Las otras cuatro coronas de la Virgen

Tesoro. Las 121 hermandades filiales y el resto de la familia rociera ofrendarán a la Reina de las Marismas una presea por el centenario de su coronación, pero ya tiene otras cuatro

20 may 2018 / 08:11 h - Actualizado: 20 may 2018 / 10:00 h.
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  • La Virgen con la corona de la coronación, la ‘buena’, lista para la procesión de mañana. / Fotos: Manuel Gómez
    La Virgen con la corona de la coronación, la ‘buena’, lista para la procesión de mañana. / Fotos: Manuel Gómez
  • Datada en el siglo XVII, es la más antigua que se conserva. Es de plata dorada y su motivo principal es un sol.
    Datada en el siglo XVII, es la más antigua que se conserva. Es de plata dorada y su motivo principal es un sol.
  • Del último cuarto del siglo XVIII, esta corona también es conocida como de los rayos o de los pinchos.
    Del último cuarto del siglo XVIII, esta corona también es conocida como de los rayos o de los pinchos.
  • Manuel Seco confeccionó en 1948 esta corona, copia de la de la coronación en plata dorada y sin piedras preciosas.
    Manuel Seco confeccionó en 1948 esta corona, copia de la de la coronación en plata dorada y sin piedras preciosas.
  • Diseño de la corona realizado por los orfebres Hermanos Delgado para conmemorar el centenario de la coronación.
    Diseño de la corona realizado por los orfebres Hermanos Delgado para conmemorar el centenario de la coronación.

Con motivo del centenario de su coronación canónica, celebrada el 8 de junio de 1919 y promovida por el canónigo hinojero de la Catedral de Sevilla Francisco Muñoz y Pabón a través de las páginas de El Correo de Andalucía –en un artículo titulado La pelota esté en el tejado y publicado el 25 de mayo de 1918–, la hermandad de Valverde del Camino ha promovido la donación de una nueva presea para la Virgen del Rocío. La Reina de las Marismas estrenará esta nueva corona en la procesión de Pentecostés del próximo año, cuando se cumpla exactamente el siglo de este acontecimiento que contribuyó decisivamente al boom de la devoción por la Patrona de Almonte. Pero, ¿cuántas coronas tiene la Blanca Paloma?

Pese a los siglos de devoción, en el ajuar de la Virgen, expuesto en el Museo del Tesoro de la ermita –que se puede visitar de martes a domingo por dos euros–, se custodian cuatro coronas. Salvo una que no suele utilizar, las otras tres se van alternando en función de la vestimenta elegida a lo largo del año. Eso sí, para las procesiones las camaristas siempre le ponen «la buena», con una excepción relativamente reciente que recordarán todos los rocieros: la salida extraordinaria celebrada con motivo del bicentenario del voto de Almonte o Rocío Chico en agosto de 2013, entonces llevó la de plata.

La corona más antigua que se conserva es del siglo XVII. De plata dorada, es conocida como la Corona del Sol, porque en el imperial central lleva un sol. Manuel Galán, director de este Museo Tesoro que se inauguró tras el último traslado de la Virgen a Almonte, detalla que esta presea es en realidad la conjunción de dos piezas diferentes: una el canasto y otra el refregador. «Una y otra pieza tienen motivos decorativos diferentes, igual que el labrado, que es más tosco el del resplandor». La ráfaga que combina con esta corona es posterior, de 1733. «Pero esta corona no se la pone la Virgen. Nos hemos acostumbrado a verla con una corona más grande, así que, por motivos estéticos, no la suele usar». Eso sí, como el resto de las piezas de este ajuar, esta corona es portada por una de las abuelas de Almonte hasta el pueblo en cada Venida y regresa con la Reina de las Marismas en la Ida. No se conoce el origen de esta corona, si fue fruto de una donación particular, adquirida por la hermandad o regalada por suscripción popular, como ocurrió con las restantes.

También es de plata la segunda, por antigüedad, corona. De hecho se la conoce así popularmente: la corona de plata, aunque también como la del conjunto de rayos, puesto que está rematadas por rayos, al igual que la ráfaga que completa el conjunto. Rayos o «pinchos». Datada en el último cuarto del siglo XVIII, la suele usar cuando se viste de celeste para la Inmaculada, para el tiempo litúrgico de Adviento y Navidad, además de en aquella ocasión ya referida de la procesión extraordinaria con motivo del bicentenario del Rocío Chico. «Todos los rayos son biselados, para dar esa impresión de estar vestida de sol, según la descripción que hace el libro del Apocalipsis», detalla Galán. No se conoce al autor, si bien, el resto del conjunto es de Flores. La pieza era originalmente de plata, pero en los años 80 la hermandad Matriz mandó dorarla, orden que se revirtió en 2012, cuando se decidió retirar el baño de oro tras localizar la pintura de un exvoto de la Virgen en el que aparecía vestida de celeste con la ráfaga de plata.

La corona «buena», como la conoce la gente de Almonte, la que regalaron sus devotos a la Virgen con donaciones de todo tipo –desde un huevo a sarcillos o grandes cuantías de dinero–, hecha en oro y con piedras preciosas, perlas y diamantes, no está estos días expuesta en el museo. Es la corona que tiene puesta la Blanca Paloma para su romería y la procesión, la que lucirá la próxima madrugada, este lunes de Pentecostés, como suele ser habitual. Y la que sacará en la procesión extraordinaria conmemorativa de aquel acontecimiento, también extraordinario, fijada para el próximo 8 de septiembre. Nació de las manos del platero de la Catedral de Sevilla Ricardo Espinosa de los Monteros.

Y esta corona tiene su réplica. La cuarta corona de la Virgen es una copia exacta, pero en plata dorada y sin las piedras preciosas, de la presea de la coronación. «La suele tener puesta durante el año en el camarín», pero para la romería y las grandes solemnidades vuelve al museo para ser sustituida sobre las sienes de la Reina de las Marismas por la original. Realizada por Manuel Seco en 1948 (30 años después de la coronación) por encargo de la hermandad Matriz, está confeccionada para que «al verla tenga la misma impresión que su modelo, pero se diferencia con solo fijarse un poco», explica Manuel Galán, que justifica la realización de esta réplica en el deterioro que supondría para la pieza la exposición diaria a la humedad o el polvo de la aldea, «se ensuciaría mucho más».

La corona del centenario

Hace 100 años, fueron las donaciones de los devotos, sin distinción de hermandad, las que hicieron posible la corona de la coronación. Entonces existían solo las primeras 12 hermandades de las 121 que entre ayer y el viernes se presentaron ante la Virgen al llegar a El Rocío. Ahora, a iniciativa de la filial de Valverde, toda la familia rociera incluidas no filiales y asociaciones, hasta sumar unas 180 corporaciones participará en la presea que ya preparan los orfebres sevillanos Hermanos Delgado en el corralón de la calle Goles, que llevará 4,5 kilos de oro de 22 kilates.

El diseño, presentado por sus autores, José Delgado López junto a su hermanos Ángel y Francisco, el pasado mes de abril en el propio museo, está plagado de simbología rociera con una imagen visualmente predominante: la del Espíritu Santo de Pentecostés que, posado sobre el orbe terráqueo en el centro del resplandor, irradia su gracia sobre los doce apóstoles para que vayan a anunciar el Evangelio hasta los confines del mundo.

La nueva presea guarda las mismas proporciones y medidas de la corona de la coronación. Todo ello, explica José Delgado, con idea de «no alterar la impronta actual de una iconografía tan sublime de la Santísima Virgen y reconocida mundialmente». Huyendo de recargamientos decorativos, los Hermanos Delgado han optado por un dibujo sencillo con elementos adoptados a su simbolismo. Así, por ejemplo, en el centro del canasto se representa el escudo del papa Juan Pablo II, único pontífice que se ha postrado a las plantas de la Blanca Paloma en su histórica visita a la aldea del Rocío el 14 de junio de 1993. Y si en el frontal del canasto estará el escudo de Karol Wojtyla, en la trasera se representará el fruto de una granada abierta como símbolo de unión de todas las hermandades del Rocío. A derecha y izquierda del canasto figurarán, por su parte, el escudo de la hermandad Matriz y el del municipio de Almonte, recordando el Patronazgo de la Virgen sobre esta villa onubense.

El canasto se divide en ocho caras con otras tantas hornacinas donde estarán representadas ocho letanías lauretanas, a saber: Estrella de la Mañana, Fuente de la Salud, Pozo de la Sabiduría, Rosa Mística, Espejo de la Justicia, Refugio de los Pecadores, Arca de la Alianza y Puerta del Cielo. Las pilastras están rematadas por jarras con ramos de azucenas en alusión a la pureza de la Virgen María.

Un total de seis imperiales son los que sostienen el orbe terráqueo, de los que cuatro estarán dedicados a los dogmas de la Virgen con escenas de la Perpetua Virginidad, la Maternidad Divina, la Madre Inmaculada y la Asunción a los Cielos. Los dos títulos restantes irán representados con escenas alusivas a la Virgen Madre de la Iglesia y a la Virgen Reina y Señora de todo lo creado.

En el resplandor campean los bustos y atributos de los doce apóstoles. Un total de 34 rayos flamígeros y 32 rayos de punta de diamante conforman el destello de divinidad de la Virgen, que la rodea con las doce estrellas que simbolizan las doce tribus de Israel. Esta será la quinta corona de la Blanca Paloma.