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Sin noticias de Dios

Un día sí y otro no, y antes de que llegue a Sevilla, siguen apareciendo declaraciones episcopales sobre esa publicidad que dice "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y vive la vida" pero, sorprendentemente, ponen más el acento...

el 15 sep 2009 / 21:47 h.

Un día sí y otro no, y antes de que llegue a Sevilla, siguen apareciendo declaraciones episcopales sobre esa publicidad que dice "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y vive la vida" pero, sorprendentemente, ponen más el acento en la segunda parte del slogan que en la propia existencia divina y concluyen que, al contrario de lo que se afirma, sólo en Dios encuentra la vida la verdadera felicidad. Nada moverá a cada uno de sus respectivas posiciones pero, sin pretenderlo, los obispos y esos ateos coinciden en que el objetivo de cada vida consiste en vivirla con o sin un Dios subjetivo y tranquilizador.

Cuando en tiempos de Franco aún no se había generalizado el clientelismo porque España era una, a pesar de ser grande, en la izquierda se usaba la improbable existencia de Dios para explicar que éramos los seres humanos quienes debíamos preocuparnos por los más pobres y por el rumbo del mundo, mientras en el cristianismo comprometido -desde Theillard de Chardin a los curas obreros y las asociaciones católicas de trabajadores o de estudiantes- se creía que Dios asociaba a la humanidad a su plan de salvación trascendental y había que echar una manita.

Los puntos de partida estaban tan alejados uno de otro como hoy pero, al coincidir activamente sobre un mismo territorio social, era posible y fue real la cooperación. Ahora en ambos lados se ara un campo estéril. Los obispos, por conservar una clientela y una oficina de empleo, bajan la religión al nivel de mística rociera -tiempo detente; /es tan grande el consuelo /que mi alma siente?-; los ateos despreocupados de esta campaña promueven una vida como la de la gauche divine de los sesenta y ninguno de ellos, afirmando o negando, da noticias de Dios. Sólo de una especie de psiquiatra, necesario o innecesario según se mire.

Antonio Zoido es escritor e historiador

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