Pocas veces un culebrón estival resucita lo peor de la política y la hipocresía del poder sobre el padre de Andalucía que consta en su Estatuto, esa patria española y universal, que intentó Blas Infante. Un ‘tuit’ del Parlamento conmemoraba el 83 aniversario de su desaparición. Indicar que fue ‘muerte por fusilamiento’ indignó a la lideresa ex podemita Teresa Rodríguez. Lo replicó tildando de ‘desvergonzada’ a la cúpula parlamentaria añadiendo que no le representa el máximo órgano de representación popular andaluz.
Un Concejal de Vox sevillano, Gonzalo Polavieja, se une al calentón. Escribió de Infante que fue ‘tarado, furibundo islamista y masón’. La regeneración de la política sureña tira por ahí. Polavieja tendrá querella de los herederos del notario andalucista.
Lo más llamativo es que el ‘tuit’ que indignó a Rodríguez se colgó años y años mientras el PSOE mandoneó, casi 40 años, Andalucía como su cortijo. Ella no corrigió tal lapsus. El susanismo callado, pues así toca. Como Cs, gobernando con PP, falto de reflejos ante los ataques socialistas que sufren sobreactuando sobre desvaríos propios del novel en el gobierno.
Quien conoce bien a ‘Don Blas’ y su legado, Javier Aroca, acierta. Señala que es un personaje incómodo por laico, agrarista, federalista y republicano. Es padre -Blas Infante- que escurría su segundo apellido, el aristócrata Pérez de Vargas, fue políglota (dominaba el francés, esperanto, griego, árabe y latín), escribió cientos de artículos y decenas de libros sin dejar de dar fe como Notario. Sólo los mediocres, tan densos en la política y las cúpulas de partidarios de obediencia madrileña o barcelonesa, rechazan la figura de Infante
En 1936, un 11 de Agosto de madrugada a Infante lo fusiló un pelotón falangista junto al Alcalde Fernández la Bandera, el diputado Manuel Barrios, el Teniente de Alcalde Emilio Barbero y el secretario de la masonería Luis de Zayas. Su esposa, aunque lo imploró por ser sobrina del Gobernador Pedro Parias, no evitó esa vileza. Lo sentenciaron post mortem, multaron e incautaron la casa a su viuda, Angustias G. Parias
El sanguinario General Queipo de Llano celebraba con esa ‘saca’ de reos sin juicio, como miles y miles más, el 4º aniversario de la ‘Sanjurjada’, un golpe contra IIª República en la Sevilla de 1932. Los restos del militar siguen en 2019 -junto a los de su esposa- frente al Parlamento de Andalucía en su Valle de los Caídos particular: la basílica de la Macarena.
El fusilamiento de Infante siguió con la indignidad de arrojar su cuerpo a la fosa ‘Pico Reja’ del cementerio hispalense. Ahí se cree reposa tras los balazos de la barbarie. Felizmente -más vale tarde que nunca- la unanimidad de grupos municipales excavará y reconstruirá la fosa para identificar los cuerpos de los allí yacentes. Confiemos tendrán lugar adonde llevarles flores los deudos de todos los asesinados.
Decíamos que Infante era un ‘padre incómodo’. El estigma, por opacos e influyentes, de ser masón asesinó más a Infante, pero por muerte civil. Era de la logia izquierdista ‘Fe y democracia’. El Gran Maestre fue el político que más alto voló entre los sevillanos enterrados, Diego Martínez Barrios. Un hermano de Infante en la logia, el médico anarquista Pedro Vallina, fue otro maldito, aunque murió de viejo. Luchó la desigualdad, no cobró a los pacientes pobres e instigó muchas huelgas. ‘Flor de Cananas’ (Renacimiento 1999) del inolvidable Vicente Tortajada noveló su vida.
Otros nacionalismos, otras muertes
Más óbitos de Infante los sufrió en vida, según sus expertos. Manuel Hijano y Ruiz Romero refieren que él presagió: ‘seré despreciado sin ser leído’ por apostar -cual adelantado de su época al siglo XXI- por la dignidad femenina, la multiculturalidad, la justicia y la sanidad gratuita.
Su amistades incomodaban más aún. La que tuvo con el líder rifeño El Raisuni, Ramón Franco, hermano republicano del General Franco, carteos con Mahatma Ghandi -pacifista que libró a la India del yugo británico- o visitar en la cárcel gaditana a Lluis Companys fueron algunos de los tiros que se dio Infante antes de ser fusilado con 51 años. ¿Fue coherente, cívico o iba contra corriente?. Infante sería un librepensador.
El nacionalismo periférico histórico sobre un estado español forjado tras guerras y apaños en pro de Castilla se erigió sobre agravios centralistas, nefastas consecuencias de la liquidación del imperio colonial en 1898 y fueros que concedió Madrid selectivamente. La industrialización ponderó a sus burguesías sobre la nobleza, caciques y militares. El andalucismo nació con la mano abierta de las Juntas Liberalistas. Mientras, abertzales y catalanistas eran centrífugos, supremacistas y conservadores de homilía
Es ilustrativo constatar cómo el nacionalismo vasco veta la filosofía de Sabino Arana porque chirrían sus enfoques raciales y el andalucismo publica el ‘Ideal Andaluz’ aunque ciertas páginas son prescindibles. El catalanismo de Companys fusilócon su firmaa rivales de ‘esquerra republicana’, tras proclamar el ‘Estat Catalá’ y que lo abrazara Infante.
Del ‘nacionalismo gallego’ encontramos ensalada de Castelao y Otero con Casares Quiroga. Acabó, en el siglo XXI, fragmentado gracias a Beiras, con ego y toques celtas parecidos a sus antecesores. Las ‘nacionalidades históricas’, como vimos desde la Constitución de 1978, las dominaron partidos derechistas (PNV, CiU y un PP galleguista), mientras que Andalucía lo fue por un PSOE que laminó, con alianzas y fichajes, al andalucismo que entendía heredar a Infante desde el centro-izquierda.
El gran ninguneador de Infante es, sin duda, la sucursal andaluza del PSOE. Al primer presidente, el menos descarado, Rafael Escuredo lo ‘amortizó’ su partido tras destaparle corruptelas. No lo hizo con sucesores. Borbolla, Chaves y Griñán soportaron muchos actos y 10s de agosto descreídos del Infante federalista. El ‘dogma federal’ del PSOE tiene vaivenes con distinto resultado: agoniza en Catalunya, se transó en Euskadi y naufragó en Galicia. Guste o no, es así.
‘Pepote’ Borbolla en la cúpula del poder andaluz (1982-1990) no escondió sus desafecciones con el legado de Infante. No creyó en las señas de identidad andaluzas en favor del puño y la rosa tras huir del PSP. Le convencieron, por aquello de la propaganda, para crear una RTVA de ‘pata negra’. Borbolla legó que el ‘poder tiene su cosita’ y vaya si lo disfrutó. El que definiera como ‘candidato a palos’ Felipe Alcaraz al ex Ministro de Trabajo de González, Manuel Chaves, erigió un régimen lejano a lo que pretendió Infante para su tierra durante un dilatado mandato (1990-2009).
Chaves metabolizó los estertores del andalucismo con actas y votos. Logró para Infante un Museo y floreros con nómina. Ese es el PSOE engañó al personal repitiendo que Infante ‘murió por fusilamiento’, no Cs. En 2015 los andalucistas de partido votan su fin. La justifica raudo Alejandro Rojas-Marcos con Pedro Pacheco huérfano de Infante entre rejas. Los egos, entre andalucistas, seguían vivos.
Más muertes sobre Infante la encontramos en la Fundación que le honra con mucho más que su nombre. Según Alejandro Delmás Infante, nieto del Notario fusilado, este organismo está en ‘quiebra técnica’.
El peor cainismo, el rencor y el odio que afloró durante el conflicto fratricida sobreviven en el siglo XXI contra Infante. Lo leemos sin recato en la prensa subvencionada. Infante fue un soñador heterodoxo, un freelancer en la convulsa política republicana. Opinó con argumentos derribando el dogma imperante entonces. Su mensaje esvigente tras décadas de autocracia y los días en los que un ‘tuit’ equivale a patio vecinal
A la Fundación que intenta legar a Infante a presentes y futuras generaciones le quitaron el suero hace tiempo. Ahora, la agonizan mientras otras Fundaciones ‘colocaron’ a miles de enchufados con nóminas pagadas con dinero de los contribuyentes andaluces. Esas que el PSOE andaluz más mudo no sabe justificar. Callados otorgan lo peor.
El tándem PP-Cs no sabe cómo laminar esa ‘administración paralela’ que quiso hacer funcionaria Griñán sin exámenes, ni méritos, ni sustanciarse la igualdad de oportunidades. Lejos de suprimir lo innecesario, cerrar entes que dedican el 94% del presupuesto a pagar nóminas (el resto a externalizar servicios y sus fines sociales) aconsejan ‘optimizar’ esa fuerza laboral. Las auditorías ‘de infarto’ no las conocemos ¿Qué ocurre ahí dentro aún?
Las balas que pararon el corazón de Infante tuvieron gatillazos previos y lo remataron postmortem, como se evidencia. Si dio un par de vivas por una Andalucía Libre antes de expirar fue porque su última voluntad de fedatario fue rotunda, firme. Las distintas muertes de Infante tuvieron intelectuales, autores directos y muchos más espontáneos durante los últimos años y días. Todos están vivos. Relamen acaso heridas que les causan personajes como Infante, como ese padre incómodo que -al cabo- es referencia perenne.