Compartir acciones en una sociedad y dirigirla entraña altas dosis de fidelidad en la gestión del negocio. Tener una plantilla genera pautas de respeto bidireccional jefes/as-empleados/as. Algo parecido sucede cuando hay negocios familiares o de otra índole donde hay socios capitalistas y trabajadores; ahí la lealtad entre los citados parece norma de imperativo cumplimiento.

Lo escrito en el precedente párrafo parecen peldaños en la escalera del sentido común. La realidad, estimados lectores y lectoras, es otra. Diferente en caso que felizmente representan una minoría. Lealtad, fidelidad y respeto en el ámbito laboral y/o profesional en ocasiones son quimeras o utopías difíciles de alcanzar. Hay quienes hacen de la deslealtad al jefe o al empleado norma cotidiana, y quienes ven en su trabajo o negocio una ocasión perfecta para actuar de ‘malo’ con todos sus pronunciamientos.

Seguidamente, damos algunos ‘tips’ para localizar y detectar posibles infidelidades laborales, competidores desleales o los típicos ‘listillos/as’ que creen saber más que nadie y acaban siendo unos miserables que apenas ganaron algo de dinero de forma episódica. La verdad, tristemente para estos ‘malos/as’, siempre acaba destrozando los planes malvados.

EL DOBLETE: Quienes cobran nómina, usan y perciben extras por herramientas de la empresa (móvil, auto, conexión wifi, ordenador, dietas, desplazamientos, hoteles, etc..) suelen sustanciar su codicia. Le hacen a quien le paga cada mes desvío de datos secretos de su empleador, visitas y viajes que nada tienen que ver con su ruta o cita llamémosle oficial. ¿Cómo pillarlos? No es difícil ver el problema tras ver descenso de rendimiento, producción y sincronizar los gastos o viajes con el ‘planning’ que presenta el/la infiel. Negocios privados aprovechando medios de empresa u oficiales es una variante del ‘doblete’. Algunos de éstos son más perdonables cuando, fuera de horario laboral, se atienden los dobletes aunque se usen medios que paga la empresa que paga el pato, nunca mejor dicho.

LAS MALDITAS BAJAS: Estar y cobrar en período de ‘incapacidad transitoria’ repetitivamente, por diferentes patologías llamémosle veniales (síndrome depresivo, stress, dorsalgia, lumbalgia, ciática, dolores inconcretos pero intensos -según dramatiza quien actúa ante médicos-) y sin apoyo de medios diagnósticos (radiografías, TAC, analíticas...) huele regular. Las ‘bajas’ se suelen aprovechar para o hacer ‘doblete’ descrito en párrafo precedente, montar negocio a espaldas del empleador, preparar exámenes, vacacionar ajeno a tanta dolencia y padecimiento. Esta ‘infidelidad laboral’ rima con absentismo en ocasiones, con caradura; sobre todo, marida con la insolidaridad e incivismo con respecto a la buena fe que se supone de quien cobra por la ‘baja’.

SECRETISMO: Los que pululan por ordenadores, despachos y pasillos de empresa cabizbajos, callados, serios y ante cualquier pregunta o petición de ayuda se muestran esquivos generan interrogantes. Si, además, preguntan mucho, piden favores a diestro y siniestro amparados en desgracias exagerando males suelen ser algún tentáculo del competidor, de ex empleados/as resentidos/as o bien inventarían alguna venganza que suele tener por objetivo alguien de la empresa o toda ella. La opacidad de estos personajes les hace celosos integrales pero generosos en todo lo que concierne en los de afecta a terceros/as. Quienes se comportan como esponjas siempre grabando, escuchando, pidiendo, exigiendo y jamás dan retorno o son así –algo raro- o preparan algo que nunca será bueno.

LOBOS Y OVEJAS: Los peores infieles y desleales en el ámbito profesional, laboral suelen tener elevados recursos dramáticos, suelen sobreactuar para despistar a sus interlocutores. Si la competencia ‘ficha’ a precio de platino es que precedió mucho tiempo de negociaciones secretas donde parte de botín no le pertenecía al/la afortunado/a. El comunicado que se divulga para constatar un ‘fichaje’ es el último paso del proceso. Nunca se sabe desde cuándo el/la fichado/a está con un pie en la competencia. Ahí hay un nicho de infidelidades difícil de evaluar. Como en casos de cuernos de pareja, la víctima es la última en enterarse. No está de más controlar los contactos con competidores a los directivos más implicados con la lealtad. Esa vitamina cura mucho, casi siempre. Y no está de más otra herramienta que consiste en detectar al infiel antes de ser ‘fichado’. A veces exagera las maldades de la competencia. Cuando éstas sobrepasan lo tolerable según dramatiza el personaje que será ‘fichado’ es tiempo de pensar que quien exagera miente en sentido contrario. Los/as mejores entendedores/as saben de lo que se escribe. Las paradojas e hipocresía aquí son legión.

COMERCIALES: Los buenos vendedores, del nivel que sean, colocan lo que sea, donde sea y cuando sea oportuno. En estos empleos hay verdaderos expertos que hacen de su lista de clientes, de sus logros y pedidos, un tesoro personal. Pero es la empresa quien posee ese activo y paga por ello a quien se lo proporciona. Los comerciales son los más tentados por la infidelidad, por los cantos de sirena de la competencia y por ese ego que pide subir, hacerse rico rápido, prosperar... Lo legítimo algunas veces provoca desvaríos groseros. Quienes supervisan a los comerciales y prevén detectar sus infidelidades tienen varios trucos: verifican alternativamente gastos, viajes, citas, pedidos. Si el/la sospechoso/a compró bienes por encima de sus ingresos sin herencia, donaciones constatables, ni lotería las alertas de naranja pasan a roja.

Si el/la que lo vende todo lleva su ego, orgullo o altivez más allá de lo razonable procede verificar algunas conductas o hábitos que desborden los ingresos en nómina o ‘bajo cuerda’ por las ventas de éxito. Sucede que el fraude y corruptelas empresa adentro explotan por la falta de control, padrinazgos muy sólidos de incapaces o ‘enchufados/as’. Entonces, es tarde para actuar para prevenir la infidelidad y deslealtad.

Los malos momentos e ingentes pérdidas que provocan deslealtades e infidelidad fuera de la pareja y dentro de despachos o empresas

Se palían, en gran manera, haciendo planes de compliance (cumplimiento normativo), contratando auditorías externas aportando ‘toda’ la documentación, contratos, facturas que exijan profesionales independientes o bien concertando servicio de detective privado www.adaspain.com Estos profesionales, debidamente referenciados con su licencia y avales, junto a peritos externos suelen ahorrar mucho por muy poca inversión.