Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la carencia de hierro, o ferropenia, es el trastorno nutricional más común y extendido en todo el planeta y afecta a más del 30% de la población mundial, principalmente a niños y mujeres.
Por su parte, desde Vithas afirman que, con los cambios de estación, esta deficiencia ferropénica puede aumentar. “Los cambios de estación alteran nuestro organismo; hay que cuidarse antes de que llegue el calor y procurar comer y dormir bien, así como realizar un poco de ejercicio diario al aire libre”.
Asimismo, se debe tener en cuenta que en la población femenina la anemia puede verse aumentada por los sangrados menstruales abundantes y en las mujeres embarazadas por la demanda de nutrientes del feto.
Síntomas
En cuanto a los síntomas, el equipo médico explica que principalmente la persona afectada puede comenzar a notar más cansancio de lo normal, dolores de cabeza, caída del cabello, palidez, falta de concentración, mareos o incluso somnolencia.
Causas
La anemia en ocasiones puede ser inofensiva o ser resultado de una enfermedad o afección subyacente. Por esta razón es muy importante saber las causas que la provoca y para ello hay que acudir a un especialista. “Una patología se produce por la deficiencia de hierro, mineral necesario para la formación de hemoglobina, que a su vez lleva oxígeno al cerebro. Es recomendable normalizar los niveles de hemoglobina con tratamiento farmacológico vía oral o intravenosa y una dieta basada en una alimentación rica en frutas y verduras y que incluya una ración de carne o pescado dos o tres veces por semana”, explican desde Vithas.
Alimentación
Llevar una alimentación adecuada puede ayudarnos a controlar mejor la anemia. Los expertos indican que se deben controlar los niveles de ácido fólico, vitamina B12 y proteínas y acudir al médico en caso de que se presenten estos indicios. “Para poder corregir este tipo de deficiencias, los alimentos que suplen las carencias de la anemia son las verduras, frutas, el perejil, las ortigas, los berros, las grosellas negras y las fresas, productos ricos en hierro y muy típicos de esta época del año”.
Además, la vitamina C puede ser una gran aliada, pues ayuda a absorber el metal que se encuentra en estos productos. De igual forma, se aconseja que, para controlar los niveles de ácido fólico, es buena la levadura de cerveza, el germen de trigo, los frutos secos, el hígado y nuevamente, las verduras.