Cuaresma 2022

Así nació el Lunes Santo (II)

Con motivo del centenario fundacional de esta jornada de la Semana Santa

14 mar 2022 / 06:45 h - Actualizado: 14 mar 2022 / 06:48 h.
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La semana pasada dejamos una abundante descripción de diferentes detalles que nos permiten entender que la Semana Santa ha cambiado bastante en tan sólo un siglo. Aunque en esencia sigue siendo la misma, muchos comportamientos nos chocan en la actualidad. Es por ello, que vamos a seguir referenciándolos y a tratar de empatizar con los cofrades de esas dos Hermandades que dieron un giro de timón, hoy difícil de entender.

Así nació el Lunes Santo (II)


En los treinta años que van desde 1890 a 1920 se celebraron cuatro procesiones Magnas del Santo Entierro. El Ayuntamiento había encontrado un, evidente, filón turístico y económico y pretendía explotarlo. Para las Hermandades del Viernes Santo, la celebración de esta procesión extraordinaria empezaba a suponer cierta incomodidad. Se les convidaba a cambiar de día de salida para evitar problemas durante el procesionar de sus respectivos cortejos, por la gran afluencia de pasos y gentes que había en un día tan concurrido. Sin embargo, encontraban muchas dificultades al sopesar la idoneidad de una jornada u otra dado que tenían que valorar las relaciones con las hermandades del día que elegían como alternativa, y si los capataces (con sus respectivas cuadrillas de costaleros) y las bandas de música estaban disponibles para ese día elegido. Esto llevaba a que fuera tedioso y complejo cada vez que se celebraba una procesión de este tipo, aunque el dinero que percibían aumentaba como consecuencia de la subvención que recibían del consistorio.

Así nació el Lunes Santo (II)


El Viernes Santo 14 de Abril de 1922 estaba previsto un estreno muy importante y significado para la Cofradía del Museo. Así nos lo cuenta en el libro titulado: “Noticias Históricas de la Hermandad del Museo y otras Reflexiones” Don Fernando Azancot Fuentes: “Qué duda cabe, que los proyectos planteados colaboraron de manera decisiva a fortalecer y cohesionar la Hermandad, ilusionada en pos de su consecución. Un nuevo espíritu empezó a impulsar sus actividades.” Nos referimos, a la inclusión de un paso de palio en el cortejo, con la dolorosa de las Aguas, rompiendo de esa manera el tradicional Stabat Mater formado junto al Santísimo Cristo de la Expiración. Este acontecimiento se vio truncado por la meteorología y la lluviosa jornada provocó la desolación y el abatimiento de los cofrades del Museo al tener que dejar los pasos en el templo sin procesionar.

Así nació el Lunes Santo (II)


Dos semanas después de la fallida salida, el 28 de abril de 1922, la Hermandad del Museo convoca Cabildo de Oficiales al efecto de pulsar la opinión sobre la posibilidad de un cambio de día. En este Cabildo, que ya había tenido un antecedente en Diciembre de 1918, con resultado negativo, toma protagonismo de manera decisiva, la intervención del Consiliario José Luis Garrido Ávila (padre de José Luis Garrido Bustamante, pregonero de la Semana Santa de Sevilla 1990 y abuelo de Antonio Garrido Benito, popular actor y director de la serie de humor “El Palermasso”). Da a conocer la información que disponía de que varias Hermandades habían recibido el beneplácito en el Arzobispado para estudiar la posibilidad de celebrar la Estación de Penitencia el Lunes Santo con el fin de descongestionar los demás días de la Semana Santa, y que otras Cofradías, que se estaban reorganizando abundaban en los mismos propósitos. Fundamentado en tales hechos, proponía que se acordara exponer al Cabildo General el posible traslado al Lunes Santo para su aprobación, decisión que debería adoptarse con la máxima urgencia para así ser la Hermandad del Museo, y no otra, la que fuera presidiendo dicho día en base a la prioridad de la petición, que le daría este derecho (presidir el día era ser la última en la jornada, menos en la madrugá que era ser la primera). Inmediatamente la propuesta recibe el apoyo del también Consiliario Don Luis Torres Santos (Hermano Mayor que fue posteriormente en los años 50) y se inicia una votación que concluye con un resultado favorable abrumador: 23 votos a favor, 5 en contra y 2 en blanco. A la finalización del escrutinio, y acallando las protestas de algunos oficiales disconformes, el Mayordomo Don Francisco Jiménez Román (Hermano Mayor que fue en los años 40) realizó dos puntualizaciones que resultan decisivas y de gran relevancia para el futuro. La primera, que sería en calidad de prueba, sólo para el año siguiente, y sin perder el derecho de antigüedad en el Viernes Santo. La segunda, que dicho cambio de jornada sólo se produciría, siempre y cuando, otra u otras Cofradías también procesionasen ese mismo día. De este modo se serenaron los reproches por la decisión adoptada. En el mes de Mayo se realizaron los trámites para tal solicitud.

Así nació el Lunes Santo (II)


Varios meses más tarde, el 25 de Enero de 1923, en la Hermandad de las Aguas se recibe una citación, desde el Ayuntamiento, para rogarle variase el Domingo de Ramos por el Lunes Santo como día en que procesionar. Conocida, entonces, como el “Silencio de Triana”, de corte austero (parecido al actual de la Amargura), compartía día y templo con la populosa Hermandad de la Estrella y hacía pensar que, quizás, pudiese encajar mejor en la nueva jornada que se proyectaba. Durante algunos años, la Cofradía de las Aguas salía después de la Estrella y se recogía antes en San Jacinto, produciéndose diferentes cruces durante el recorrido con algún significativo incidente en el Puente de Triana. Tres días más tarde, un Cabildo General, acuerda no variar el día de la salida.

Así nació el Lunes Santo (II)


El Ayuntamiento, que había anunciado la organización de otro Santo Entierro Magno para 1923, vuelve a insistir, a la Hermandad de las Aguas, para que varíe de jornada y pasara al Lunes Santo. De esta manera se descongestionarían los días y permitirían el mejor encaje del Santo Entierro Magno el Viernes Santo. En esta ocasión, la Cofradía Trianera acepta variar el día de la salida procesional al Lunes Santo en el Cabildo General que celebró el 16 de Febrero tal y como consta en el Libro de Actas de la Hermandad: “enseguida la hermandad discutió el cambio de día y se aceto su salida el lunes Santo con el fin de buscar mas orden en la misma sin que por esto se pierda el derecho de antigüedad que no corresponde en nuestro día llevando treinta año consecutivo su estasion en domingo de Ramos se dara conocimiento a Ntro Ilustrisímo Sr Vicario general de este arzobispado si se puede hacer el traslado sin perder nuestro derecho entre gran animación en los hermanos” (sic). Ese mismo día, la Hermandad solicita a la Vicaría la licencia que permita ratificar el acuerdo del Cabildo General.

Así nació el Lunes Santo (II)


La Hermandad del Museo, recibe de la Vicaría General del Arzobispado, el 17 de Febrero, la licencia para procesionar el Lunes Santo de 1923 y, al día siguiente, celebra Cabildo General donde no hubo debate ni intervención reseñable debido, posiblemente, a que era algo ya aceptado por todos desde hacía casi un año, y a que la mayoría de los asistentes eran cargos de la Junta de Gobierno. La Hermandad traslada al Ayuntamiento de Sevilla mediante un escrito, el 23 de Febrero, su intención de salir el Lunes Santo y “si por causa de lluvia tuviera que suspender su salida el Lunes Santo, lo hará en la tarde del Viernes, al menos que pudiera ser dificultad para la organización del Santo Entierro, que, según particulares noticias, tiene V.E. en proyecto, en cuyo caso lo haría en la misma forma que otras veces en que ha tenido lugar este acontecimiento grandioso de nuestras fiestas religiosas, que siempre le fue señalado a ésta Hermandad el último lugar de las Cofradías del Jueves Santo por la tarde.”.

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La misma licencia que recibió de la Vicaría, la Hermandad del Museo, es también recibida en la Hermandad de las Aguas el 22 de Febrero. De este modo se había alcanzado la voluntad de dos corporaciones por realizar su salida procesional en la tarde del Lunes Santo de 1923. Se había satisfecho, por tanto, la condición que se reseñó en el Cabildo de Oficiales del Museo. Los trámites siguieron por ambas Cofradías y el Santo Entierro Magno, que había sido proyectado, finalmente no se celebró por la poca aceptación de las Cofradías participantes y por problemas internos en la Junta de Gobierno del Santo Entierro (sin que esto, con los datos que tenemos, esté suficientemente demostrado).