La yuca, también denominada mandioca o casava, es una planta originaria de Brasil y Paraguay, pero ha llegado a extenderse por toda Latinoamérica, África, Asia y Las Indias, incluyendo Filipinas y Taiwán. Este tubérculo se ha convertido en uno de los ingredientes más populares de dichos países, siendo la base de la alimentación de millones de personas debido a que es una fuente repleta de energía y propiedades saludables.
Su cultivo es bastante sencillo ya que además de reproducirse en condiciones de calor y humedad, también se adapta a climas adversos incluso con poca agua, siendo un cultivo de bajo coste económico y muy rentable.
Las raíces de yuca son muy semejantes a la patata o la batata, pudiendo cocinarse de formas similares. Sin embargo, la diferencia más notable es que la yuca contiene más de un 90% de almidón en su interior, siendo muy pobre en grasas y proteínas. Además, es una fuente de polifenoles y taninos, destacando por su acción antioxidante. De igual forma, su gran fuente de almidón brinda saciedad ayudando a la pérdida de peso, mejora el metabolismo y beneficia el tránsito intestinal.
Su alto valor energético lo convierte en un alimento perfecto para deportistas o para aquellos ejercicios con un gran desgaste físico y mental. Se trata de un alimento de fácil digestión, siendo recomendado su consumo para personas con úlceras, gastritis, colitis o acidez estomacal. Asimismo, el calcio de la yuca y su aporte de vitamina K participan en el cuidado de los huesos y a mantener en plenas condiciones el pelo y la piel.
La yuca también puede ayudarnos a regular la presión arterial, reducir los niveles de azúcar de la sangre y limitar el daño neuronal en el cerebro. Además, se trata de un alimento libre de gluten para las personas celíacas.
Pese a todos estos beneficios y propiedades, el consumo de yuca está supeditado a un cocinado especial debido a que en su composición se encuentran cantidades importantes de cianuro que solo desaparecen una vez cocido, siendo altamente peligroso si se ingiere crudo. Además, al no tratarse de un alimento con alta densidad nutricional, debe consumirse dentro de una alimentación variada que contenga todas las vitaminas, minerales y proteínas con los que la yuca no cuenta.