Pedro Sánchez ataca a Susana Díaz por la incompatibilidad de cargos

El ex secretario general defiende que «hace 20 años» el PSOE puso énfasis en «un militante, un cargo» y critica que se olvide para justificar otras candidaturas

13 may 2017 / 22:50 h - Actualizado: 14 may 2017 / 09:11 h.
"PSOE","Primarias en el PSOE"
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La presidenta de la Junta, Susana Díaz, lleva tiempo escuchando ataques de los grupos de la oposición en Andalucía por tener abandonada la comunidad al estar centrada en las primarias del PSOE. Desde antes de anunciar oficialmente su candidatura, ha estado respondiendo a preguntas mediáticas y voces internas que cuestionan que pretenda compatibilizar, como así ha asegurado siempre en caso de ganar, la Presidencia andaluza con la Secretaría general del partido. Hasta en una visita institucional a un centro social de Castilleja de la Cuesta (Sevilla) nada más desvelar sus intenciones, una señora le preguntó si se iba a quedar en Andalucía o irse a Madrid y cuando Díaz le respondió que hará «las dos cosas» y tendrá «que trabajar el doble», la mujer le recriminó: «Yo la he votado para que se quede usted en Andalucía, no para que se vaya a Madrid». Por mucho que los Estatutos del PSOE lo permitan o de que en el PP su secretaria general María Dolores de Cospedal compatibilizó el cargo durante cuatro años con la presidencia de Castilla La Mancha, el tema es un flanco de ataque para Díaz. Y este sábado lo usó su principal rival, Pedro Sánchez, que en un mitin precisamente en Andalucía (en la localidad malagueña de Cártama) recordó que desde hace «20 años se puso especial énfasis» en que en el PSOE «tenía que haber un militante, un cargo, un sueldo» y criticó que ahora para justificar alguna que otra candidatura «hay compañeros que dicen que es perfectamente compatible» ser presidente de una comunidad y secretario del partido. «Van a ser los afiliados con su voto quienes lo hagan incompatible», zanjó.

La batalla de las primarias socialistas vivió este sábado una nueva jornada con pleno de actos de los tres candidatos, que este domingo también tendrán agenda (Díaz en Toledo y Patxi López en Alcalá de Henares) salvo en el caso de Sánchez, el único que se ha reservado el día para preparar el debate del lunes en Ferraz. En Málaga, además de cuestionar la intención de Díaz de compatibilizar cargos, Pedro Sánchez insistió en que su objetivo es devolver al partido «a la dirección de la izquierda» ya que lleva «nueve meses en dirección contraria» a los votantes, a los afiliados «a lo que sienten y lo que opinan».

Queda una semana para el 21 de mayo y la guerra de avales demostró que las candidaturas de Díaz y Sánchez están bastante igualadas. Eso sí, ante las voces de uno y otro bando que apuntan a una retirada de Patxi López para evitar una dispersión de apoyos, éste dejó claro desde Zaragoza que llegará hasta el final y que el verdadero voto útil es el que una a un partido que con sus rivales está roto en dos. Sánchez ya hizo una oferta a López para unirse a su candidatura que éste rechazó muy molesto.

López volvió a mostrarse como el pacificador en esta batalla a cara de perro. Lamentó que «nunca había visto» este «nivel de insultos, descalificaciones y agresividad» en el PSOE y alertó de que esta división es un «suicidio». Para no volver a repetir el golpe que defenestró a Sánchez en el Comité Federal del 1 de octubre, propuso que el máximo órgano entre Congresos pueda poner una moción de censura al secretario general que se someta a la militancia. Sobre su proyecto para el PSOE, habló de sacarlo de la actual «indefinición» –algo de lo que le acusan a él sus oponentes– y «recuperar» su lugar, que a su juicio «no es irse al centro, pero tampoco ir a una izquierda impostada que nos inventamos cada rato» sino ser un partido «de izquierda, claro, nítido y sin complejos».

El planteamiento ideológico no difiere mucho del de Díaz, que insiste en reivindicar la historia del PSOE –este sábado en Asturias alabó la herencia de Felipe González y Alfonso Guerra mientras Zapatero hacía campaña por ella en Valencia–. En su discurso arremetió especialmente contra Podemos acusándolos de querer interferir en el proceso interno llenos de «odio y rencor». «No nos va a acomplejar ni la derecha ni los que dicen que son más de izquierdas» dijo, y citando directamente a Pablo Iglesias garantizó que «no nos van a callar, ni nos van a intimidad ni nos van a humillar» ni dejará «que nadie arrodille al PSOE». En clave interna volvió a pedir que «nadie hable mal» de ningún compañero.