Asamblea Nacional

La pinza de la izquierda y la ultraderecha tumba al Gobierno de Barnier en Francia

Le Pen solemniza en el hemiciclo su apoyo a la moción de la izquierda: "Es el final de un Gobierno efímero"

Michel Barnier, primer ministro de Francia, en la Asamblea Nacional

Michel Barnier, primer ministro de Francia, en la Asamblea Nacional / Europa Press/Contacto/Vincent Isore

Leticia Fuentes

Leticia Fuentes

Una Francia en el precipicio económico vuelve ahora al abismo político. El mismo día que la OCDE ha empeorado las previsiones de la segunda economía europea y después de solo tres meses en el poder, el Gobierno francés del primer ministro Michel Barnier ha caído como consecuencia de una moción de censura presentada por la izquierda y apoyada por la ultraderecha. 331 diputados de la Asamblea Nacional han votado a favor de tumbar a Barnier, cuando se necesitaban 288 para poder sacar adelante el veto.

Según la líder de Reagrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, tenía que producirse un milagro para que el primer ministro postulado por Emmanuel Macron se salvase, y ese milagro no llegó. La caída de Barnier pone aún más contra las cuerdas al presidente de la república, que ahora deberá buscar un nuevo candidato a jefe del Gobierno ante la imposibilidad legal de convocar elecciones legislativas hasta julio, un año después de las anteriores. Tras la censura, el Palacio del Elíseo ha anunciado que Macron se dirigirá a los franceses este jueves a las 20.00 horas.

Minutos antes de producirse la esperada censura, el ya exprimer ministro se dirigía emocionado al hemiciclo entre un largo aplauso y parte de la bancada macronista en pie: "Me conmueve mucho vuestra actitud y vuestra acogida". Para luego afirmar que esta moción provocará que las cosas sean "más serias y más difíciles".

Un último discurso que ya tenía un tono de despedida pese a que en ese momento aún no se conocían los resultados, y en el que Barnier no quiso desaprovechar la oportunidad para señalar como responsable a Le Pen: "Usted y yo no tenemos la misma idea de patriotismo", afirmó. Y es que el Gobierno de Barnier se enfrentaba este miércoles a dos mociones de censura (la segunda la impulsaba el partido de Le Pen).

"Es la hora de la verdad"

Minutos antes de la despedida del primer ministro, la líder ultraderechista se acercaba al estrado para sentenciar "el fin de un Gobierno efímero". "Es la hora de la verdad. (...) Pase lo que pase, la Reagrupación Nacional estará lista para abrir el país al camino de recuperación que le espera”, insistió. 

Para Le Pen, “la peor política sería no censurar el presupuesto”. Los presupuestos sociales de 2025 han llevado al Gobierno de Barnier ante dos mociones de censura, una de ellas insuperable. Esas cuentas basadas en importantes recortes sociales y la subida de impuestos fueron tildadas por gran parte de la Asamblea Nacional de “impopulares”, y durante semanas tanto la izquierda como la extrema derecha amenazaron con censurar al gobierno si recurría al artículo 49.3 de la Constitución para sacar adelante el ajuste presupuestario.

Ese recurso constitucional permite al Gobierno aprobar leyes y presupuestos sin necesidad de votación parlamentaria. “Este Gobierno solo ofreció una alternativa: impuestos, impuestos y más impuestos”, criticó Le Pen durante el debate parlamentario de este miércoles. 

Del "decretazo" a la censura

Tras semanas de reuniones y debates, el pasado lunes, Barnier optaba por aplicar este decreto. Un par de horas después, la izquierda presentaba su moción de censura, y la sorpresa llegaba cuando Le Pen anunciaba que no solo votaría la propuesta de la izquierda, superando los 288 votos necesarios para censurar al gobierno, sino que también presentaría la suya.

Durante el debate previo a la votación, varios diputados insistían en que esta situación de caos había sido provocada por el propio presidente, invitándole a dimitir. Macron lo ha repetido en varias ocasiones, la última el pasado martes, cuando desde Arabia Saudí sentenció que “no iba a dimitir”.

La izquierda no ha querido desaprovechar la oportunidad para lanzar un ultimatum al presidente: el próximo Gobierno será de izquierdas o no será. “La censura no es un fin en sí misma”, afirmó el socialista Olivier Faure, quien insistió que Macron debería nombrar a un primer ministro de izquierdas.

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