LEY DE EXTRANJERIA
Las CCAA del PP, en alerta por la amenaza de Vox de retirar su apoyo si hay pacto migratorio en el Congreso
Abascal advierte de que no habrá apoyo a Presupuestos o leyes autonómicas si hay una reforma de la Ley de Extranjería que afecte a las comunidades en las que el PP sigue necesitando sus votos aunque se marcharan de los gobiernos
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón (d), durante la inauguración del nuevo curso político del Partido Popular. / Elena Fernández
El debate migratorio continúa avivándose a la espera de ver si es posible un acuerdo entre PP y PSOE en el Congreso para reformar la Ley de Extranjería como reclaman Canarias y Ceuta. El Gobierno de las islas -compartido entre Coalición Canaria y los populares- decidió subir el tono ayer mismo al anunciar acciones legales contra el Ejecutivo central por “dejación de funciones”. La necesidad es ya una urgencia. Y la posibilidad de un pacto migratorio en el Congreso entre las dos grandes fuerzas políticas ha hecho también a Vox mover ficha. El mensaje de Santiago Abascal es nítido y pone en alerta a las comunidades autónomas del PP que ahora gobiernan en solitario: no habrá apoyo externo a Presupuestos y otras leyes si no endurecen la política migratoria dentro de sus competencias.
Vox se marchó de los cinco gobiernos autonómicos antes del verano porque el PP aceptó el reparto de menores migrantes previsto para este año. Las costuras del PP también se tensaron porque algunas regiones tenían dudas, aunque finalmente se mantuvieron unidas.
La ruptura total con el partido ultra cuando aún no llevaban un año de matrimonio político dejó en el aire la futura relación entre ambos. Abascal dijo en aquel momento que empezarían “a negociar ley a ley”, pero no cerró la puerta a mantener una colaboración. Sería un apoyo externo condicionado. Las palabras del líder de Vox este lunes, en el arranque oficial del nuevo curso, apuntan a que pretenden hacer sufrir al PP, al que abiertamente acusan de compartir “una política migratoria suicida” con el PSOE. Vox es muy crítico con el pacto migratorio de la UE suscrito entre conservadores y socialdemócratas.
Como publicó este diario, después de días de muchos reproches, las palabras de Sánchez en el final de su gira por África la semana pasada hablando del “imprescindible” retorno de los inmigrantes irregulares a sus países, abrió una ventana al entendimiento con el PP. Como mínimo, una rendija por la que en la cúpula de los conservadores vieron entrar luz. El hecho de que el presidente del Gobierno hablara abiertamente de deportaciones hace pensar al PP que podría haber movimientos en línea con otros países europeos y, sobre todo, abrirse a algunas condiciones que ellos tienen encima de la mesa para reformar la Ley de Extranjería. No hay letra, dicen en el PP, pero la música ya es otra.
Y si eso llega a algún término, la afectación para el resto de comunidades se confirmará. El PP insiste en que el Estado debe poner recursos e infraestructuras en las autonomías para que puedan hacer frente a la acogida de menores migrantes, y otras políticas para el resto de inmigración adulta que sigue esperando en Canarias y en Ceuta con llegadas a diario.
El partido de Feijóo exige garantizar esos recursos en el texto legal y poner en marcha medidas efectivas en los países de origen para que se corten los flujos promovidos por las mafias. Además, los populares insisten en que se debe implicar a la Unión Europea como ha hecho Italia recientemente -antes también lo hizo, al igual que Grecia-.
La cuestión es que para Vox el debate migratorio es casi fundacional. Igual que ocurre con sus socios más cercanos -Marine Le Pen en Francia o el húngaro Víktor Orban- promover una política absolutamente restrictiva dentro de la Unión Europea es la principal prioridad. En el núcleo duro de Vox están convencidos de que el fenómeno migratorio va a descontrolarse -es Abascal el que habla de “invasión” abiertamente y, como la dirigente de ultraderecha francesa, alerta de un peligro de islamización en todo el continente- y cree que el PP “está estafando a los electores de la derecha”.
La convicción es que el partido de Feijóo “se equivoca” al no sumarse a las tesis de cerrar las fronteras con mayor rotundidad, a pesar de que todo el PP europeo está alineado en la política común, acordada también con los socialistas europeos. Vox piensa que este asunto acabará pasándole factura al PP con los electores.
Y en las comunidades autónomas pretende empezar esta nueva hoja de ruta de enfrentamiento total al PP. Por eso, las comunidades populares se mantienen alerta a la espera de enfrentar una votación importante o tener que aprobar los próximos Presupuestos regionales. Abascal llegó a decir este lunes que el PP “tendrá que buscar al PSOE” y advirtió de que los presidentes autonómicos han de cambiar “radicalmente” la política migratoria -dentro de sus competencias- si realmente aspiran a contar con los votos de Vox.
En Génova, sin embargo, siguen viendo alivio en la nueva situación. La salida de Vox de los gobiernos, dicen en el PP, “ha desarmado al Gobierno de Sánchez en su principal ataque”, que eran precisamente los gobiernos compartidos con la extrema derecha en algunas autonomías. La estabilidad, sin embargo, es lo que ahora parece en el aire.
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