América Latina
Pepe Mujica: "Maduro está gordito porque no pasa hambre"
A pocos días de haber iniciado su tratamiento contra el cáncer de esófago, el expresidente de Uruguay expresa su temor a un giro a la derecha en la región
El expresidente uruguayo José Mujica. / EFE
Abel Gilbert
José Mujica sabe lo que es poner el cuerpo. Fue cautivo durante 14 años de la dictadura militar. Paso ese tiempo bajo un pozo, junto con otros integrantes del Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros). Tuvo que rehacerse desde casi cero al abandonar la prisión, a mediados de los ochenta del siglo pasado. Pepe, como le dicen, ha vivido tantas vidas que, si le hubieran dicho entonces, cuando tenía la cabellera rapada, que sería alguna vez presidente habría soltado una risa compasiva. Sucedió. A los 88 años enfrenta un nuevo desafío: un cáncer de esófago cuyo tratamiento le exige rutinas y rigores que lo sacan de lo que más necesita, su compañera, la exvicepresidenta Lucía Topolansky, y la política.
A pesar de los contratiempos, Mujica ausculta el presente. Le preocupa especialmente el fantasma de la ultraderecha. Pero, en el caso argentino, no le sorprende. "El Gobierno de Javier Milei es una locura. Y es consecuencia de la desesperación que puede permitir generar en una sociedad el fenómeno de la hiperinflación", dijo a Folha de San Pablo. Lo que sucede al otro lado del río de La Plata le trae el recuerdo de otros traumas europeos. "Es lo que le pasó a la República de Weimar en la década del treinta. El pueblo más culto, más desarrollado de Europa, terminó votando a Hitler. Una cosa de locos, de locos. Los pueblos se pueden equivocar porque la hiperinflación desespera a la gente. Y entonces es capaz de apostar por cualquier cosa que esté en contra".
Frustración social
El exguerrillero, conocido por su austeridad y ritos de una vida frugal en su chacra de Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, advierte en las sociedades una impaciencia que desemboca en escenarios conflictivos, como ocurrió en 2018 con la victoria electoral de Jair Bolsonaro en Brasil. "Hay una tendencia contemporánea en el mundo que es consecuencia de la macrocultura consumista en la que estamos imbuidos. Siempre hay una necesidad interior de tener más, de comprar más. Ese es el triunfo cultural del capitalismo en esta etapa. Que maneja nuestro capital subliminal. Y entonces, la gente se siente frustrada y tiende a votar en contra de lo que hay sin tener claro a favor de qué vota. Entonces vota cualquier cosa".
Luiz Inacio Lula da Silva ha comprendido a su criterio las circunstancias en las que le toca gobernar nada menos que al gigante sudamericano. Ha tenido que optar por la "moderación" para frenar al bolsonarismo. Pero, "¿y después de Lula? Ese es un desafío que tiene Brasil y toda nuestra América por la importancia que tiene Brasil. Para nuestra escala, Brasil es un país determinante. Brasil está condenado a ser potencia".
Críticas al proceso venezolano
El Pepe observa que la izquierda regional no solo está estancada, sino que presenta problemas que reclaman ser debatidos. Uno de ellos es el caso venezolano. "¿Saben por qué perduró (Nicolás) Maduro? Porque no hay democracia. En una plaza sitiada cualquiera que discrepe es un traidor. Y la democracia necesita libertad. El régimen de Maduro es consecuencia del cerco que ha venido de afuera. Es un desastre". No es la primera vez que el expresidente observa críticamente al madurismo. Sus opiniones no caen bien en Caracas. "Venezuela tiene la tragedia de exceso de recursos naturales. Es un país deformado por el petróleo. Estados Unidos siempre necesita petróleo y es el más barato que tiene en materia de transporte. Se ha metido siempre en Venezuela", señaló.
En ese sentido, cuestionó la política de Washington hacia Caracas, en particular las sanciones económicas que la Casa Blanca ha supeditado en parte a la realización de elecciones transparentes el próximo 28 de julio. Las medidas contra Venezuela han castigado a los venezolanos y no a sus autoridades, sostiene Mujica. La barriga de Maduro es el signo de un pasar sin los aprietos como los de su población. "Está gordito". No le cabe duda de que el presidente "tiene mucha responsabilidad" en los padecimientos de la ciudadanía.
El tratamiento
Semanas atrás, Mujica fue a realizarse un chequeo de rutina y se encontró con un tumor en el esófago. " Es algo obviamente muy comprometido", dijo en su momento. Raquel Pannone es su médica personal. Ella sostuvo que la duración del tratamiento de su paciente, quien padece una insuficiencia renal, dependerá de la respuesta a las radiaciones a lo largo de "unas cuantas semanas". Las sesiones de radioterapia tienen lugar en la Clínica Cor, fundada por el expresidente Tabaré Vázquez, a cargo de su hijo Álvaro Vázquez.
La doctora tomó la decisión de que Pepe no sea internado. "Separarlo durante más de 40 días de Lucía, de la chacra, de la militancia, de los compañeros, es algo que sin dudas nos iba a jugar en contra de la recuperación". La política ya no puede tener la intensidad previa a la aparición del cáncer. "No puedo hacer ya cinco o seis actos". Cuando sale a buscar su entorno natural, hablar con la gente de a pie, se vuelve luego a su casa. Prepara un mate, la infusión tradicional e indispensable de uruguayos, paraguayos y argentinos, y se queda tranquilo. Todo lo tranquilo que puede.
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