"La rentabilidad social no es posible sin rentabilidad económica"

Nacido en Úbeda en 1968. Ciego desde los 17 años. Licenciado en Filosofía. Aficionado a la música de Dire Straits, Pink Floyd y Supertramp. Lector de novela histórica, prefiere el audiolibro al Braille. Probó el ciclismo en tándem y le gusta comer de ‘cuchareo’.

el 03 feb 2015 / 18:21 h.

IMG_7763En la mesa de su despacho llama la atención el protagonismo de un plano en relieve de la Delegación Territorial de la ONCE, que dirige desde hace menos de dos semanas. Necesita que las yemas de sus dedos lo memoricen, porque acostumbra a pasear entre las mesas de sus colaboradores, con los que le gusta mantener un contacto directo y frecuente. Dice ser un hombre normal y confiesa reconocerse como un tipo con suerte.  —¿Eso de la suerte es un valor añadido en el curriculum de un directivo de la ONCE? —Tuve suerte porque pude formarme a pesar de proceder de una familia muy humilde. También por mi mujer.Nuestro compromiso es para siempre.Y por mis hijos, que son maravillosos. Y además mi ilusión es mi propio trabajo. Me lo paso bien.Soy afortunado. —Las áreas de juego y de servicios sociales de la organización son las caras más visibles y más amables, pero también hay trapos sucios. ¿Le preocupan? —Sinceramente, nuestras prioridades son el empleo, la educación y desde luego los ingresos para poder mantener unos servicios sociales de calidad. Evidentemente, hay problemas laborales, de recursos, de coordinación, también algunos problemas que nos llegan desde fuera... pero no tienen importancia en relación con nuestro fin. —En los últimos años han endurecido mucho el discurso contra el juego ilegal. —Estamos muy cansados de sufrir esa lacra que supone la imitación de nuestros productos por distintas organizaciones fraudulentas que se amparan en la discapacidad y en nuestra imagen y nuestra credibilidad con fines oscuros, lucrativos. Confunden a nuestros clientes, que quieren comprarnos a nosotros, pero que ven otros productos. IMG_7909 —Eso en cuanto a enemigos desleales, pero hay otros. ¿Hacienda también le ha hecho daño a la ONCE? —Nuestros clientes no han entendido bien que el juego público tenga que soportar un gravamen del 21%. Siempre hemos entendido que era un error, y así se lo hicimos saber alEstado. Nuestros juegos son sociales, todo se revierte en nuestra labor social sin que haya otro tipo de lucro.Eso es lo que el cliente no entiende. —¿No reciben un reconocimiento suficiente a la labor que hacen? —Estamos encantados de colaborar con las administraciones, y buscamos su complicidad para prestar un servicio a las personas con discapacidad. Sin embargo, nos encontramos con dificultades para que respalden nuestras reivindicaciones.Por ejemplo, queremos más energía frente al juego ilegal. Necesitamos que nos conozcan mejor y nos defiendan más, pero nos entendemos bien con las instituciones y también con el tejido empresarial. —En Andalucía se abre un periodo electoral, ¿alguna petición en concreto para el gobierno que salga de las urnas? —Siempre hemos tenido la comprensión y la ayuda del gobierno andaluz, y aspiramos a seguir teniéndola con el nuevo gobierno, sea del signo que sea. Esperamos que sea así. —Su antecesor en el cargo,Patricio Cárceles, ocupa ahora uno de los principales puestos de responsabilidad en el ámbito nacional de la ONCE, ¿muestra del peso específico de Andalucía en la organización? —Cuantitativamente, nuestro peso es enorme: somos el centro de mayor volumen, con 26.000 trabajadores y más de 17.000 afiliados. Somos una cuarta parte de la ONCE, y llevamos más de diez años por encima de la media nacional en nivel de ingresos. Que mi  antecesor sea el actual director de juego es un refrendo a toda esa política de los últimos doce años en los que los resultados han sido excelentes. —¿Qué se ha pretendido conseguir con la agrupación de las empresas de la organización bajo la marca Ilunion? —Visibilidad. Tenemos un  grupo de empresas modesto en cuanto a volumen pero que hace una muy importante labor social que probablemente no hemos sabido transmitir a lo largo de los años. La sociedad no ha identificado a buena parte de ese grupo de empresas con la institución. Nos hemos agrupado bajo una única marca que intenta apostar por la rentablidad económica, porque sin rentabilidad económica no es posible la rentabilidad social. —¿Hay todavía muchas barreras que salvar, propiciadas por la incultura? —En unos sectores se ha avanzado mucho más que en otros, pero afortunadamente, en España podemos presumir de que la discapacidad es muy visible.Existen motivos de discriminación, todavía, muchos de ellos por ignorancia, pero hemos normalizado mucho la discapacidad. Quedan elementos de discriminación , con un 70% de personas con discapacidad desempleadas. Hay mucho trabajo por delante. No cabe ser entendida la última frase como una indirecta. Ni siquiera la actitud del entrevistado, que aprovecha la sesión fotográfica para despachar con sus colaboradores más directos y para responder unos correos electrónicos. Mucho trabajo por delante, y un listón muy alto que superar. IMG_7827  

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