Gastronomía

El restaurante de la Alameda que reivindica la comida callejera de Palestina

Mohanad Abulatifa, que vino a la capital andaluza a estudiar ingeniería informática, montó junto a su hermano un local donde servir los platos típicos de las calles de su Cisjordania natal

Mohanad Abulatifa, uno de los propietarios del M4

Mohanad Abulatifa, uno de los propietarios del M4 / CARLOS DONCEL

Carlos Doncel

Carlos Doncel

En una pared del M4 comparten espacio Camarón de la Isla, la cantante egipcia Umm Kalzum y Nelson Mandela con un sombrero fez. De fondo, el icónico dibujo de una kufiya. En el tabique opuesto, el horizonte urbano de Jerusalén en blanco y negro, con la dorada cúpula de la Roca como único color de la postal. Pese al popurrí estético, una pintura en la fachada de este local cercano a la Alameda deja claro la esencia del lugar: es un restaurante palestino. El único de todo Sevilla.

El M4 está especializado en servir comida callejera de este país de Oriente Próximo: sambousek -empanadas típicas de esta zona-, falafel -masa frita hecha de garbanzos-, kibeh -una especie de croqueta con carne-, hummus -untable de garbanzos, limón y tahini- o shakshuka (huevos al horno con tomate). "Queríamos que fuera una opción rica y rápida, como la pizza o el kebab, pero primando la calidad", apunta Mohanad Abulatifa, uno de los tres hermanos que dirigen este local. "Y con el sabor de lo que se suele pedir en las calles de Palestina".

La carta ofrece además opciones mucho más reconocibles para el gran público, como hamburguesas o rolls. "Nuestra intención es que el cliente también pueda sentirse cómodo probando cosas que conoce", aclara Mohanad. "Por eso, si no le convence el apartado palestino, tenemos bocadillos, por ejemplo. Aunque no son los clásicos, se nota que tienen el gusto de nuestra zona".

De ingeniero informático a la cocina

Mohanad Abulatifa dejó su Cisjordania natal en 2016 para estudiar en la capital de Andalucía un grado en Ingeniería del Software. "Al principio estaba perdido, con miedo de si este era el camino adecuado. Pero después de un tiempo encontré el apoyo de amigos y vi que no había tanta diferencia en la manera de vivir de ambos sitios", cuenta este joven de 26 años. "Nos parecemos mucho los sevillanos y los palestinos, somos gente fáciles de tratar".

Con su traslado a España, Mohanad también dejó atrás los sabores que le habían acompañado durante toda su vida. "Me di cuenta de que si me apetecía algo de Oriente Próximo, había que sentarse en un restaurante con mesa y mantel. No había nada en toda la ciudad nada que me recordase a aquellos puestos callejeros en los que se come en 15 minutos", comenta este hostelero.

Tanto lo comentaba con la familia, que cuando su hermano Majd se mudó a España, le propuso montar un negocio basado en esta idea. "Ninguno de los dos habíamos trabajado antes en la cocina, de hecho Majd hizo Finanzas en la universidad. Aunque teníamos muchas ganas y vimos que podía funcionar este tipo de local, así que tiramos para adelante", dice Mohanad. Y justo en diciembre de 2022, en la calle Correduría, abrieron al fin el bar. Como nombre, la letra por la que comienzan los nombres de los cuatro hermanos Abulatifa: M4.

"Es muy difícil encontrar un sitio que te acoja como Sevilla"

La inexperiencia y el hecho de ofrecer un formato nuevo y exótico complicaron el comienzo. "Los sevillanos son algo suyos de primeras, pero luego se abren. Cuando vuelven, se atreven a probar platos más típicos", afirma el copropietario de este restaurante. Después de casi dos años en funcionamiento, el falafel, el hummus y le kibeh se han asentado ya en este rincón de la Alameda.

"Encontrar un sitio que te acoja como Sevilla es muy difícil", afirma el menor de los Abulatifa. Un empuje fundamental, porque este joven no lo ha tenido ni lo tiene fácil: en Jerusalén, en mitad del conflicto con Israel, aún viven sus padres y uno de sus hermanos. "Todos los días intentamos que vengan, pero para mis padres es imposible. Tienen 60 años, y aquel lugar es parte de ellos, llevan toda la vida luchando por la causa palestina".

"Mucha gente piensa que un refugiado solo puede llegar a España para hacer el mal. Pero venimos a trabajar duro, a luchar por nuestras metas", justifica Mohanad. Un esfuerzo que realizan a diario en M4 y, pronto, en el nuevo local especializado en pollo a la leña que abrirán en la misma calle. "Nos gustaría que la gente viera que queremos hacer algo bonito para Sevilla". En vista al éxito que han tenido al traer aquí la comida de su tierra, Palestina, parece que lo han logrado.