y amenace con retirar el apoyo a Sánchez. La estrategia del PSC es la de dejar reposar ahora los números tanto en ERC, que ha manifestado su prioridad por quedarse en la oposición, como en Junts; con la esperanza de que haya quien dé su brazo a torcer.
El proyecto del PSC nada tiene que ver con el referéndum que exigen los independentistas y se centra en priorizar los servicios públicos y en la negociación de una nueva financiación sin moverse del Estatut vigente. Para el líder de los socialistas catalanes Cataluña cierra una "década perdida" y se asoma a un nuevo ciclo después de que el PSC haya logrado ganar todas las contiendas posibles desde que Sánchez designó a Illa para que asumiera las riendas del partido hace tan solo tres años.
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