Elecciones EEUU 2024

Kamala Harris galvaniza a las mujeres en EEUU: "Representa la esperanza"

La idea de que romper el techo de cristal está más al alcance que nunca gracias a quien fue la segunda senadora negra de EEUU y la primera vicepresidenta de color se generaliza

Kamala Harris habla en la convención anual de la organización Hermandad Alpha Kappa Alpha, dedicada al avance de las mujeres y niñas negras, el pasado 10 de julio en Dallas.

Kamala Harris habla en la convención anual de la organización Hermandad Alpha Kappa Alpha, dedicada al avance de las mujeres y niñas negras, el pasado 10 de julio en Dallas. / AP

Idoya Noain

"Representa la esperanza de todas las jóvenes generaciones de mujeres y de las futuras generaciones que están por venir. Así de grande es esto".

Debbie Hines es una abogada negra y, como Kamala Harris, antigua fiscal. Solo ha coincidido en persona una vez con la vicepresidenta de Estados Unidos y, ahora, candidata de facto de los demócratas tras la retirada de Joe Biden. Fue en 2012 en un acto de una organización que trabaja por los derechos reproductivos. Entonces, viendo cómo hablaba Harris y la fuerza con la que defendía esos derechos, Hines tuvo "el sentimiento de que podía ser presidenta". Hoy, habla por teléfono emocionada. "Ha sido un viaje muy largo".

Nadie se llama a engaño de los grandes retos que enfrenta Harris en su lucha por la Casa Blanca. Tras Hillary Clinton en 2016, una mujer, ahora antigua fiscal, con raíces en Jamaica y la India, vuelve a medirse con Donald Trump, alguien que nunca ha huido de comentarios y ataques misóginos y racistas, aunque esa retórica le aleje de votos de mujeres, especialmente las de los 'suburbs' y las que tienen educación superior.

Aun así, la idea de que romper el techo de cristal está más al alcance que nunca gracias a quien fue la segunda senadora negra de EEUU y la primera vicepresidenta de color se generaliza. Lo hace porque son distintas las circunstancias y los tiempos; porque los miedos que antes de la llegada de Trump al poder eran abstractos ahora son realidades, como la derogación de la protección constitucional del derecho al aborto por el Tribunal Supremo. También, porque la candidata es quien es.

Harris ha inyectado una energía inesperada hace solo una semana y en la palpable reactivación del entusiasmo es fundamental la galvanización que ha desatado de las mujeres y, sobre todo, de las mujeres negras y de minorías.

Organización y estrategia

El mismo domingo en que Biden anunció su retirada y apoyó la candidatura de la vicepresidenta Win With Black Woman (Ganar con mujeres negras), un grupo que nació en 2020 para apoyar la elección de esas candidatas de color, organizó una llamada por Zoom. Frente a las 90 personas que participaban en una similar hace cuatro años, cuando intentaban que Harris fuera la escogida como vicepresidenta, esta vez se sumaron 40.000 (y 50.000 más a través del 'streaming' en otras plataformas). Recaudaron 1,5 millones de dólares. Pero sobre todo se organizaron. Prepararon estrategia.

Aimee Allison fue una de las participantes en esa reunión virtual (a la que al día siguiente sucedió una similar con 20.000 hombres negros). Ella es presidenta y fundadora de She The People (Ella, el pueblo), otro grupo que desde hace seis años trabaja para crear poder político para mujeres negras, latinas, asiático-estadounidenses e indígenas. Y en una entrevista telefónica, en medio del ajetreo constante de reuniones, conversaciones y mensajes de los últimos días, incluyendo de gente que no le contactaba desde 2020, atestigua que está viviéndose un momento nuevo.

"Todo se siente diferente y emocionante y nos da un camino frente a MAGA (el movimiento trumpista Hacer EEUU grande de nuevo). Nos ayuda a reconocer que esto no se trata solo de Kamala, de una persona, sino de millones de nosotras que llevamos tiempo intentando pensar cómo emplear el poder de unos EEUU diversos que nos lleven en otra dirección", explica.

Atrás han quedado otros tiempos, como cuando en 2016 Allison estuvo en una reunión de donantes para Hillary en el área de San Francisco. Entonces no pudo ni terminar una pregunta que había empezado recordando que las mujeres negras son las demócratas más leales, pese a que le avalan los datos. Meses después solo el 46% de las mujeres blancas votaron por la demócrata. Y en 2020 Biden consiguió el 93% del sufragio femenino negro frente al 6% de Trump, mientras que en todo el voto femenino en general el demócrata se llevó el 55% y Trump, el 44%.

Ahora esas mismas mujeres blancas que hace años le interrumpían llaman a Allison. "Quieren saber cómo pueden ayudar, cómo pueden movilizar a la gente que tienen cerca, cómo pueden elevar la participación en los estados que importan, cómo pueden proteger la candidatura de Harris", explica.

El elemento racial

Obviar el elemento racial que se suma al de género en esta nueva ecuación electoral es imposible, más cuando los republicanos ya han mostrado que una de sus líneas de ataque a Harris va por ese camino, enmarcado en una de sus cruentas guerras culturales, la que libran contra el movimiento DEI (Diversidad, Igualdad e Inclusión). "Esos tres conceptos son valores maravillosos, pero han viciado los términos", dice Allison, que aunque advierte de que "la raza es usada por MAGA como una herramienta venenosa para deshumanizar a la gente", también puede funcionar "casi como un principio de organización y estructura para derrotar" a ese movimiento.

Algo parecido entra en las reflexiones que hace en otra entrevista telefónica Koritha Mitchell, profesora universitaria y autora del libro 'De las cabañas de esclavos a la Casa Blanca'. "Por el racismo, el sexismo y el 'heterosexismo' de EEUU los parámetros son más altos para cualquiera que no es un hombre blanco cis hetero", explica. "Kamala Harris tiene credenciales probadas, pero se tratan como si fueran vulnerabilidades".

"El poder del patriarcado y de la 'blancura' es que a todo el mundo se le enseña a pretender que ser un hombre blanco hace que se te considere automáticamente cualificado", continúa. "Si se trata de una mujer, se supone que solo le apoyas por ser mujer. Y la falta de práctica en reconocer eso hace que no se sea osado con el apoyo a las mujeres, que es lo que pasó con mujeres blancas y Hillary".

"Las mujeres negras sabemos que nuestro intelecto y nuestra estrategia nunca se toman como tales, que tomemos las decisiones electorales que tomen se nos acusará de 'políticas de identidad'. Por eso no podemos dejar que nos limite eso", explica.

La ventaja de una campaña corta

Se mueven también sabedoras de que son "la espina dorsal" del Partido Demócrata, quienes junto a trabajadores y progresistas componen la base de la formación y que ellas son particularmente "multiplicadoras de la fuerza", en expresión de Allison, a la hora de llevar a la gente a las urnas.

En todo eso radica parte de la fuerza del movimiento de las mujeres negras que está exhibiéndose estos días. Avanzan sobre el peso de la historia de antecesoras que lucharon contra la esclavitud y por los derechos civiles, de otras que abrieron camino en la política. Avanzan con su propia experiencia de décadas en organización y con lecciones aprendidas durante la elección de Obama, la campaña de Clinton y el mandato del republicano. Y están contribuyendo a desatar un entusiasmo que estaba ausente alrededor de la reelección de Biden, algo que, como dice Allison, "daba miedo porque Trump parecía estar haciéndose más fuerte en ese vacío".

Las tres entrevistadas coinciden también en que el reducido calendario electoral juega a favor de Kamala Harris. Al menos el tiempo de los ataques republicanos se va a limitar a escasos 100 días. Y Hines, la antigua fiscal, cree que Harris podrá superarlos, incluso cuando lleguen de Trump (aunque ella esta convencida de que el republicano "buscará cualquier excusa para no debatir con ella"). "No hay nada que le puedan lanzar que ella no vaya a ser capaz de manejar", asegura.

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