Ferraz eleva el alcance de la renovación de barones y apunta a Madrid, Castilla y León, Aragón y Extremadura

El PSOE está inmerso en la redacción de la ponencia marco del congreso federal con la que fijar su hoja de ruta para los próximos cuatro años y, sobre todo, delimitar una propuesta sobre financiación tras la contestación desde varios territorios al concierto catalán pactado con ERC. Sin embargo, más allá de las discusiones de fondo, lo que está agitando a las federaciones es el proceso de renovación de liderazgos territoriales. Los congresos regionales deberán celebrarse en los tres meses posteriores al congreso federal, que acogerá Sevilla entre el 29 y el 1 de diciembre. No será hasta entonces cuando se pongan todas las cartas boca arriba, pero en Ferraz ya elevan el alcance de los cambios en las secretarías generales. Si bien en algunos territorios asocian la posibilidad de relevo a la decisión de los actuales de barones sobre su continuidad, apuntan a Madrid, Castilla y León, Aragón y Extremadura.

La máxima de la dirección siempre pasa por evitar una batalla orgánica en primarias, primando el consenso. Algo que dan por descartado en Aragón, para relevar al barón díscolo Javier Lambán, quien dará un paso al lado, y la Comunidad de Madrid por su fraccionamiento interno. El líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato, ya se ha anticipado a los movimientos para quitarlo de la secretaria general asegurando que se presentará a la reelección sea cual sea la alternativa. El principal sector crítico de la siempre convulsa federación madrileña lo encabezan el alcalde de Fuenlabrada, Javier Ayala, y la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández.

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Ninguno ha manifestado su intención de dar un paso al frente para dar un giro al PSOE-M y lo convierta en “alternativa de Gobierno”. Una corriente de fondo que se inició tras las elecciones autonómicas del pasado año, al no recuperar el liderazgo de la oposición frente a Más Madrid, y que volvió a resurgir con fuerza dentro de los órganos internos tras las europeas. Entonces, el propio secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, advirtió sobre el “agujero” electoral en Madrid y Andalucía. Sin embargo, desde el entorno estos alcaldes del sur de Madrid sí se han alimentado algunos nombres. Entre ellos, el del delegado del Gobierno en Madrid, Fran Martín, quien no esconde su perfil político y de confrontación con la presidenta regional, y más recientemente el de la concejal en el Ayuntamiento de Madrid, Emma López.

En Ferraz no ahorran en halagos hacia López, a quien además han situado, a modo de potencial trampolín, en el equipo del comité organizador del congreso federal. Su nombramiento sorprendió incluso en el PSOE-M, más si cabe después de que el secretario general, Juan Lobato, se ofreciese a la dirección federal para coordinar la propuesta de financiación en la ponencia marco del congreso. Su exposición mediática en los últimos meses también se ha multiplicado de la mano de Ferraz.

Donde más se evidencia la mano de la dirección del PSOE es el proceso para sustituir a Javier Lambán al frente de la federación aragonesa. Sobre la mesa está la apuesta de la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. En las últimas semanas, el choque entre esta federación y Ferraz se ha recrudecido a cuenta de la oposición al pacto fiscal de Cataluña para la investidura de Salvador Illa. Desde la dirección federal se han enviado incluso avisos de intervención a cuenta de una iniciativa de los socialistas en el parlamento de Aragón que se consideraba contraria a lo decidido por la ejecutiva.

El lambanismo tiene más control sobre la provincia de Zaragoza, donde mantienen la presidencia de la Diputación como principal núcleo de poder institucional. Se trata de la provincia con el grueso de afiliados, algo de lo que suelen advertir los afines al actual secretario general en oposición a los movimientos que puedan provenir de la sede federal para desbancarlos. Asimismo, ponen en duda que Pilar Alegría pueda compatibilizar su cargo como portavoz del Ejecutivo, e incluso como ministra de Educación, con el de líder del partido en este territorio.

La alternativa a Tudanca

El choque dentro de la federación ya quedó patente en el último Comité Federal del PSOE donde Lambán fue junto a Page el barón que más elevó el tono frente al concierto catalán. El líder de los socialistas en Huesca, Fernando Sabés, por su parte, pidió la palabra para mostrarse en contra de las posiciones marcadas previamente por su secretario general. “Nos estamos llevando solos a un callejón sin salida”, dijo tras acusar al oficialismo de “jugar al siguiente escenario”, en referencia al congreso regional, para que el que demandó “consenso y diálogo de los tres territorios”.

En Castilla y León, la continuidad de Luis Tudanca tampoco está asegurada. En la dirección trasmiten que si su decisión es continuar no se le cuestionará. Por el momento, el secretario general de los socialistas en esta comunidad autónoma no ha explicitado su voluntad de seguir al frente de sus responsabilidades orgánicas, pero en su entorno lo dan por hecho.

La amenaza a Gallardo

Otras fuentes de peso en la ejecutiva, sin embargo, apuntan a que es necesario un relevo y dirigen la mirada a una mujer fajada en el territorio, sin querer anticipar nombres. Estas mismas fuentes dan por amortizado a Tudanca. De hecho argumentan que el único escenario que justificaría su continuidad sería un adelanto electoral.

Más llamativa es la situación en Extremadura, donde Miguel Ángel Gallardo fue elegido secretario general hace apenas medio año. En Ferraz vienen llamando la atención sobre que su posición crítica no gusta en sectores cada vez más amplios de la federación. A pesar de que ha rebajado el tono de confrontación con la dirección federal, principalmente en todo lo referente a la financiación, en la ejecutiva siguen sin descartar una candidatura alternativa. Con cierto tono de aviso, recuerdan que se impuso en primarias con un estrecho margen (55,7% de los votos) y que entonces la dirección federal no se decantó por ninguno de los candidatos.