Este jueves entró en vigor la norma que obliga a los países de la Unión Europea a establecer espacios aéreos específicos para que los drones no causen incidentes cuando vuelen a una altura máxima de 120 metros en zonas congestionadas o estén fuera del alcance visual del piloto remoto.
La normativa armoniza los requisitos en la UE, con el objetivo de fomentar el desarrollo de las naves no tripuladas para que puedan realizar distancias cada vez más largas, y contribuyan, por ejemplo, a servicios esenciales con el transporte de muestras médicas, la asistencia en accidentes o la inspección de infraestructuras.
Los Estados miembros tendrán que establecer ahora sus espacios aéreos específicos, designar a los proveedores de los servicios y desarrollar estándares para el intercambio de información, con el objetivo de que la medida esté completamente operativa en el año 2030.
«Empezar la puesta en marcha de este espacio aéreo es un paso importante para crear el ambiente funcional, de confianza y seguro que necesitamos para desarrollar un mercado europeo competitivo del servicio de drones», dijo la comisaria europea de Transporte, Adina Valean.