La logística comercial de los grandes y no tan grandes almacenes nos viene acostumbrando a que las calles de nuestras ciudades se iluminen por Navidad desde mediados de noviembre, lo que ha contagiado al Ministerio de Hacienda que en pleno verano pone a la venta la Lotería del 22 de diciembre. Hasta las rebajas se adelantan se dice que para paliar la crisis. Hay tantas cosas fuera de su fecha tradicional que terminaremos por no saber en qué estación del año vivimos, sobre todo ahora que hay pimientos, pepinos o tomates en cualquier época y las rosas más hermosas, de invernadero claro está, en los gélidos días de enero.

Bérchules, una joya natural en la intrincada Alpujarra granadina, celebra cada primer sábado de agosto su fiesta de Nochevieja, y a las doce en punto los ochocientos vecinos más los forasteros atraídos por la extravagancia del acontecimiento dan cuenta del ritual de las uvas tal que si se tratara del día de San Silvestre. Entienden los berchulanos que el verano es mejor para esta tradición, que vienen los naturales del pueblo que trabajan fuera y que ni el frío ni las frecuentes tormentas invernales les privan del gozo de estar en la plaza en amor y compaña a la luz de la luna.

El síndrome de Bérchules hará estragos. A las infames modernas costumbres de adelantar las luces de Navidad, la venta de lotería o los rituales propios de la Semana Santa a tiempos distintos según el calendario, parecen sumarse los partidos políticos con estrambóticas propuestas que de estar planteadas en serio habría que recomendar a sus autores el diván del sicoanalista.

Hace bien poco, y a solo ocho meses de los últimos comicios autonómicos, el líder del PP andaluz reclamaba la celebración de elecciones anticipadas a la vista de la crisis económica y del consiguiente aumento del desempleo. Pero lo que muchos pensábamos que era una mera boutade de las que suelen decir los políticos cuando no tienen otros argumentos que llevarse a la boca, resulta haber sido el chupinazo de toda una estrategia bajo el síndrome de Bérchules. Propone ya el Partido Popular de Andalucía el comienzo de la campaña electoral para las municipales de... 2011. Es decir, para dentro de dos años y medio, más o menos, con la captación de nuevos militantes, o lo que es lo mismo, la movilización de sus bases a ser posible ampliadas y multiplicadas.

Si Bérchules anticipa su Nochevieja al apacible primer sábado de agosto, por qué el PP-A no va a dar comienzo a su campaña electoral de las locales de mayo-junio de 2011 en enero del 09. Los estrategas populares deberían recordar aquello de que no por mucho madrugar amanece más temprano.

Esperemos que no cunda el ejemplo. Porque a este paso podemos encontrarnos a Rosa Díez haciendo campaña para las generales de 2012, acaso urgida por el tropel de sus seguidores, o a Ibarretxe pidiendo ya las vascas de 2013 convencido como parece estar de que López le puede sacar media cabeza en la foto finish. Pero quede definido el método con toda justicia con el nombre del bello y cachondo pueblo alpujarreño de los Bérchules.

Periodista

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