El blackjack es uno de los juegos de azar más populares en el mundo de los casinos, tanto en los tradicionales como online. La historia del juego de cartas está llena de jugadores que sueñan con formar parte algún día del Salón de la Fama del Blackjack, el mayor honor que se puede conseguir en el juego del veintiuno. Max Rubin, jugador profesional y experto en apuestas, es el fundador y miembro del Salón. En 2002, Rubin convenció al Barona Casino de Lakeside, localidad del estado de California (Estados Unidos), para que creara este prestigioso reconocimiento, aunque la mayoría de los profesionales del blackjack prefiere mantenerse en el anonimato.
Tras la creación del Salón de la Fama del Blackjack, Max Rubin y el Barona Casino organizaron la Gala del Blackjack en 2003. En este evento se conocieron los primero siete miembros homenajeados: Al Francesco, Peter Griffin, Tommy Hyland, Arnold Snyder, Ken Uston, Stanford Wong y Edward Oakley Thorp. A raíz de la inclusión de este selecto grupo de jugadores, la mayoría relacionados con el conteo de cartas, los casinos admitieron que esta técnica es una realidad imperante en el blackjack. Un hecho histórico, ya que la mayoría de los establecimientos de juego siempre han intentado eliminar de sus mesas a los jugadores que utilizaban esta práctica.
Edward Oakley Thorp es considerado como el padre del conteo de cartas. Este matemático estadounidense fue uno de los responsables del aumento de la popularidad del blackjack en las últimas décadas gracias a su libro Beat the Dealer (1962), la primera obra de la historia en hablar sobre esta técnica. Este ejemplar cuenta con algunos trucos de blackjack, especialmente centrada en todas las estrategias básicas y métodos relacionados con el conteo de cartas, con los cuales demostró que cualquier jugador puede tener una pequeña ventaja sobre la banca. Más de 50 años después de su publicación, sigue siendo uno de los libros más populares entre los amantes del blackjack.
Thorp, apodado como “el Einstein del blackjack”, nació el 14 de agosto de 1932 en la ciudad de Chicago (Estados Unidos). Con apenas 15 años, uno de sus profesores favoritos de secundaria le explicó su experiencia en Las Vegas, donde comprobó que no se podía ganar a los casinos. Una idea con la que no estaba de acuerdo el pequeño Thorp, que incluso llegó a decirle que intentaría derrotar a la banca para demostrarlo. Siempre fue un apasionado de las ciencias y las matemáticas. Diez años más tarde realizó un doctorado en matemáticas en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde volvió surgir en su cabeza la idea de ganarle al casino.
La historia de Thorp con el blackjack se remonta a 1958, año en el que comenzó a impartir su materia en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), universidad donde años más tarde se creó el conocido como Blackjack Team. Un contexto histórico en el que estaban floreciendo los primeros ordenadores de la historia. El matemático se encontraba en el centro de esa revolución tecnológica, ya que en el MIT tenía acceso a la máquina IBM 704, la primera computadora producida en masa y fabricada por IBM. Además, en la universidad privada también coincidió con Claude Shannon, matemático y criptógrafo que trabajó en el campo de la criptografía y el descifrado de códigos durante la Segunda Guerra Mundial, además de ser conocido como el padre de la teoría de la información.
Un viaje productivo
El profesor del MIT decidió realizar un viaje junto a su esposa a Las Vegas, ciudad del estado de Nevada. Un compañero de trabajo, que conocía la pasión de Thorp por los casinos, le sugirió que leyera un artículo de la American Statistical Association en el que se hablaba del blackjack, especialmente de una técnica para reducir la ventaja de la banca a un 0,62% si se le proporcionaba a cada carta de la baraja las mismas probabilidades de aparecer en la mesa en cada ronda. En el hotel de la ciudad del pecado diseñó un papel con la estrategia que iba a seguir en los casinos, siguiendo las directrices del artículo que le habían recomendado.
Con tan solo 10 dólares en el bolsillo, Thorp se sentó en una mesa de blackjack junto con su estrategia previamente diseñada. Con el paso de las horas perdió ocho dólares, aunque comprobó que el sistema publicado por la American Statistical Association era una buena base para conseguir su objetivo de vencer a la banca. A la vuelta del viaje, el matemático contactó con los autores del artículo para conseguir los cálculos que habían utilizado para trazar el sistema de números. Con los cálculos en la mano comprobó que los autores habían asignado las mismas probabilidades de aparición durante cada ronda, algo que según su opinión era un error. Para corregirlo, Thorp introdujo todos los datos en la IBM 704 del MIT y los entrelazó con el fin de buscar algún tipo de patrón entre ellos.
Thorp mejoró la fórmula del blackjack y, junto con los fondos proporcionados por su amigo Manny Kimmel (jugador profesional y figura importante en los bajos fondos estadounidenses), comenzó a viajar asiduamente a ciudades como Las Vegas, Reno y Lake Tahoe. En tan solo un fin de semana consiguió unas ganancias de 11.000 dólares. Sin embargo, el matemático tenía que ser discreto con el conteo de cartas, ya que durante esa época los casinos se intercambiaban información sobre los jugadores, por lo que si era descubierto en un establecimiento se le cerrarían todas las puertas del resto.
A pesar de comprobar que había descifrado la fórmula del éxito para vencer a la banca en el blackjack, el estadounidense decidió probar el conteo de cartas en Las Vegas. Utilizó varios disfraces para pasar desapercibido en las cámaras de seguridad de los casinos, los cuales incluían una barba postiza y una gran variedad de gafas. A pesar de ello, el rumor sobre su habilidad en el blackjack se expandió por la comunidad de jugadores del juego de cartas y en apenas unos meses se convirtió en una auténtica celebridad en el mundo de los casinos. Una fama que le situó como una amenaza para los establecimientos de juego, pero ya era tarde. Thorp había cambiado las reglas del blackjack para siempre.