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Carta de San Pablo a los romanos

PREVIA. El Baloncesto Sevilla necesita la victoria hoy ante la Virtus Roma (20.30 h.) para no complicarse el pase al ‘Last 32’ de la Eurocup.

el 03 dic 2014 / 09:24 h.

Derrick Byars intenta anotar en el partido de ida disputado ante la Virtus Roma. /EDD Derrick Byars intenta anotar en el partido de ida disputado ante la Virtus Roma. /EDD Todavía hay tiempo para no caer en el euroescepticismo, quedan tres jornadas para que finalice la primera fase de grupos de la Eurocup y el Baloncesto Sevilla tiene en su mano la clasificación para la segunda ronda. Todo hubiera sido más fácil con el triunfo el pasado miércoles en Bélgica, pero la derrota ya es inamovible y hay que pensar en sumar esta misma noche un triunfo ante la Virtus Roma (20.30 horas, Canal Sur HD). El panorama es el siguiente: se clasifican los cuatro primeros del grupo de seis y el conjunto hispalense saca una victoria de ventaja a los equipos que en estos momentos se quedarían fuera: Charleroi y Oldenburg. El basketaverage está perdido con los primeros y es favorable con los alemanes. Tan cerca está el cielo como el infierno: puesto que un partido es la distancia que separa de la eliminación y del segundo puesto del grupo. El único que tiene billete seguro para la próxima ronda es el conjunto romano y eso puede ser un punto a favor de los intereses locales ya que podría encontrar una versión algo edulcorada de los italianos, sabedores ya de que la clasificación está más que amarrada. Pero por mucho que los romanos lleguen sin pisar el acelerador, el Baloncesto Sevilla necesita mejorar la imagen que ha dado en los últimos encuentros. Resulta muy complicado averiguar qué versión del equipo se contemplará hoy en San Pablo. Ya es difícil descifrar lo que deparará un cuarto de este equipo como para pensar en cuarenta minutos. La indefinición y la incógnita es la nota predominante de este comienzo de temporada, aunque se acerca el plazo que dio Scott Roth para ver al equipo dar una imagen más consistente. El técnico estadounidense aseguró que entre diciembre y enero llegaría el momento en el que la plantilla transmitiría mejores cosas. Para ello, la llegada de Ben Woodside se antoja fundamental. Al fin, un base, base que dote al equipo de algunos resortes inevitables para la buena marcha de un equipo de baloncesto. La bombilla en ataque se funde en ataque con demasiada frecuencia y entonces se crea una confusión espacio-temporal que arrastra hacia el precipicio. Decía Roth hace unas semanas que en este equipo los problemas que surgen a lo largo de un partido se asemejan a bolas de nieve que se agigantan y se agigantan sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo. Puede que el nuevo fichaje sea el parapeto que ayude a Berni Rodríguez a contener el alud.

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