Israel bombardea Gaza y el Líbano tras el ataque contra una base militar que ha matado a cuatro soldados

En medio de los gritos desesperados frente a un fuego que avanza amenazante, hay uno que supera a los demás. Es el de una persona –un hombre, parece– que está siendo calcinado en directo. Aún conserva en su brazo el final de un tubo intravenoso que sigue conectado a él. Las escalofriantes imágenes muestran, según los supervivientes, “una de las peores noches en lo que va de guerra en la Franja de Gaza”. En el hospital de los Mártires al Aqsa de Deir el Balá, en el centro del enclave palestino, un campamento de tiendas de campaña que acogía a palestinos desplazados ha quedado reducido a cenizas tras el incendio provocado por el impacto de un misil israelí. Cuatro personas han muerto, pero docenas siguen heridas con graves quemaduras en el séptimo ataque contra este emplazamiento en más de un año. 

Otra decena de personas han perdido la vida en el norteño campo de refugiados de Jabalia por fuego de artillería israelí mientras hacían cola en un punto de distribución de comida. Este ataque, denunciado por la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA, por sus siglas en inglés), se suma al asedio continuado que están sufriendo los 400.000 palestinos atrapados en el norte de Gaza desde hace días. También al menos unas 22 personas han muerto y 120 han resultado heridas en el bombardeo del Ejército israelí contra una escuela que albergaba a personas desplazadas en el céntrico campamento de refugiados de Nuseirat. "Con esta masacre el número de centros de acogida y desplazados bombardeados asciende a 191", ha denunciado la oficina de medios del Gobierno de Gaza en un comunicado, apuntando que la escuela "estaba en una zona que la ocupación no clasificó como zona de combate esta zona". Ocho palestinos han perdido la vida en un ataque aéreo israelí contra la ciudad de Gaza.

Ataque al norte del Líbano

La letal jornada no se ha limitado a los confines de la Franja. En Israel, cuatro soldados han perdido la vida este domingo por la noche debido al ataque de un dron lanzado por Hizbulá desde el Líbano en una base de entrenamiento en el centro de Israel. Otros 58 soldados, 40 de los cuales siguen hospitalizados, han resultado heridos en el ataque en Binyamina que tuvo lugar mientras cenaban. Esta agresión ha tomado al Ejército israelí por sorpresa ya que, a diferencia de lo que suele pasar, ni se activaron las sirenas para alertar de la presencia del dron y no se produjo ninguna interceptación. Al reivindicar el ataque, Hizbulá ha celebrado su capacidad para abrumar las defensas aéreas israelíes, mientras el Ejército hebreo continúa su invasión terrestre del sur del Líbano.

A su vez, la violencia israelí ha ido más allá de lo habitual en el país de los cedros. Este lunes un ataque aéreo ha impactado contra un edificio residencial que estaba acogiendo a personas desplazadas en la localidad cristiana de Aitou, a 15 kilómetros de la ciudad norteña de Trípoli y a 165 de la frontera. Por ahora, hay 21 personas muertas confirmadas. Entre ellas, hay mujeres y niños. Se trata del primer ataque de Israel a esta zona de mayoría cristiana del norte del Líbano. Durante el día, el Ejército israelí también ha pedido la evacuación de 25 pueblos en el sur del país como parte de su guerra abierta contra el Líbano. Al menos 1.700 personas han muerto en las últimas semanas tras la intensificaciónn de la campaña de bombardeos del Ejército israelí.

Sin comida en Gaza

Por su parte, la radio del Ejército israelí ha anunciado que Hizbulá lanzó misiles balísticos hacia el área de Tel Aviv, provocando que sonaran las sirenas en 182 ciudades y pueblos en el centro y norte de Israel. Más de dos millones de israelíes han corrido a los refugios antiaéreos, de los que no goza ni la población libanesa ni la gazatí. La milicia libanesa ha alegado que la “gran salva de cohetes” lanzada fue “en defensa del Líbano” y en respuesta a los ataques israelíes contra “ciudades, pueblos y civiles” libaneses. El primer ministro israleí, Binyamín Netanyahu, ha dejado claro en una visita a Binyamina que seguirán “atacando a Hizbulá sin piedad en todas partes del Líbano, también en Beirut”, después de que informes de los medios hebreos indicaran que había ordenado a sus tropas que se abstuvieran de atacar la capital libanesa a instancias de Washington.

Naciones Unidas ha denunciado este domingo que más de 50.000 personas han abandonado la zona de Jabalia, pero que muchas otras siguen atrapadas en sus hogares en medio de los crecientes bombardeos y los combates sobre el terreno. Además, también ha lamentado que, desde el pasado 1 de octubre, el Programa Mundial de Alimentos no ha podido entrar comida al norte del enclave palestino. Netanyahu está examinando un plan para bloquear la ayuda humanitaria al norte de Gaza en un intento de matar de hambre a los militantes de Hamás. Un plan propuesto al primer ministro y al Parlamento israelí por un grupo de generales retirados que, de implementarse, podría dejar sin comida ni agua a cientos de miles de palestinos que no quieren o no pueden abandonar sus hogares.