Guerra en Oriente Próximo

Un bombardeo de Israel mata al menos a 19 palestinos y hiere a más de 60 en una "zona humanitaria" en el sur de Gaza

El Ejército israelí asegura que, entre el enjambre de tiendas de campaña, había un centro de mando de Hamás y el grupo palestino lo tacha de "mentira flagrante con la que pretende justificar estos crímenes atroces"

Archivo - Edificio destruido en bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza

Archivo - Edificio destruido en bombardeos israelíes contra la Franja de Gaza / Europa Press/Contacto/Rizek Abdeljawad - Archivo

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Un grupo de hombres usa sus manos en un intento desesperado por encontrar a los suyos. Apartan la arena con urgencia como si así pudieran devolver el aliento a quienes han quedado sepultados por ella. A sus espaldas, varios cráteres de hasta nueve metros de profundidad muestran la gravedad del ataque. De madrugada y aún con la oscuridad de la noche envolviendo su duelo, al menos 19 gazatíes han muerto después de que el Ejército israelí atacara un campamento de tiendas de campaña cerca de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Hasta ese momento, era una de las pocas “zonas humanitarias” que quedaban en la Franja. Ahora, los familiares desesperados rebuscan en la tierra para encontrar los restos de sus seres queridos. Unas 65 personas ya han sido rescatadas de entre los escombros. Algunas de ellas salieron envueltas en el plástico de las tiendas que, esta vez, tampoco les protegieron.

Con el mar Mediterráneo de fondo, y rodeados por palmeras, decenas de familias gazatíes habían escogido esta supuesta zona humanitaria para buscar cobijo. A pocos metros, estaba el hospital de campaña gestionado por la organización benéfica británica UK-Med. Parecía un lugar, más o menos, seguro donde intentar sobrevivir. Pero, en el 340º día de guerra, ese falso espejismo de seguridad desapareció. Cinco misiles lanzados por el Ejército israelí lo han pulverizado en segundos. “Familias enteras han sido tragadas bajo montañas de arena en el ataque”, ha denunciado el portavoz de la unidad de la Defensa Civil en la Franja de Gaza, Mahmud Basal. “La zona está llena de tiendas de campaña para los desplazados, ya que hay más de 200 tiendas de campaña y más de 20 a 40 tiendas han resultado completamente dañadas”, ha añadido en un comunicado a la prensa.

Defensa Civil sin recursos

“La zona donde ocurrió la masacre está clasificada como zona humanitaria y los ciudadanos no fueron advertidos ni alertados sobre los bombardeos y los ataques”, ha dicho Basal. “Hay tres agujeros profundos en el lugar del evento; sufrimos mucho por una grave escasez de herramientas y equipos necesarios para las operaciones de búsqueda y rescate como resultado de la guerra”, ha lamentado. Por eso, decenas de civiles han venido con su única herramienta, sus manos, para ayudar a sacar supervivientes y cadáveres. De momento, unas 65 han sido rescatadas de entre los escombros. Además, a la “nueva masacre” se le ha sumado un corte de electricidad total y una serie de incendios desatados tras el bombardeo. Las imágenes del lugar compartidas por las propias víctimas muestran profundos agujeros y un caos generalizado a su alrededor.

Como ya es costumbre, Israel ha justificado el ataque contra civiles alegando que, entre esas tiendas de campaña sobre la arena, había un centro de mando de Hamás. “Las afirmaciones del ejército fascista de ocupación sobre la presencia de elementos de la resistencia en el lugar de la masacre de Mawasi son una mentira flagrante con la que pretende justificar estos crímenes atroces”, ha denunciado Hamás en un comunicado difundido en Telegram. A lo largo de estos 11 meses de guerra, el Ejército israelí ha atacado de forma repetida zonas que él mismo había considerado “humanitarias” y supuestamente seguras en las que los palestinos desplazados podían dirigirse. “La resistencia [en referencia a Hamás] ha negado varias veces que alguno de sus miembros exista dentro de reuniones civiles o utilice estos lugares con fines militares”, ha añadido el grupo.

Durante las primeras horas tras el ataque, la Oficina de Medios del Gobierno en Gaza, así como las autoridades de defensa civil, habían informado que al menos 40 personas habían muerto y más de 60 habían resultado heridas en el ataque, y que muchas también estaban desaparecidas antes de reducir el número de víctimas mortales a 19. "Varias víctimas aún se encuentran bajo los escombros, bajo la arena y en las carreteras, y los equipos de ambulancia y protección civil no pueden llegar a ellas para recuperarlas, y aún no han llegado a los hospitales”, ha señalado el comunicado del Ministerio de Salud, al tiempo que informaba del menor número de muertos. Aún así, en los últimos 11 meses, han muerto al menos 41.020 personas y 94.925 han resultado heridas en la guerra de Israel contra Gaza. Mientras los equipos de defensa civil trataban de hacer su trabajo, aviones de reconocimiento israelíes han seguido sobrevolando la zona devastada.

"Una de las masacres más atroces en esta frenética guerra"

Esta zona ha sido objetivos de los ataques israelíes de forma repetida. Aunque un portavoz de la defensa civil ha descrito la agresión de este martes como “una de las masacres más atroces en esta frenética guerra”, el pasado mes de julio tuvo lugar otra incluso peor. Más de 90 personas perdieron la vida junto a las playas de la “zona humanitaria” de Mawasi en uno de los bombardeos más violentos del Ejército israelí que tenía como objetivo acabar con el jefe del brazo armado de Hamás, Mohammed Deif. Aún no se sabe si el esquivo líder palestino logró sobrevivir a su octavo intento de asesinato

Las supuestas “zonas humanitarias” se han convertido en el último recurso que queda a la población gazatí desplazada, hambrienta y agotada después de casi un año de guerra. El 90% de la población total del enclave –más de dos millones de personas– se ha visto desplazada por la guerra. Sin apenas ayuda humanitaria entrando en el enclave, las familias que se instalan en estas concentraciones de tiendas de campaña malviven sin comida, electricidad o agua. Ahora, esas pocas pertenencias que han podido salvar se las ha tragado la arena.