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Que venga Jack el destripador

Confieso que no he sido en mi vida ordenado para dos cosas: los estudios, que finalmente conseguí terminar, y la declaración anual de la renta, que dejo siempre para el último día y que termino bajo el peso de la ley.

el 15 sep 2009 / 21:03 h.

Confieso que no he sido en mi vida ordenado para dos cosas: los estudios, que finalmente conseguí terminar, y la declaración anual de la renta, que dejo siempre para el último día y que termino bajo el peso de la ley. En ambos casos, me enfrentaba a los dos molinos quijotescos pensando por dónde empezar, y terminaba siempre como Jack el destripador: "vayamos por partes".

Ha empezado el año que con tanta ilusión esforzada recibí y a la hora de escribir el primer artículo se me apelotonan los temas de manera que no sé si escribir un ensayo completo sobre el hombre moderno y su comportamiento o sencillamente pintar un cuadro del Bosco con todo su tremendismo demoníaco en gran formato. Con el frío siberiano deben haberse helado las neuronas provocando la falta irremediable de conexión cerebral, de manera que impera el caos, y los telediarios parecen momentos escogidos de Dónde estás Corazón, con Mariñas y Jaime Cantizano tratando de poner orden en el mundo.

Pepino Blanco ha querido volar con Iberia al ático que tiene Magdalena Álvarez en Galicia para examinar uno por uno los cohetes que lanza Hamas contra Israel, que han provocado ya la muerte de más de tres millones de parados en la T4 a causa de una helada que ha provocado un expediente a Iberia, mientras de Juana Chaos se manifiesta por la paz en Belfast, Obama lanza un plan de choque para terminar con la crisis en España y Zapatero se retira a la franja de Gaza para meditar sobre el cese de Maleni.

Aquí lejos, en Andalucía, el nuevo Midas, que convierte en votos todo lo que toca, se lleva a Cuenca el agua del Mediterráneo que estaba en Málaga, porque lo moderno de la autonomía es afianzar el centralismo; el poder económico hace que el pez chico se coma al grande, como Cajasol, que es el supermercado del ole qué préstamos, se come a Unicaja y se la lleva al Huerto de la Buhaira, que era lo que quería hacer Maleni antes de echar nieve en Barajas y correr un tupido velo sobre su propia ineficacia.

Lo único que queda claro es que hay un denominador común entre Galicia, Gaza, Málaga y Barajas. Vayamos por partes: que venga Jack el Destripador.

Consultor de comunicación

isidro@cuberos.com

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