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Cientos de vecinos agachan la cabeza y lloran ante féretro de mujer asesinada en Pruna

Pruna agacha la cabeza y llora a Guadalupe, que murió el pasado lunes víctima de las 42 puñaladas que le asestó su ex pareja. El funeral de la mujer, de 41 años y madre de tres hijos, congregó a centenares de vecinos que todavía no han superado el shock de su muerte y que acompañaron el féretro en un mar de lágrimas.

el 02 jun 2010 / 19:45 h.

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Familiares y vecinos portan el féretro de Guadalupe B.M., la mujer fallecida a mano de su ex novio en Pruna.

Minutos antes de las once de la mañana, una multitud seguía a los familiares de Lupe, como la conocían todos en el municipio, desde la casa de sus padres -lugar donde se velaron sus restos mortales-, hasta la iglesia en la que se ofició el funeral. "Me pongo mala sólo de imaginar el dolor de ese hombre", le comentaba en voz baja una vecina a otra refiriéndose al padre de la víctima, Fernando, que caminaba mirando al suelo unos pasos por delante.

En la puerta de la iglesia, segundos antes de llegar el ataúd, una mujer cercana a la víctima se ha dirigido a gritos a las cámaras de televisión que filmaban la escena, exclamando entre lágrimas de dolor que el supuesto asesino es "un criminal y un desgraciado", y asegurando que "es algo que lleva en la sangre".

En el interior del templo, el sacerdote ha leído un pasaje del apóstol San Marcos en el que recordaba la muerte y resurrección de Jesucristo, mientras a poco metros la madre de Lupe, agotada, contemplaba, con la cabeza apoyada en el hombro de una familiar, el féretro donde descansaba el cuerpo de su hija.

En el sermón, algunos de los presentes no han podido evitar dirigir su mirada a uno de los cuadros que colgaban de las paredes, en el que se ilustraba a un hombre atacando a una mujer contra una roca mientras le asestaba golpes con un arma blanca. Terminada la misa, el sacerdote advirtió a los asistentes de que, a petición de la familia, no les transmitieran su pésame por la muerte de la mujer por encontrarse demasiado "cansados" a causa de los hechos de los últimos días. La mayoría de los vecinos que estaban en el interior del templo esperaron entonces a la salida del féretro y de los familiares, a los que han aplaudido emocionados.

Posteriormente, hermanos y amigos de la mujer asesinada portaron a hombros el ataúd hasta el cementerio, donde finalmente ha recibido sepultura. Durante el trayecto se seguían oyendo los gritos de la madre y el llanto de otros familiares, dolor compartido por vecinos, que hoy volverán a mostrar con una manifestación el cariño a Lupe y su repulsa por este caso de violencia de género.

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