CONGRESO

La estrategia de Sumar para salir de la irrelevancia: confrontar con el PSOE y "perder el miedo" a que tumben sus medidas

El socio minoritario del Gobierno asume las dificultades para articular mayorías y busca alternativas para lanzar sus iniciativas

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, a su salida de una sesión plenaria en el Congreso el pasado martes. / Fernando Sánchez

El grupo parlamentario de Sumar afronta el nuevo curso con un objetivo principal: aumentar su protagonismo político y salir de la irrelevancia en la que se han sumido en los últimos meses. Las importantes dificultades sufridas para sacar adelante sus medidas, tanto en el Gobierno, donde el PSOE se resiste a hacerles concesiones, como en el Congreso, donde están a expensas de Junts, han dejado el espacio fuertemente desdibujado. Una situación que el grupo aspira ahora a revertir de dos maneras, entrando a confrontar con el PSOE y exhibiendo sus propuestas propias, restando dramatismo a que descarrilen después en la arena parlamentaria.

En las filas de Yolanda Díaz son conscientes de las serias dificultades que entraña armar mayorías en el Parlamento, donde este mismo martes Junts tumbó por sorpresa su proposición de ley para desincentivar el alquiler de temporada y favorecer el arrendamiento habitual. El escenario político no es sencillo para el grupo parlamentario, que este miércoles reunió a todos sus diputados para debatir qué pasos seguir ante la imposibilidad de lograr los números para hacer efectivas sus propuestas.

Gran parte del debate estuvo ocupado por el episodio de Junts, con quien la relación se ha enturbiado de cara a futuros acuerdos. En la coalición de izquierdas admiten la complejidad del escenario, donde "los últimos movimientos no garantizan la aprobación" de sus medidas en el Congreso, ante la imprevisibilidad del partido de Carles Puigdemont y la creciente desconfianza.

"Perder el miedo"

Pero más allá de los fracasos parlamentarios, en Sumar se han propuesto "llevar más la iniciativa", con el objetivo de intentar ganar visibilidad pública, independientemente de que sus políticas logren una mayoría en el Hemiciclo. Y la estrategia para conseguirlo consiste precisamente en "perder el miedo" a ser derrotados en el Congreso. Hasta ahora, Sumar había priorizado la viabilidad de sus medidas, pero ahora buscará principalmente marcar perfil propio y exhibir su proyecto político como el más atractivo, más allá de que se aprueben o no sus propuestas concretas.

Distintas voces del grupo parlamentario coinciden en que, aunque "lo ideal sería aprobar medidas", la dificultad de hacerlo ha llevado a que el objetivo fijado de cara a este curso sea diferente. Así, la prioridad ahora será la de "abrir debates públicos" y presentar iniciativas que logren permear en la sociedad, intentando situarse en el centro del debate.

Colocar ciertos asuntos en la agenda, consideran, es también una manera de "ejercer presión", lo que a su vez puede provocar que otras fuerzas "se muevan" de sus posiciones iniciales. "Tenemos que seducir, aunque las iniciativas no salgan hay que presentar propuestas mejores que las demás, que puedan resultar atractivas", resume un dirigente, mientras otros hablan de "transversalizar" sus propuestas para acercarlas a la sociedad.

En esta estrategia está la huella de Iñigo Errejón, su portavoz parlamentario. El que fuera líder de Más País logró poner en el debate público asuntos como la salud mental o la reducción de la jornada laboral, pese a que su fuerza tenía un escaso peso parlamentario, con solo dos diputados. Estos dos asuntos fueron después abanderados por el espacio de Yolanda Díaz, que ahora también lanzará una estrategia similar.

Confrontar con el PSOE

La segunda palanca para tratar de marcar perfil propio es precisamente en no rehuir la confrontación directa con el PSOE, como se ha hecho hasta ahora. Una manera de trazar fronteras más nítidas respecto a los socialistas, al considerar algunos sectores de Sumar que la defensa a ultranza que se ha hecho de su socio de Gobierno supone una amenaza para el espacio, que corre el riesgo de verse desdibujado. "Tenemos que diferenciarnos"; reflexiona un diputado. Aunque esta nueva senda se limita al ámbito parlamentario, a nivel de Gobierno también hay quien cree perjudicial "defender a capa y espada" al ala socialista del Ejecutivo, y ve necesario endurecer también posiciones.

El diputado de Sumar, Iñigo Errejón, durante una sesión de control al Gobierno, en el Congreso de los Diputados, a 11 de septiembre de 2024, en Madrid (España). / Alberto Ortega - Europa Press

Sumar buscará así una mayor independencia respecto al socio mayoritario del Gobierno, aunque esto suponga perder su apoyo en las votaciones. "Hasta ahora se ha esperado a tener un acuerdo con el PSOE para presentar medidas, pero eso se ha acabado", resume una fuente del grupo parlamentario. Si bien es verdad que "Sumar respetará el acuerdo de Gobierno firmado", apuntan a que esto no vincula los apoyos parlamentarios de otras iniciativas, y avanza que el espacio de Yolanda Díaz "ya no va a esperar" a los socialistas y exhibirá mayor independencia a la hora de lanzar sus propuestas.

Más rupturas de voto

Una manera, defienden algunos, de erigirse como "la opción más rebelde" de la coalición para contrastar sus diferencias con los socialistas. En la anterior coalición entre Unidas Podemos y el PSOE tenían firmado un acuerdo para coordinar su acción en el Congreso y minimizar las diferencias, pero hacia mediados de legislatura el apcto quedó en papel mojado, con rupturas de voto que empezaron a hacerse habituales.

En este caso, no se ha firmado ningún protocolo entre los socios de coalición, que optaron por heredar el anterior. El resultado es que desde que en mayo rompieron por primera vez la unidad de voto, han sido numerosos los episodios donde se han diferenciado en las votaciones. El último el pasado martes, cuando el PSOE rechazó la iniciativa de Sumar para crear una agencia pública para la gestión hidrográfica. A principios de julio, Sumar también se apartó de la reforma del CGPJ pactada entre socialistas y PP, y optó por la abstención.

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Pero dos de los ejemplos que en Sumar llevan más a gala y que reflejan bien esta nueva hoja de ruta fueron la ley del suelo, que el Ministerio de Vivienda socialista tuvo que retirar ante la amenaza de Sumar de tumbarlo, y la ley sobre el proxenetismo, donde los de Díaz también hicieron decaer la norma. Unos episodios que a partir de ahora podrán ser más habituales en el Congreso, donde Sumar ha perdido el miedo a ser derrotado, pero avanza que tampoco le temblará el pulso a la hora de oponerse a las medidas de su socio.

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