41 CONGRESO FEDERAL

El PSOE se abraza a Zapatero en su congreso y visibiliza la ruptura con un ausente Felipe González

Los socialistas reservan un papel protagonista en su congreso al siempre “leal” expresidente Zapatero y asumen la ausencia de González como lo mejor para ambas partes

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c) junto a los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, durante el 40 congreso federal en Valencia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c) junto a los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González, durante el 40 congreso federal en Valencia. / EFE / Biel Aliño

El PSOE ensayó en su 40 congreso de Valencia, hace tres años, un intento de reconciliación interna que se escenificó en la foto del abrazo entre Pedro Sánchez y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe González. La frágil entente no tardó en romperse y en la última campaña electoral se visibilizó como irreversible el alejamiento de González con el actual PSOE liderado por Sánchez, al ni siquiera pedir el voto para los socialistas, mientras que Zapatero asumió un fuerte protagonismo en los mítines. Luego vinieron las duras críticas por la amnistía y el choque directo. El 41 congreso federal, con un espacio prominente reservado a Zapatero y la ausencia de González, simbolizará esta brecha entre el socialismo histórico y el sanchismo.

El expresidente Zapatero participará en los premios Rosa de Lima Mazano que se entregarán este viernes durante la primera jornada del congreso en Sevilla, según fuentes de la organización, más allá de su presencia en el mitin de cierre con Pedro Sánchez. González, por su parte, no acudirá al cónclave. Este miércoles estará en Cartegena de Indias (Colombia), donde participará en un coloquio universitario junto al exvicepresidente colombiano Óscar Naranjo, y en los próximos días, coincidiendo con el congreso federal, tendrá agenda en México.

Desde Ferraz aseguran que se han enviado invitaciones a ambos expresidentes del Gobierno, sin diferencias, así como a los autonómicos. González aseguró en una reciente entrevista que esta se produjo a “destiempo”, aunque dio cuenta de su falta de interés al priorizar otros actos en su agenda internacional. Fuentes del partido reconocen que dado las posiciones que viene defendiendo el expresidente lo normal -y casi deseable- es que no acuda.

Más allá de sus críticas a los acuerdos con los independentistas y su línea de oposición al actual Gobierno, González cuestiona la falta de pluralidad interna en el PSOE y su escoramiento hacia la izquierda. Precisamente, Sánchez volverá a reivindicar la identidad de izquierdas de su proyecto político en el 41 congreso federal con el lema “España avanza por la izquierda”.

En el primer congreso federal tras recuperar la secretaria general con un discurso que algunos tacharon de ‘podemizado’ se optó por el lema de ‘somos la izquierda’. Sánchez acababa de imponerse en las primarias a Susana Díaz y al aparato del partido y los socialistas, en la oposición, habían quedado en las anteriores elecciones generales a solo 14 escaños de distancia de Unidas Podemos.

En el anterior congreso, con los socialistas ya instalados en el Gobierno y compartiendo coalición con los morados, se decidió dejar atrás la autorreferencia de izquierda para elegir como lema ‘Avanzamos’, más focalizado en la gestión y el giro al centro. Ahora, en un momento en el que el espacio a la izquierda del PSOE pierde el pie en las encuestas y los socialistas buscan erigirse en “faro de la socialdemocracia” europea, se busca la síntesis del “España avanza por la izquierda”.

“Lealtad” y “disposición a ayudar”

El divorcio entre Sánchez y González lo es también entre los dos expresidentes socialistas. Zapatero ya acudió a la última convención política del partido, celebrada el pasado mes de enero en A Coruña, donde quiso contrastar su “lealtad” al proyecto y su disposición “siempre a ayudar”. Entonces, en pleno terremoto por los acuerdos de investidura, volvió a dar un paso adelante para legitimar la hoja de ruta con la amnistía y la relación con los independentistas. González, en cambio, había llamado unos días antes a “reaccionar” contra este acuerdo.

El expresidente Zapatero no solo ha autorizado en los últimos tiempos las decisiones de Sánchez que más debate han generado dentro y fuera del partido, sino que incluso ha participado de ellas desde la sombra. Además de mantener puentes con Podemos, evitando que las discrepancias fuesen a más en la anterior legislatura, contribuyó a engrasar la relación con formaciones como ERC. Gestiones discretas y privadas que el portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián le llegó a reconocer en público.

Rehabilitado por la izquierda y con una creciente ascendencia en el PSOE que busca contrarrestar el discurso e influencia de Felipe González, el expresidente Zapatero ganó galones entre las bases tras su protagonismo en la última campaña electoral. "Cuando las cosas se pusieron difíciles, y se pusieron muy difíciles, José Luis estuvo ahí, echando una mano, y esta victoria es también de Zapatero", le reconoció Sánchez en el primer acto de partido tras la investidura.

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