La O recupera unos bordados de las hermanas Antúnez

La Hermandad de la O presentó el pasado viernes 1 de diciembre, en sus dependencias corporativas, los trabajos de recuperación del denominado terno de las hermanas Antúnez, labores que, con suma delicadeza, ha llevado a cabo la bordadora Carla Elena Meléndez en su taller durante el último año y medio. Estos bordados son históricos, no sólo por la autoría de los mismos, sino porque sus piezas dieron forma a aquella túnica antigua de Nuestro Padre Jesús Nazareno, realizada en 1891 con diseño de Manuel Beltrán, y que en nuestros días sólo conocemos mediante añejas fotografías. En el acto de presentación intervino, así mismo, el hermano Pedro Manuel Martínez, responsable de la comisión de patrimonio histórico artístico de esta señera archicofradía del Viernes Santo.

La referida túnica del titular cristífero de la cofradía de mediados de la calle Castilla, que pasa por ser la pieza bordada de mayor relevancia que ha atesorado esta imagen, fue adaptada, con posterioridad, por Guillermo Carrasquilla para conformar, en 1939, una serie de otros elementos bordados, por lo que la prenda del Nazareno desapareció para darle forma con sus bordados, entre otras, al terno negro de María Santísima de la O. Como dato curioso, debe resaltarse que estos bordados de finales del siglo XIX no sólo son el conjunto más antiguo que se conserva en esta cofradía trianera, sino que también poseen la singularidad de haber ataviado a las imágenes de los dos titulares pasionistas.

Esta intervención cuyos resultados acaban de presentarse se llevó a cabo tras realizarse varias consultas a distintos profesionales, con quienes se plantearon en su momento todas las opciones posibles, y así, el jueves 6 de abril de 2022 se produjo finalmente la firma del contrato con la ya citada Carla Elena, responsable del taller de sucesores de Elena Caro, para recuperar estos bordados de las Antúnez que, hasta ahora, habían decorado el conjunto con que tradicionalmente recibía culto la Virgen de La O durante el luto de cada mes novembrino. A partir de ahora, la saya será blanca y el manto morado.