Tras el acuerdo del CGPJ
Podemos endurece el choque con el Gobierno y achica el espacio de Sumar
El partido morado aprovecha el pacto para situarse como alternativa frente al bipartidismo y decreta un "punto de inflexión"
La portavoz de Podemos en el Congreso, Ione Belarra, y el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, este martes en el Congreso. / Eduardo Parra
Podemos vuelve al discurso impugnatorio contra el bipartidismo para emerger como la alternativa a la izquierda del PSOE, en detrimento de Sumar. El acuerdo alcanzado entre Gobierno y PP para renovar el CGPJ ha servido al partido morado como una palanca para cambiar el paso en la legislatura y endurecer el tono contra Pedro Sánchez, a quien acusan de conformar una "gran coalición" con Alberto Núñez Feijóo. Estas posiciones dejan en una situación especialmente incómoda a Sumar, que ha entrado a apoyar un pacto cuyos términos desconocían, tras una negociación de la que no formaron parte.
"El PP es un partido que forma parte de la máquina del fango y no se puede pactar con él", proclamó desde la tribuna del Congreso este miércoles Ione Belarra, secretaria general del partido. "Es una rendición, se está legitimando la guerra sucia", prosiguió. En las últimas horas, Podemos ha recurrido al fantasma del artículo 135 de la Constitución, llegando a equiparar el actual escenario con el verano de 2011, en plena crisis económica, cuando PSOE y PP pactaron una reforma constitucional para limitar el déficit a los objetivos de estabilidad presupuestaria de la Unión Europea y priorizar el pago de deuda.
Esta reforma fue una de las bestias negras de Podemos, y una de sus principales banderas en 2014, cuando nació cargando contra el bipartidismo y la "casta". Diez años después y muy lejos de los cuatro millones de votantes que lograron en sus inicios, el partido recurre de nuevo a este mantra. "Este verano de 2024 se parece cada vez más al verano de 2011 donde ustedes constitucionalizaron los recortes", criticó Belarra en el Congreso, donde no dudó en cargar contra el expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que este mismo martes protagonizó un acto con la vicepresidenta segunda y enemiga íntima de los morados, Yolanda Díaz. "El señor Zapatero se equivocó entonces y se equivocan ustedes ahora", reprochó Belarra a la bancada socialista.
"Punto de inflexión"
Con el pacto para la renovación judicial, los morados dieron por inaugurada una "nueva legislatura" con el "cambio de alianzas" por parte de Pedro Sánchez, en un nuevo escenario donde "cada uno tendrá que reevaluar su posición", según destacó el diputado morado Javier Sánchez Serna el martes, antes de conocerse el acuerdo, cuando dejó en el aire el apoyo de Podemos al Gobierno en caso de que se alcanzara.
En las últimas horas, Podemos ha evitado confirmar su retirada de apoyos al Ejecutivo, aunque desde la formación apuntan a que se ha producido un "punto de inflexión serio" en la legislatura, al cambiar las alianzas que hasta ahora han sostenido a Pedro Sánchez. En Sumar, en cambio, desdeñan esta posición, descartan que esté en riesgo la gobernabilidad y atribuyen el nuevo discurso de los morados a un intento por lograr visibilidad, puesto que hace dos años, cuando formaban parte del Gobierno, estaban dispuestos a rubricar una renovación pactada también entre PP y PSOE.
Lo cierto es que el discurso de Podemos avanza un endurecimiento de posiciones y exigencias hacia el Gobierno de coalición, y este miércoles llegaron a dejar en duda su respaldo a los Presupuestos. "Si ayer [por el martes] anuncian una gran coalición y hoy dicen que van a dar pistolezato de salida es porque se plantean sacar los presupuestos con el PP, si no no entiendo el timing", afeó la dirigente. Podemos tiene muy presente que sus cuatro diputados son imprescindibles para armar una mayoría alternativa a la derecha en el Congreso, y está dispuesto a hacer valer su posición. Si el Gobierno ya tenía difícil articular las mayorías, la ecuación puede complicarse aún más con el nuevo papel de Podemos, caracterizado por su dureza en las negociaciones y su intención de obtener réditos de su posición para arrancar medidas sociales al Gobierno que justifiquen su papel ante su electorado.
Reconquista del espacio
Pero su estrategia no sólo busca contraponerse al PSOE, sino que también pone en aprietos a Sumar, que no encuentra su sitio en la izquierda y se enfrenta a serias dificultades para marcar perfil frente a los socios mayoritarios del Gobierno. Podemos, que rompió con Yolanda Díaz el pasado diciembre, se encuentra en estos momentos en un proceso de reconquista para quitarle espacio a Sumar y volver a convertirse en el principal actor a la izquierda del Partido Socialista.
El resultado de las europeas supuso un chute de moral en sus filas para emprender esta misión. Aunque el resultado fue discreto, con dos eurodiputadas, sí supuso una mejora sustancial respecto las expectativas iniciales y, sobre todo, devolvió a la primera línea política a la exministra Irene Montero, el principal activo político de Podemos que se vio restituida en un cargo institucional tras ser excluida primero en las listas de Sumar para las generales y luego en el Gobierno.
El plan para esa restitución, avanzado hace un año por este medio, era romper con Sumar para situarla como candidata a las europeas, y la segunda fase pasará previsiblemente por su vuelta a la política nacional, dando un salto como candidata una vez que se convoquen elecciones generales, y con la opción de que se convierta en la próxima líder de Podemos en su próxima Asamblea, que tendrá que celebrarse de aquí a un año.
Iñigo Errejón y Yolanda Díaz este miércoles en el Congreso. / Eduardo Parra
Y esta doble ofensiva de Podemos llega en un momento de extrema debilidad de Sumar. El fracaso de las elecciones europeas y la renuncia de Díaz a liderar el partido que acababa de fundar desestabilizó fuertemente a la coalición de izquierdas, que todavía está pendiente de comenzar su reconfiguración en esa mesa de partidos que prevé reunirse la semana que viene.
Al difícil escenario interno se suman los escasos réditos que les está dando su presencia en el Gobierno de coalición con el PSOE, donde no han logrado capitalizar ninguna iniciativa de peso, quedando desdibujados frente a los socialistas. Una posición que también se ha hecho evidente en la negociación del CGPJ, donde fue el diputado de IU Enrique Santiago el encargado de interlocutar con Félix Bolaños, en lugar de hacerlo la vicepresidenta segunda del Gobierno, que mantiene tensiones con el ministro de Presidencia.
Ante las dificultades que está encontrando Sumar, con renovadas fricciones internas por el acuerdo sobre el CGPJ, y el escenario aún más difícil que le dibujan Podemos y el resto de aliados, Yolanda Díaz trata de impulsar medidas que le legitimen, como la reducción de la jornada laboral, y exhibir su exigencia al PSOE para avanzar en la "regeneración democrática", sin concretar si registrarán finalmente en el Congreso su propuesta para rebajar las mayorías del CGPJ.
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