Silencio en el Salón Colón. Toma la palabra la ilustrísima alcaldesa en funciones de Sevilla y, a su vez, presidenta del Pleno, Inés Carmona. No se apure, no ha habido ni una moción de censura ni golpe de estado en el Consistorio.Sólo la voz de la democracia encarnada en una niña de diez años, alumna de quinto curso del CEIP Carmen Benítez que ha tomado, junto a sus amigos de pupitre, las bancadas del Pleno. Y lo hacen con propuestas por escrito y un clima de concordia que más quisieran sus mayores (tomen nota).Inés se arrimó al micrófono y dio por iniciado el Pleno infantil no sin antes hacer su declaración de intenciones con motivo en el Día Mundial de los Derechos de la Infancia: Una educación de calidad, una nutrición digna, una protección para las enfermedades y el derecho a jugar , trasladó al plenario mientras, en el público, se esbozaban las sonrisas, cómplices y a la par orgullosas, de su madre y su abuelo, Inmaculada y Julián López. No quedó ahí. La pequeña ya avanzó que lo que se iba a debatir en la más de media hora de Pleno serían cuatro propuestas para el barrio [Puerta Osario] de la mano de cuatro singu- lares partidos políticos: APS (Amigos para Siempre), PC (Partido Colegial), LA (Lobos Azules) y PIC (Partido Informático Colegial).Daniel Blanco, portavoz de la APS, elevó la primera propuesta: arreglar las calles con agujeros y acerados torcidos . Es casi imposible pasar sin que se nos caiga la mochila de ruedas al ir y venir del colegio , admitió el joven edil. Moción que fue refrendada y mejorada por el resto de partidos. El concejal de Lobos Azules, Eugenio Hernández, aportó la petición de una campaña de concienciación para evitar los excrementos de animales en la vía pública, mientras que Nuria Mª Marín instó a una mayor iluminación. Obviamente, no hubo objeción, salvo una abstención –pactada, ya que no se veía al chico con mucho ánimo de llevar la contraria– y vuelta a un guión bien ensayado de consenso fruto de semanas de trabajo en las aulas del colegio. Hasta la joven Interventora validó la iniciativa al constatar que había partida y dinero suficiente en el presupuesto municipal.Pero el Pleno no se limitó a la micropolítica –término acuñado para los arreglos de calles e iluminación–. Esta nueva hornada de políticos infantiles viene pisando fuerte: así, salió adelante la moción defendida por la pequeña Natalia Ruiz (Lobos Azules) que solicitaba la construcción de una biblioteca en el barrio, bajo el argumento de que a los niños nos gusta leer y que incorporaría una ludoteca y una sala de ordenadores, a petición de las ediles María Vega y Noelia Romero.El PIC, con María Noya como portavoz, se animó en solicitar el inicio de las obras de un polideportivo para practicar deporte aunque llueva . También se podría incluir un gimnasio para fitness y baile , aportó el concejal Antonio Montero, y una piscina , propuesta por Paola Pacheco. Y, como colofón, la petición del Partido Colegial: eliminar las barreras arquitectónicas y, ya de paso, que haya un ascensor en el colegio para facilitar el acceso a los niños con discapacidad. Queremos compartir clase con ellos y hacer nuevos amigos , añadió Miguel Caro, otro joven con madera de político de los buenos.Todas las propuestas llegaron a oídos del alcalde, Juan Ignacio Zoido, que recogió el guante al igual que el Consejo de laInfancia. Una vez terminada la sesión, los ediles volvieron a ser niños y se unieron a una fiesta, organizada por el Ayuntamiento y Unicef, en la Plaza de San Francisco, con otros 400 alumnos de 15 colegios y que se culminó con una gran suelta de globos.