El Gobierno aprobará este martes en el Consejo de Ministros su plan de regeneración contra la "máquina del fango"

El Consejo de Ministros aprobará este martes el "plan de regeneración democrática" que Pedro Sánchez esbozó con medidas genéricas el pasado mes de julio en el Congreso. Tras ello, se abrió una ronda de contactos con los grupos parlamentarios, que se limitó a un solo encuentro y sin apenas intercambio de documentación, según explicaban en los últimos días algunos de los socios de investidura. El anuncio fue realizado por el presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante su intervención en la reunión interparlamentaria del grupo parlamentario socialista que tiene lugar en el Congreso junto a diputados, senadores y europarlamentarios de su partido. Se trata de la primera reunión que tiene Pedro Sánchez con sus diputados después de las vacaciones y el arranque del curso político.

El marco del plan será el reglamento europeo sobre libertad de medios de comunicación que todos los Estados miembros deben implementar. La decisión de llevar al Consejo de Ministros este plan, sin cerrar un consenso antes con los grupos, choca con la "mano tendida" que Sánchez ha trasladado a los grupos parlamentarios para llegar a acuerdos. Una forma de matizar su intención de gobernar “con o sin el legislativo”, aunque por el momento se limita a una declaración intenciones más allá de los contactos con PNV y Junts.

Las medidas que prevé aprobar este martes el Consejo de Ministros se centra, como el propio reglamento europeo, en incrementar el control de la financiación pública de los medios y la transparencia sobre sus propietarios y accionistas. Para desarrollarlo se entreabren numerosas puertas al apuntarse a la modificación de normas como la ley electoral, la de publicidad institucional, el Código Penal o una nueva ley de administración abierta. Asimismo, Sánchez ya propuso en su intervención parlamentaria antes del parón estival ampliar las funciones de la CNMC en lo relativo a los medios, así como endurecer los reglamentos del Congreso y el Senado.

Aunque el grueso del reglamento europeo sobre medios no tiene que aplicarse hasta mediados del próximo año 2025, para el Ejecutivo es una prioridad. Esto es, luchar contra "la máquina del fango", según denunció Sánchez antes los diputados y senadores socialistas, poniendo como ejemplo la difusión de "bulos" o las presiones a políticos y periodistas. El Gobierno también tiene previsto acompañar este plan con un paquete de 100 millones de euros de ayudas "a la digitalización" de los medios de comunicación.

Más allá de la aplicación de este reglamento europeo, el Gobierno apuesta por reformar la ley electoral para regular los debates entre candidatos en campaña y la difusión de encuestas por parte de los medios de comunicación. Esto es, para establecer la obligatoriedad de celebrar debates electorales entre los candidatos en los medios de comunicación y que las encuestas publicadas incorporen los microdatos y la metodología de estimación de resultados. 

Por otra parte, está sobre la mesa un endurecimiento de los reglamentos del Congreso y el Senado. Con ello se pretenden incrementar las sanciones a aquellos diputados y senadores que no presenten su declaración de bienes y actividades o que lo hagan con información falsa o incompleta.

Delitos de injurias

En el único encuentro que el Gobierno mantuvo con el resto de grupos parlamentarios para recabar sus propuestas, los socialistas se interesaron también por cambio legislativos destinados a reforzar los derechos al honor y a la rectificación. Desde Sumar se trasladó la apuesta por una “reparación pública” en el caso de instrucciones con repercusión mediática que no culminen con la apertura de un juicio oral. La conocida como “pena del telediario”.

Otra de las cuestiones que debatieron los socios de coalición tiene que ver con una nueva reforma de la ley mordaza en lo relativo a la libertad de expresión. Desde el Ejecutivo se refieren a "revisar" en el Código Penal los delitos sobre injurias y calumnias a la Corona, los símbolos nacionales o los sentimientos religiosos.