Los Gitanos, una historia de fe llevada al cine

Valera y Casellas firman como autores de una película memorable sobre la Hermandad de los Gitanos

Valera, en el atril, y Casellas introdujeron la película antes de su estreno

Valera, en el atril, y Casellas introdujeron la película antes de su estreno / Juanma Labrador

Juanma Labrador

Cuando parece que es imposible superarse, regresa una vez Carlos Valera y lo hace. Grandioso el tándem que ha formado con Enrique Casellas para llevar a la pantalla la película dedicada a “La Hermandad de los Gitanos”, en la que el conocido productor audiovisual llevaba trabajando desde antes de que se produjese la pandemia. Tras su preestreno durante el I Congreso Nacional de Hermandades de los Gitanos, el Cine Cervantes, en la calle Amor de Dios, se vistió de gala en la noche del jueves 30 de noviembre para el definitivo estreno de esta cinta de una hora y veinte minutos de duración. Dirigida por el propio Valera y guionizada por éste junto al ya citado Casellas, quien también se responsabiliza de la locución, la película es un bellísimo recorrido cronológico por el devenir de esta corporación nacida en el arrabal de Triana en 1753, algo atípico en las películas cofradieras de este incomparable artista de lo audiovisual.

La historia de la cofradía gitana destaca por su atractivo, lo que permite darle forma al guión para poner de manifiesto la gran evolución que ha experimentado esta hermandad, poniéndose igualmente en valor su idiosincrasia tan peculiar y personal. Así mismo, se han empleado en este sublime trabajo textos del recordado poeta Aquilino Duque, recitados por él mismo, o de Chaves Nogales, donde presta su voz el también desaparecido pero inolvidable Chano Amador, y hasta de Manuel Toro y por él declamados al ser extraidos de su memorable Pregón de la Coronación de la Virgen de las Angustias en 1988. Por otra parte, y con la genialidad que le define, Enrique Casellas, en su locución, intercala versos de su recientísimo Pregón de la Semana Santa grabados expresamente para este film. Hay más registros que no deben obviarse, como las aportaciones históricas que hace Julio Mayo, o cuando Fernando Machuca y José Vargas relatan sus vivencias en la hermandad desde la postguerra.

Los hechos más latentes aún en el sentir de los hermanos de los Gitanos también tienen su sitio en la película, como la coronación de la dolorosa hace ya treinta y cinco años, la asistencia de Nuestro Padre Jesús de la Salud en 2020 al vía crucis penitencial del primer lunes cuaresmal en la Santa Iglesia Catedral, la visita del Señor del Gran Poder al santuario en octubre de 2021 durante su marcha hacia las misiones en los Tres Barrios, o la recién vivida salida de la Virgen de las Angustias hace poco más de un mes. Además, la grabación tiene varios momentos de intensa emotividad, como cuando la cofradía llega a la Campana y avanza hacia la seo metropolitana mientras suena “Gelem, Gelem”, el himno del pueblo gitano, en los sones de la Banda de las Nieves de Olivares a la par que la melodía se funde con el canto único de Esperanza Fernández, o cuando tras los sucesos de 1936, después del incendio de San Román, la Virgen renace, llena de luz, con esa evocación recreada de la mítica fotografía de la mantilla que hizo Haretón en los años cincuenta.

En el estreno estuvieron presentes, arropando a Carlos Valera y a Enrique Casellas, el propio hermano mayor de los Gitanos, José María Flores, el del Gran Poder y su antecesor, Ignacio Soro y Félix Ríos, el del Rocío del Salvador, Gabriel Rojas, el delegado de la madrugada del Viernes Santo en el Consejo, Antonio Soto, el delegado del Gobierno de Andalucía en Sevilla, Ricardo Sánchez, y el portavoz de la oposición en el Ayuntamiento de Sevilla y anterior alcalde, Antonio Muñoz, entre otros. Introdujo el acto el periodista y hermano de los Gitanos Alfredo Guardia.