DIPLOMACIA

Una escalada diplomática entre España y Venezuela atraparía en el fuego cruzado a Repsol, BBVA, Zara o Iberia

Caracas amenaza con expulsar a los diplomáticos españoles si se reconoce como presidente a Edmundo González. "Es una escalada para consumo interno”, opina Anna Ayuso, de CIDOB

Pedro Sánchez conversa con el opositor venezolano Edmundo González en el Palacio de La Moncloa, en Madrid, este jueves. / Fernando Calvo/Pool Moncloa

Mario Saavedra

Poco antes de las elecciones del 28 de julio, el líder opositor venezolano refugiado en España Leopoldo López criticaba que gobiernos como el español antepusieran sus intereses económicos a la solución de la crisis política en Venezuela. “Hay diplomáticos que se dedican simplemente a escuchar versiones interesadas del gobierno [de Nicolás Maduro] o de los intereses económicos”, decía en una entrevista con este diario. “Los tenedores de bonos, las empresas energéticas, aquellas compañías que están buscando cobrar deudas… Pregunta:  ¿Habla de los intereses españoles que hay allí como Repsol, Movistar, BBVA...? Respuesta: Sin duda, claro. En ocasiones se ha primado la estabilidad de sus intereses económicos por encima de la transición a la democracia. Ha ocurrido con España y también con otros países”, continuaba.

Venezuela es un país rico en petróleo pero incapaz de procesarlo porque no cuenta con la tecnología para ello. Por eso invierten allí empresas internacionales, entre ellas la española Repsol, que entró a mediados de los noventa. Con el levantamiento de las sanciones por parte de Estados Unidos en octubre del año pasado, el petróleo volvió a bombear con fuerza desde el país latinoamericano al resto del mundo, y España no fue la excepción.

La compañía ha doblado la cantidad que importa desde Venezuela en este semestre respecto del anterior, hasta los 1,36 millones de toneladas. Repsol ha obtenido una licencia de Estados Unidos que le permite seguir operando en Venezuela sin ser sancionado. Tiene explotaciones de crudo pesado de las áreas de Carabobo y de gas, como el llamado campo Perla, la offshore más grande de América Latina. Cuenta con explotaciones conjuntas con el Estado venezolano. El pasado mes de abril, la compañía dirigida por Josu Jon Imaz firmó un acuerdo valorado en 1.590 millones de euros con Petróleos de Venezuela para tomar un 40% de los campos petrolíferos de La Ceiba y Tomoporro. 

Choque político con Venezuela

Las operaciones de Repsol podrían verse afectadas si el choque dialéctico del Gobierno de Nicolás Maduro con España deriva en un conflicto diplomático abierto. 

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, cargó con dureza  este miércoles contra España y exigió romper "de inmediato" todas las "relaciones diplomáticas, comerciales y consulares", además de suspender los vuelos con el país. 

Era la airada respuesta del chavismo a la proposición no de ley que sacaron adelante este miércoles en el Congreso español PP, Vox, PNV, Coalición Canaria y UPN, en la que reconocían a Edmundo González como presidente electo de Venezuela y pedían al Gobierno hacer lo propio. 

El político venezolano es el ganador de las elecciones del pasado 28 de julio, según las actas publicadas por la oposición. El domingo salió del país hacia España para refugiarse como asilado político. Este jueves ha sido recibido en Moncloa por Pedro Sánchez, al que ha reconocido su trabajo por la democracia en Venezuela. El Gobierno rechaza por el momento reconocerlo como presidente electo. Quiere coordinar su postura con la Unión europea y apurar los cuatro meses que quedan hasta el 10 de enero, cuando se producirá la investidura del próximo mandatario venezolano. 

“El Gobierno venezolano está sobreactuando y de momento no ha tomado medidas. El Parlamento venezolano responde al español, pero ninguno de los dos representan la política exterior del país. En el fondo, son dos resoluciones de consumo interno”, opina en conversación con este diario Anna Ayuso, analista del Cidob. La amenaza puede consumarse si se reconoce finalmente a Edmundo González: se ha expulsado al cuerpo diplomático de los países que ya lo han hecho, como Argentina, donde incluso se está produciendo un asedio a su Embajada en Caracas; Chile, Costa Rica, Perú, Uruguay y República Dominicana. Estados Unidos reconoce la victoria de Edmundo pero no le denomina presidente electo.

Se frena el deshielo en las relaciones con Venezuela

Desde 2022, el Gobierno español y el venezolano habían emprendido un camino de normalización de relaciones, después de años de tensión tras el reconocimiento en 2019 del opositor Juan Guaidó como presidente "encargado" por Pedro Sánchez. En un contexto de deshielo entre el régimen de Maduro y Estados Unidos, España nombró en 2022 embajador en Venezuela, elevando el rango de la misión. El actual embajador, Ramón Santos, llegó a Caracas en octubre de 2021 como encargado de negocios, y ya desde finales de 2022 desempeña el cargo de embajador. En mayo de 2023, Venezuela envió como nueva embajadora a Coromoto Godoy Calderón, que presentó sus cartas credenciales al rey Felipe VI. Este año ha sido sustituida por una nueva jefa de misión, Gladys Gutiérrez Alvarado.

“La ruptura de relaciones no se dio ni cuando España reconoció a Juan Guaidó como presidente encargado, porque no le interesa a la propia Venezuela, a la que prefiere minimizar la respuesta y el aislamiento internacional”, añade la experta. “Obviamente, el Gobierno trata de preservar los intereses de las empresas españolas, pero también de los ciudadanos españoles que viven allí [más de 136.000] y a los venezolanos que están aquí [cerca de 400.000]”.

Zara, BBVA, Iberia, en Venezuela

Las relaciones comerciales de España con Venezuela son bastante magras. Exportamos al empobrecido país iberoamericano mercancías por poco más de 134 millones en 2022 e importamos 565 millones de euros. 

Más relevante es el volumen de inversiones y empresas presentes en el país, hasta 60 multinacionales. Destacan el BBVA y Abanca en el sector bancario. Es importante también el sector turístico, con cadenas de hoteles como Meliá y compañías aéreas como Iberia o Air Europa.

Estas últimas dependen de forma especialmente sensible de cualquier escalada diplomática. Una de las primeras cosas que ha hecho el Gobierno de Maduro con los países a los que ha penalizado por reconocer a González Urrutia, como Puerto Rico o Panamá, es cortar las rutas aéreas. 

También operan en el país Zara y Telefónica, en pleno proceso de relanzamiento de sus inversiones. 

El choque político por Venezuela

El choque político entre el Gobierno de PSOE y Sumar y la oposición, liderada por el PP, era previsible. Venezuela ha sido desde hace décadas un objeto de debate político nacional. Se han atravesado intentos de golpes de Estado, represión, elecciones fraudulentas… El generado por el reconocimiento o no de Edmundo González es sólo el último de esos episodios. 

Los conservadores acusan a Pedro Sánchez, y al expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, de acomodarse al régimen de Maduro y quitarle un problema de encima al traerse a González. 

El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, ha reprochado a la oposición su actitud, tachándola de antipatriótica. “Creyendo que atacaban al Gobierno lo que han hecho es atacar a todas las empresas que tienen sedes y relaciones comerciales en Venezuela”, ha dicho el socialista.

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La crisis recuerda a la que se desató con Argentina, donde también hay muchos intereses españoles. Entonces, tras los insultos del presidente argentino Javier Milei contra el presidente español y su mujer, Begoña Gómez, el ministro José Manuel Albares fue implacable y anunció que retiraba a la embajadora en Buenos Aires.

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