PRESUPUESTOS

El PNV eleva la presión sobre el Gobierno y pone precio a su apoyo

Los nacionalistas vascos acusan la falta de avances en “compromisos” como la ley de secretos oficiales o medidas de ley de familias y buscan arrancar un segundo paquete de traspaso de competencias. Bolaños se cita este jueves con Ortuzar para intentar reconducir la relación

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso. / José Luis Roca

La relación entre el PNV y el Gobierno ha dado muestras de enfriamiento durante el arranque del curso parlamentario. Tanto en el tono como en las votaciones del Congreso. Un deterioro que es sintomático de la debilidad parlamentaria de Pedro Sánchez, más allá de la amenaza de Junts e incluso otros socios de investidura como Coalición Canaria, habida cuenta de que los socialistas vienen señalando de “estratégica” la relación con los nacionalistas vascos desde el inicio de la legislatura. Desde el grupo vasco se quejan también por la inacción del Gobierno ante “compromisos” como la ley de familias o la de secretos oficiales. Sobre la mesa está pendiente otra cuestión clave para el PNV: el segundo paquete de traspasos de competencias.

Después de que el portavoz del PNV, Aitor Esteban, cortase el intento de acercamiento del PP al evitar con su voto en la Diputación Permanente la comparecencia de Pedro Sánchez y sus ministros, esta semana ha cambiado ligeramente el guion en el primer pleno del Congreso. El PNV se sumó a la iniciativa del PP para instar al Gobierno a reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela. Eso sí, sin negociación mediante con los populares y con la deferencia de avisar antes al PSOE. Los socialistas no solo votaron en contra, sino que cargaron contra la oposición alertando de las posibles “consecuencias” para las empresas españolas de agitar un conflicto diplomático.

Para intentar reconducir la relación, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, mantuvo este jueves un almuerzo de trabajo con el presidente del Euskadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, en el que también estuvo presente el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, según confirman fuentes del grupo vasco y del entorno del ministro. Un encuentro que enmarcan dentro de la “normalidad”. El Gobierno considera a los nacionalistas vascos como un socio prioritario.

Si el voto de los jeltzales fue imprescindible para sacar adelante la propuesta del PP contra la posición del Gobierno, en la sesión de control al Ejecutivo deslizaron un tono más duro de lo habitual. La diputada Maribel Vaquero recriminó al ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, la falta de asunción de “compromisos” en relación con la prestación por crianza de 200 euros mensuales y el permiso parental retribuido de ocho semanas.

El ministro de Sumar apeló a la necesidad de aprobar unos Presupuestos para sacar estas medidas adelante y aprovechó para pedir el apoyo al resto de fuerzas parlamentarias. La ley de familias no es el único compromiso que genera fricciones, con la acusación del PNV al Gobierno de “echar balones fuera”. La ley de secretos oficiales, una reivindicación histórica de los nacionalistas vascos, sigue sin avances, a pesar de que el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, se comprometió a trabajar un consenso a partir del texto presentado por el PNV. De hecho, el Gobierno renunció a presentar su propia en el plan anual normativo con esta intención.

En el grupo vasco lamentan que las negociaciones están “paradas”. El Congreso le dio luz verde a la toma en consideración ya el pasado mes de marzo. Desde entonces se han ido prorrogando los plazos de enmiendas sistemáticamente, frenando su tramitación. El diputado Mikel Legarda acusaba esta semana de “poner palos en las ruedas” tanto a PP como a PSOE para denunciar que el Gobierno está “enrocado” en sus posiciones.

Traspasos pendientes

Otra de las principales prioridades del PNV tiene que ver con la puesta en marcha de un segundo paquete de transferencias a la espera de celebrar la bilateral el próximo mes de octubre. Se trata de uno de los asuntos clave incluidos en el acuerdo de investidura y los nacionalistas vascos quieren culminar las transferencias pendientes en el Estatuto de Gernika. El Gobierno ya hizo efectivos tres traspasos a Euskadi en un primer paquete donde se incluyeron la homologación de títulos extranjeros, el sistema de acogida para inmigrantes y Cercanías.

Ahora se pretenden concretar y calendarizar para su traspaso inmediato otra media docena, entre ellas ordenación y gestión del litoral, salvamento marítimo, meteorología y fondo de protección de la cinematografía. El polémico traspaso del Régimen Económico de la Seguridad Social siguen enfriándolo desde el Gobierno al argumentar que precisará de más tiempo por su complejidad. Para el PNV, sin embargo, es una reivindicación histórica, por lo que se acogen a que en el acuerdo de investidura establece un plazo “improrrogable” de dos años para activar todas las competencias recogidas en el Estatuto de Gernika, entre ellas la Seguridad Social.

“Hay tiempo”

En el Ejecutivo intentan restar importancia al giro del PNV y aseguran que su relación no cambiará por el choque respecto a la posición sobre Venezuela. A pesar de ello, en las últimas horas se han intensificado los contactos al máximo nivel para intentar reconducir su alianza parlamentaria.

El apoyo de los nacionalistas vascos es crucial para el Gobierno, no solo por una cuestión de aritmética, sino también simbólica y por la renovada interlocución de Sabin Etxea con Carles Puigdemont. En el Gobierno destacan que mantienen los contactos con la cúpula de Junts y ven un resquicio para llegar a un acuerdo que permita dar luz verde a los Presupuestos. El discurso de los posconvergentes sigue lejos de escenificar un acercamiento, después de haber tumbado la senda de estabilidad.

En Junts reclamaban esta semana al Ejecutivo que “si quiere que los resultados sean diferentes” debe empezar a “hacer cosas diferentes”. Los socialistas evitan interpretar estas posiciones como una “amenaza” y se agarran a que al menos hay conversaciones. “De momento no han dicho que no”, destaca un ministro socialista encargado de las negociaciones, que avanza que "dialogaremos hasta la extenuación". Otras fuentes del Ejecutivo señalan que la tramitación de las cuentas públicas todavía no ha arrancado para mostrarse convencidas de que “hay tiempo” para atraer el apoyo de Junts.