El caso de la banca Fortis ha golpeado de lleno al Gobierno belga, que ayer viernes decidió presentar ante el rey Alberto II su dimisión en pleno. La medida fue propuesta por el propio primer ministro, Yves Leterme, y aceptada más tarde por todos sus compañeros.

El Ejecutivo belga tomó esta decisión tras la publicación de un informe del Tribunal de Casación (la más alta instancia judicial del país) que ve "serios indicios" de presiones desde el Gobierno al poder judicial en torno al caso de la banca Fortis. El titular de Justicia, Jo Vandeurzen, fue el primero en anunciar su renuncia ante la gravedad de las acusaciones del Tribunal de Casación.

Según el alto tribunal, el Gobierno, y en concreto el gabinete del primer ministro, hizo "todo lo posible" para evitar un fallo desfavorable del Tribunal de Apelación de Bruselas. Esta corte bruselense ordenó la semana pasada suspender todas las decisiones que, en octubre, acabaron con la división y venta de Fortis, el primer grupo bancario y asegurador de Bélgica.

Según el Tribunal de Apelación, los accionistas debían haber sido consultados sobre esas medidas -división del grupo y venta de la parte holandesa al Estado holandés y a BNP Paribas de casi todo el negocio bancario en Bélgica y Holanda y de los seguros en Bélgica-.

Alberto II tendrá ahora que decidir si acepta o no la renuncia del Gobierno.

El monarca ya rechazó en julio la dimisión del primer ministro -provocada por los problemas para sacar adelante la reforma institucional-y previamente le convenció en dos ocasiones para que no renunciara a su tarea de formar Gobierno. Leterme, ganador de las elecciones legislativas de junio de 2007, tardó nueve meses en formar Gobierno, debido a las dificultades para componer una coalición estable. Finalmente se formó una coalición asimétrica, con dos partidos flamencos -democristiano (que lidera Leterme) y liberal- y tres valones -democristiano, liberal y socialista-.

El detonante. En septiembre, para salvar Fortis, entidad belgo-holandesa contaminada por créditos basura estadounidenses, los Estados de Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo nacionalizaron el banco con más de 11.000 millones de euros y se lo repartieron; unos días después, el Ejecutivo Leterme cerró un acuerdo para vender el 75% de su parte a BNP.

En el último año, las acciones de Fortis, donde tienen los ahorros y los fondos de inversión la mayoría de los belgas, han pasado de valer 20 euros a poco más de un euro y han tocado mínimos de 50 céntimos. Según el diario Le Soir, el consejero delegado de BNP, Baudouin Prot, amenazó al Gobierno Leterme con abandonar su oferta de 14.500 millones de euros si el acuerdo no se cerraba rápido.