Von der Leyen propone copiar a Meloni y crear centros de inmigrantes fuera de la Unión Europea

La extrema derecha condiciona cada vez más la política migratoria de la Unión Europea (UE). La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto a los 27 crear centros de inmigrantes fuera de sus fronteras, un endurecimiento importante del discurso que sigue el rumbo marcado por la presidenta italiana, Giorgia Meloni.

"Deberíamos seguir explorando posibles vías para avanzar en la idea de desarrollar centros de retorno fuera de la UE", señala la política alemana en una carta dirigida a los jefes de Estado y de Gobierno europeos, con quienes se reunirá el jueves y el viernes. Su plan, que ya defendió en plena campaña electoral, permitiría la apertura de campos de detención de migrantes en situación irregular que están a la espera de ser devueltos a sus países de origen y de refugiados pendientes de que se evalúe su petición de asilo. Solo el año pasado, la UE recibió 1.140.000 peticiones.

Giro a la derecha

En la carta remitida a las capitales europeas, Von der Leyen pide a los líderes de los 27 "extraer lecciones" del plan estrella de la ultraderechista Meloni, un acuerdo que desde este lunes habilita la deportación de hombres migrantes rescatados en alta mar desde Italia a dos centros de internamiento en Albania, estado que no forma parte de la UE. Esa estrategia de repatriación pretende desviar el 40% de los flujos del Mediterráneo Central al país balcánico, si bien hay dudas sobre su viabilidad.

Ese giro a la derecha va en consonancia con las medidas adoptadas por cada vez más socios comunitarios. En los últimos años, más de ochos países, entre ellos Alemania o Francia, han levantado controles fronterizos dentro del espacio Schengen, antes de libre circulación. Otros como Polonia o Finlandia han optado por suspender temporalmente el derecho al asilo. La Comisión rechaza ambas opciones.

Externalización de las fronteras

La propuesta de Von der Leyen, que presidirá la Comisión Europea cinco años más, defiende externalizar la gestión migratoria y de frontera a "terceros países clave" como Turquía, Túnez, Líbia, Egipto o Marruecos, que cobran contrapartidas millonarias por esa tarea. Desde 2016, Bruselas ha financiado con hasta 11.500 millones de euros el dispositivo antiinmigración de Ankara, una amplia red de centros en los que se violan los derechos de extranjeros que son expulsados a países devastados por la violencia como Afganistán y Siria, según ha destapado una investigación de 'El País'. La carta también subraya la necesidad de que la UE "trabaje de forma continua en todas las rutas" y cierre acuerdos similares con otros países de África —origen de gran parte de los flujos migratorios— como la norteña Mauritania o los subsaharianos Senegal y Mali.

En esa línea, la política alemana aboga porque los Estados miembros establezcan de forma consensuada una lista de "terceros países seguros", un acuerdo que permitiría agilizar unas deportaciones que actualmente oscilan entre el 20% y el 30%. También pide usar las políticas de comercio y los visados como baza para convencer a los esos países de que acepten a los migrantes expulsados.

Denuncia humanitaria

Múltiples organizaciones humanitarias han denunciado el plan de Von der Leyen. "La externalización de las fronteras somete a la UE al chantaje de países de dudosa calidad democrática", explica Òscar Camps, fundador de Open Arms, en declaraciones a EL PERIÓDICO. Para el director de la oenegé catalana de rescate marítimo, el rumbo marcado por la Comisión es "nefasto", pues "solo aumentará el sufrimiento de los migrantes". "Se están violando los convenios internacionales que piden desembarcar las víctimas que necesitan asistencia inmediata en los puertos más cercanos", añade. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado ya criticó en abril que el impacto de esa política será "devastador" para los derechos humanos.

Acelerar las deportaciones

Con esta polémica propuesta, la jefa del gobierno comunitario busca agilizar la gestión migratoria —"uno de los problemas más acuciantes de la UE"— y dar respuesta a las reclamaciones de una mayoría de estados miembros. La semana pasada, 17 de ellos exigieron un "cambio de paradigma" a Bruselas que otorgue más "poder" de deportación a los gobiernos nacionales. "La política migratoria de la UE solo puede ser sostenible si se devuelve efectivamente a quienes no tienen derecho a permanecer en la UE", reza la carta.

Von der Leyen también apuesta por acelerar la aplicación del Pacto sobre Migración y Asilo, aprobado por el Parlamento Europeo en abril y previsto para junio de 2026, una opción que también defienden —si bien con distintos enfoques— países como España, Francia y Alemania.

Asimismo, la alemana ha anunciado que presentará una nueva propuesta de ley que defina obligaciones "claras" de cooperación para agilizar el retorno de migrantes y ha pedido a los 27 actuar con urgencia ante las mafias que trafican con seres humanos. En nuevo comisario de Asuntos Internos y Migración, el austríaco Magnus Brunner, será el encargado de buscar soluciones efectivas a la migración ilegal y "garantizar normas sólidas para la expulsión de quienes representen una amenaza grave para el orden público o la seguridad interior".