El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, señaló ayer en Sevilla que la investidura a la que pretende someterse el expresident de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, es «ilegal y contra el sentido común y la lógica». El líder independentista, que continúa viviendo en Bruselas, pretende ser investido en el cargo, algo que «no tiene precedentes», según señaló Rajoy, quien concluyó que «no es admisible que una persona que vive fuera de España pueda presidir la Generalitat».
Asimismo, el jefe del Ejecutivo despejó toda duda –si es que aún quedaba alguna– y afirmó que «el artículo 155 va a seguir vigente porque así lo ha dicho el Senado». En este sentido, el líder de los populares apeló a la «responsabilidad».
Cataluña necesita formar gobierno cuanto antes, debe hacerlo dentro de la ley porque, de lo contrario, actuará la ley. Una persona situada fuera de la realidad no puede condicionar el futuro de todos. #ObjetivoSevilla2019 pic.twitter.com/AM0FSO5Get
— Mariano Rajoy Brey (@marianorajoy) 20 de enero de 2018
Para defender su actuación ante el desafío soberanista, Rajoy sacó pecho y señaló que su Gobierno tuvo que actuar porque la Generalitat «se había instalado en la más pertinaz ilegalidad» y reconoció que, a pesar de haber logrado «un gran consenso» en defensa de la ley y el Estado de derecho, su partido ha pagado «un coste electoral».
Por otro lado, Rajoy mantuvo abierta su particular afrenta con Ciudadanos (Cs). En concreto, el presidente del PP criticó a la formación naranja por su negativa a que los tres escaños populares del Parlament formen un grupo propio. Rajoy lamentó la falta de lealtad de Cs y denunció que «no quieren que la voz del PP se oiga con fuerza». No obstante, el artículo 26.3 del Reglamento del Parlament catalán indica que un grupo parlamentario debe estar formado «como mínimo» por cinco miembros.