Conflicto en Oriente Próximo

¿Qué está pasando en Líbano? Las claves de la peor escalada de violencia con Israel desde 2006

Dispositivos electrónicos explotando, edificios residenciales siendo bombardeados, centenares de muertos y la mayor campaña de bombardeos israelíes desde hace 18 años han hecho tambalear al castigado país de los cedros

Cortinas de humo provocadas por bombardeos israelíes en la frontera sur del Líbano, este lunes.

Cortinas de humo provocadas por bombardeos israelíes en la frontera sur del Líbano, este lunes. / MARWAN NAAMNAI / DPA / EUROPA PRESS

Andrea López-Tomàs

Andrea López-Tomàs

Hace una semana que el Líbano parece vivir en una película de ficción. Pero sus montañas incendiadas, sus hogares destrozados y sus ciudadanos heridos no son parte de un falso decorado. Son una realidad más cruel que cualquier posible invención. Dispositivos electrónicos explotando, edificios residenciales siendo bombardeados, y la mayor campaña de bombardeos israelíes desde hace 18 años. Toda esta violencia ha dejado a su paso centenares de muertos a lo largo y ancho del país. En las últimas horas, los ataques aéreos israelíes sobre pueblos libaneses, acompañados del mismo discurso por parte de sus líderes, han recordado lo vivido en Gaza durante este año. La guerra que parecía que nunca iba a llegar arrasa con el Líbano.

El peligro en los bolsillos

Muchos lo elogiaron como una de las operaciones militares más extraordinarias de la historia. Otros lo tacharon de simple terrorismo. El pasado martes alrededor del Líbano miles de 'buscapersonas', la mayoría en manos de miembros de Hizbulá, explotaron al unísono. Primero, emitieron un pitido, sus propietarios se los acercaron a los ojos para leer el supuesto mensaje que había llegado y, entonces, ocurrió la detonación. Los hospitales libaneses colapsaron con más de 3.000 heridos, centenares de los cuales estaban en estado crítico. Muchos se han quedado ciegos, mancos o incapacitados de por vida. Una docena de ellos, entre los cuales había dos niños, perdieron la vida. Al día siguiente, otros cientos de 'walkie talkies' explotaron a la vez. En total, la siniestra operación, que muchos atribuyen sin dudas al Mossad israelí, dejó unos 40 muertos y miles de heridos. Además, los ataques debilitaron el sistema sanitario, los servicios de emergencia y las comunicaciones civiles, claves para lo que se venía.

Ataque contra Dahiya

Cuando la capital libanesa empezaba a recuperarse del susto, Israel volvió a aterrarla. Esta vez, fue desde los cielos. Un ataque aéreo israelí derribó el viernes, dos días después de la última agresión, un edificio residencial en los suburbios sureños de Beirut. Esta zona de mayoría chií, conocida como Dahiya –en árabe, significa literalmente suburbio–, cuenta con una fuerte presencia de Hizbulá, pero también es un barrio densamente poblado por civiles libaneses. Al menos 51 personas, varios niños, han muerto y 66 personas resultaron heridas en el ataque israelí más mortífero en la capital libanesa desde la guerra entre Israel y Hizbulá en 2006. Una decena siguen desaparecidas. Entre las víctimas mortales, estaba Ibrahim Aqil, líder efectivo de la fuerza de élite Radwan del grupo libanés, que estaba reunido con los comandantes de la fuerza en el aparcamiento subterráneo del edificio. Una quincena de comandantes murieron en el bombardeo.

Fin de semana sin descanso

Después, vino la respuesta de Hizbulá. El grupo libanés disparó 140 cohetes contra el norte de Israel, específicamente contra instalaciones militares, en represalia por los ataques israelíes. No hubo víctimas. Luego, Israel volvió a responder. Y así todo el fin de semana. Los intercambios transfronterizos no cesaron e, incluso, se intensificaron con los cohetes de Hizbulá alcanzando hasta 50 kilómetros en el interior del territorio israelí. Hasta este lunes, era lo más lejos que habían llegado los proyectiles del grupo libanés. Con el intercambio de misiles, también hubo canjes de amenazas. "En los últimos días, hemos infligido a Hizbulá una secuencia de golpes que no se imaginaba; [...] si no ha entendido el mensaje, os prometo que lo entenderá", dijo el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, el domingo. Por su parte, el número dos de Hizbulá, Naim Qassem, avisó de que el movimiento libanés ha entrado en "una nueva fase de ajuste de cuentas" con Israel. "Las amenazas no nos detendrán, estamos preparados para todos los escenarios militares", añadió durante el funeral de Aqil. 

La escalada definitiva

Esta vez sí, las amenazas se convirtieron en hechos. Los israelíes despertaron a decenas de miles de libaneses con llamadas telefónicas exigiéndoles que evacuaran sus hogares. Estas advertencias llegaron hasta los despachos del ministerio de Información en Beirut. Pocos minutos después, sin demasiado tiempo real para abandonar sus casas, los aviones israelíes desataron el caos. En apenas horas, los muertos se contaban a centenares, mientras los líderes hebreos se amparaban en el argumento reciclado de que Hizbulá se esconde entre la población y ataca desde infraestructura civil. Al menos 492 personas han muerto y 1.645 han resultado heridas en ataques contra el sur del Líbano, el valle oriental de la Becá y la gobernación de Baalbek. Son casi la mitad de las víctimas mortales en un sólo día del total de muertes en la guerra de 34 días del 2006. Entre las víctimas mortales del lunes, hay decenas de niños, mujeres y personal médico. Además, decenas de miles de libaneses han colapsado las carreteras en su intento de salvar la vida. Algunas de las rutas también han sido bombardeadas. Se trata de la jornada más letal en el Líbano desde el inicio del conflicto entre ambos países, hace 76 años, tras la creación del Estado de Israel.