Negociación contradictoria

El Gobierno admite que está en "minoría parlamentaria" y no aclara qué piensa hacer con el impuesto a las energéticas

Alegría insiste en que las conversaciones continúan para evitar posicionarse sobre el gravamen que los socialistas, en un ejercicio de contorsión, han acordado con la izquierda independentista y rechazado con Junts

La ministra Portavoz, Pilar Alegría, durante la rueda de prensa tras el consejo de ministros, en el Palacio de La Moncloa, a 29 de octubre de 2024, en Madrid (España). / Carlos Luján - Europa Press

El Gobierno ha admitido este martes lo obvio: se encuentra en “minoría parlamentaria” y sacar adelante sus iniciativas en el Congreso de los Diputados no resulta nada “sencillo”. Un día después de la agónica cita en la Comisión de Hacienda, los socialistas intentan quitar hierro a la dificultad de poner de acuerdo a sus socios potenciales, como muestra el hecho de que pactaran medidas contradictorias con los distintos grupos. Según ha explicado la portavoz, Pilar Alegría, lo ocurrido muestra la “capacidad” del Gobierno para llegar a acuerdos con sensibilidades muy distintas: de EH Bildu a Junts, pasando por Podemos, ERC y el PNV. 

Esa cintura negociadora alcanzó el lunes cotas nunca vistas. El Ejecutivo pactó con ERC, Bildu y el BNG prorrogar un año el impuesto a las grandes energéticas, un entendimiento que permitió salvar la votación en la Comisión de Hacienda, a la espera del resultado definitivo en el Pleno de este jueves en la Cámara baja. Pero justo después de que los diputados votaran, el Ministerio de Hacienda divulgó un breve comunicado que decía lo contrario. El departamento que dirige María Jesús Montero aclaró en ese breve texto que “mantiene su acuerdo” con Junts “para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización”. 

Ambas cosas, el pacto con la izquierda independentista y el alcanzado con Junts, no se pueden cumplir al mismo tiempo. Alegría, durante su comparecencia tras el Consejo de Ministros, ha rechazado en un par de ocasiones anticipar si el impuesto a las energéticas se mantendrá o no el próximo año. 

“Seguimos negociando”, señalan fuentes de la Moncloa ante la crucial votación de este jueves en el pleno del Congreso. Si cae el proyecto de la reforma fiscal, de la que dependen hasta 7.200 millones de euros de los fondos europeos, la sensación de inestabilidad crecerá como nunca. Aún más a las puertas de la presentación de los Presupuestos Generales del Estado, el proyecto que permitiría a Pedro Sánchez blindarse hasta 2027 y esquivar el adelanto electoral. 

“No hemos dado una imagen agónica. Es una negociación que se dilata en el tiempo -continúan los mismos colaboradores del jefe del Ejecutivo-. Bien está lo que bien acaba. Hay que ser conscientes de la complejidad del Congreso. Tiene mucho mérito gestionar la complejidad. La hoja de ruta se va sacando toda. No es solo un tema cuantitativo. Hay que naturalizar la composición parlamentaria. La diferencia ayer es que es un asunto mollar, porque la política fiscal muestra dónde está cada partido y dónde está el Gobierno”.  

Una política fiscal “más justa”

“La composición del Congreso es la que han decidido los ciudadanos. Poner de acuerdo a distintos grupos políticos que piensan distinto no es una tarea sencilla y máxime cuando hablamos de algo como la política fiscal. La línea del Gobierno es clara: política fiscal más justa y redistributiva para seguir consolidando los servicios públicos. Vamos a seguir trabajando con los distintos grupos. Hay que mirar con ojos de normalidad la realidad parlamentaria que tenemos”, ha insistido Alegría.

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“Sabemos que tenemos minoría parlamentaria. Pero en un solo año este Gobierno ha publicado ya 20 leyes en el BOE”, ha concluido la portavoz y ministra de Educación. 

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