He aquí una lógica interesante. Punto 1: lo que nos preocupa es que la gente esté bien. Punto 2: para que la gente esté bien necesita una serie de elementos entre los que se encuentra un buen empleo. Punto 3: algunos de tales elementos se consiguen en el contexto de la buena marcha de la economía. Punto 4: así pues, nos centramos en procurar la economía con la mejor de las marchas. Punto 5: la economía va bien si el dinero se mueve y las empresas tienen fuertes motivaciones para su actividad. Punto 6: uno de los mecanismos para conseguir ese movimiento y esa motivación es hacer más precarios los empleos: más fácil el despido, menos sueldo por la misma actividad... Entonces ¿dónde quedó eso del bienestar y el buen empleo? No es ficción. El Fondo Monetario Internacional acaba de dar las claves para salvar a la economía española. No ha sido muy original, se ha limitado a lo de siempre: facilitar el despido y mantener bajos los sueldos. Prefiero, entonces, que nadie se preocupe por mí. Dejadme infeliz con mi empleo fijo y mi salario. Y a la economía... No sé muy bien quién es realmente esa señora pero, sinceramente, no me apetece nada salvarla.