El progresivo incremento del paro pone de manifiesto, a juicio del gobernador del Banco de España, el "rotundo fracaso" del sistema laboral español para frenar esta sangría. Para Miguel Ángel Fernández Ordóñez es necesario aumentar la productividad y evitar que todo el peso del coste del despido recaiga sobre espaldas privadas.
El gobernador del Banco de España advirtió ayer de que las numerosas ineficiencias en el sistema laboral español determinan el "rotundo fracaso" en el objetivo de reducir el desempleo, por lo que insistió en la necesidad de emprender "con urgencia" reformas en el mercado de trabajo.
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que participó en las Jornadas sobre la singularidad de las cajas de ahorros organizadas por la Federación de Usuarios de Cajas, explicó que España mantiene un sistema para el desempleo que en su día fue parecido al de otros países europeos, pero que todos han reformado en las últimas décadas.
En el sistema español la ayuda al desempleado combina la prestación pública con el pago en función del tiempo que ha permanecido en una sola empresa y que corre a cargo de la empresa y no del Estado, lo que provoca una menor productividad y el fracaso en el objetivo de reducir el desempleo. El gobernador del instituto emisor precisó que los costes del despido descansan exclusivamente sobre el sector privado, lo que desanima la creación de empresas y la contratación en general, si bien se mostró contrario a centrar el debate exclusivamente en el abaratamiento del despido.
"El sistema español es ineficiente", sostuvo Fernández Ordóñez, para quien es absolutamente necesario estudiar y difundir las reformas que han hecho otros países europeos y escoger las alternativas que permitan aumentar la productividad.
Recalcó que los principales problemas de la economía española son estructurales, por lo que "la tarea principal es mejorar e impulsar la productividad y aprovechar estos momentos para reformar las normas e instituciones", algo que, consideró, ayudará a salir más rápidamente de la crisis.
A su parecer, la reforma laboral es "la más importante de cara a relanzar la creación de empresas y reducir el paro". Según sus previsiones, es "altamente improbable" que la economía española pueda crecer como en el pasado si no se acometen reformas, especialmente laborales.
La "práctica imposibilidad de descolgarse de la negociación colectiva", la escasa participación de las remuneraciones en los beneficios empresariales, los mecanismos de indiciación salarial sin ninguna conexión con la situación de las empresas y la intervención del Estado por medio de autorizaciones preceptivas que impide que las empresas aumenten su productividad, son otras de las singularidades del mercado laboral español frente al de otros países desarrollados, especificó.
La liberalización de los plazos de alquiler es otra de las medidas que consideró "crucial" para reducir el coste de los alquileres y poder hacer un ajuste inmobiliario más suave, sin que se desplome el valor de las viviendas, la riqueza en la que los españoles han concentrado su patrimonio.
Al rescate. Fernández Ordóñez señaló, además, que no descarta una intervención del Estado en alguna entidad financiera española si fuera necesario, como ha ocurrido en otros países. Recordó que en los 19 meses de crisis que llevamos se ha visto "en todas partes" este tipo de decisiones, aunque insistió en que en España "hasta ahora no ha sido necesario rescatar a nadie". Sí admitió la existencia de un problema en la morosidad, que "afecta a las cuentas de resultados de las empresas", que en cada caso deberán determinar si necesitan o no reestructurarse.
